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Entró al edificio por la ventana del cuarto donde solía quedarse, este estaba tal y como quedó después de su enfrentamiento con los obi

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Entró al edificio por la ventana del cuarto donde solía quedarse, este estaba tal y como quedó después de su enfrentamiento con los obi. Sacó las bolsitas de té que había dejado y la amarró en su cinturón.

Al correr por los pasillos, claramente lograba llamar la atención de las cortesanas que llegaba a toparse en estos, principalmente por su característica vestimenta. Deslizó la puerta de tatami encontrándose con Kyoko y Haru charlando con unas pequeñas niñas.

—Hina...— dijeron las mayores al unísono, ambas estaban sorprendidas al verla al igual que preocupadas por las notables heridas que presentaba. Ella se acercó a ellas y las abrazó.

—Estás bien— dijo Kyoko apretando el abrazo, al separarse ambas la miraron curiosas—. ¿Por qué vienes vestida así?

—No tengo mucho tiempo para explicarles, en realidad soy cazadora de demonios y no soy hermana de Hinatsuru— respondió y ambas abrieron sus ojos sorprendidas—. Warabihime es un demonio y ella era quien desaparecía a las chicas.

—Sabía que esa mujer...— respondió Haru quien fue interrumpida por el dedo de Kyoko para que dejara a Hanae seguir.

—Hinatsuru y Yuna están bien, junto con otros cazadores logramos salvarlas, pero ahora ella está atacando y tenemos que encargarnos de ella— explicó Hanae—. Solo venía a asegurarme que ustedes estuvieran bien.

—Nosotras estaremos bien— dijo Haru—. ¡Tú ve a patear su trasero, Hina!— levantando su puño

—¡Sí!— apoyó Kyoko y también levantó su puño.

—Las buscaré después de acabar con todo esto— dijo—. Y pueden decirme Hanae, Hina era mi nombre encubierto.

Salió del cuarto y corrió hasta el final del pasillo.

—¡Mata a esa hija de perra, Hanae!— gritó una voz detrás de ella provocando que volteara encontrándose a Kyoko y Haru fuera de la habitación.

—¡Lo haré!— respondió con una sonrisa saliendo por la ventana.

Subió al tejado y al sentir cercana la presencia de la demonio comenzó a correr por los edificios para facilitar el viaje y evitar que los clientes y otras cortesanas la vieran, otra vez.

Subió al tejado y al sentir cercana la presencia de la demonio comenzó a correr por los edificios para facilitar el viaje y evitar que los clientes y otras cortesanas la vieran, otra vez

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aishiteru | tanjiro kamadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora