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𓍢ִ໋ 🍸 ֒

Estaba en mi cuarto acostada viendo mi celular cuando alguien toco la puerta. Di un gran suspiro y me paré, caminé hacia la puerta y antes de que yo la abriera alguien la abrió.

— Bianca, necesitamos hablar — Dijo mi mamá, un poco molesta pero también demostraba tristeza. — Es una decisión complicada, vale? — Habló entrando, ambas nos sentamos en la punta de mi cama.

— Que pasa? — Pregunté con curiosidad, ella me miró con una cara llena de lastima. — Me voy, para siempre — Dijo y yo reí, pensando en que era una broma.

— No es broma, así que no te rías — Dijo seria, al escuchar eso mi cara cambió por completo. — Mi vuelo sale mañana, y estaba pensando en que sería buena idea que vengas conmigo — Añadió sonriente, yo solo negué suavemente. Ni lo pensé dos veces.

— No! No hay manera, ya tengo mi vida hecha aquí — Negué, ella me miró con lastima mientras pasaba su brazo alrededor de mi. — Podrás tener una vida nueva en California, nos irá muy bien. Ya conseguí empleo y una casa linda para ambas — Trató de convencerme.

— Y que hay de Mattias? Es mi hermano! — Grité molesta, no planeaba dejar a mi hermano con un loco en casa, no iba a separarme de el de ninguna manera.

Mi mamá se paró molesta. — Tu hermano es un egoísta, Bianca, solo que no te haz dado cuenta. Nos arruinó la vida a todos y arruinó esta familia con solo existir, la oferta sigue en pie pero solo para ti, piénsalo — Salió azotando mi puerta, me acosté nuevamente dejando salir un suspiro.

Decidí salir a caminar dado a que tenía muchas cosas en las cuales tenía que pensar. Caminé por las calles sin prestar atención a mi alrededor, solo lograba sentir como las emociones me llenaban la cabeza, no iba muy concentrada en el camino haciéndo que chocara con un ciclomotor.

Al chocar levanté mi cabeza, dándome cuenta de un detalle de aquel ciclomotor, que llevaba una estrella que en realidad parecía un asterisco, ese detalle me trajo un recuerdo. Cuando conocí por primera vez a Damiano, le habían robado el ciclomotor y me contó sobre el detalle que lo hacía algo único.

Decidí que sería mejor si el lo viese y ver si si es el suyo, así que le mande mi ubicación y me senté en una banca cerca de ahí. No contestó pero vió el mensaje así que opté por que si vendría. Después de unos minutos se me acercó.

— Tienes razón, si parece un asterisco — Dije bromeando mientras caminaba hacía el. Hace tiempo no nos veíamos, desde que empezó a salir con Cami decidí que era mejor alejarme.

— Casi te olvido — Habló, mientras que veía con orgullo su ciclomotor. Se veía feliz cosa que me hizo alegrarme un poco, por un momento pensé que no vendría.

— Estas bien? — Preguntó acercándose a mi, mis ojos seguían un poco llorosos gracias a todo lo que había llorado mientras caminaba hacía acá.

— No, y tu? — Contesté con sinceridad, el solo negó con la cabeza. Ambos habíamos estado pasando por cosas un poco fuertes últimamente, pero me gustaba saber que tenía a alguien con quien contar.

— Quieres que te deje solo? — Dije mientras el intentaba quitar el seguro desesperado, se veía un poco irritado. El volvió a negar con la cabeza y se acercó a mi. Me escaneó rápidamente con los ojos para después darme un abrazo.

Después de un tiempo me aparté. — Mejor me voy — Dije, el se subió a su ciclomotor y logró que el motor andara, antes de que se fuera me dijo algo. — Paso por ti a las 8, quiero que me acompañes a un evento — Sonreí y le mostré el pulgar para después seguir con mi paso.

 𝓛𝓲𝐟𝐞 𝓲𝐧 𝓡𝐨𝐦𝐞 | Niccoló GovenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora