4.2 🐈‍⬛

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No sabían cuantas horas había pasado patrullando la zona en cuatro patas pero podía ver como iba a amanecer pronto. Había estado tan molesto con Rae que cuando preguntó por el lugar donde iba a dormir y ellos le indicaron que dormiría en la tienda del príncipe heredero, se había molestado más y hasta el sueño se le había espantado.

Sin embargo con el tiempo en ese clima tan frío, ese enojo comenzó a dispersarse, no era su culpa al final de Rae estar recluido en ese imperio. Era culpa de sus padres y del temor de la emperatriz.

Suspiro y el aire caliente de su interior se convirtió en una nube dado el frio. Observo el horizonte mientras el pasto bajo sus patas crujía por la leve escarcha. Se dio por vencido y comenzó su regreso al campamento.

En el camino pensó que todo ese lugar era demasiado tranquilo. Era extraño no haber visto a ninguna liebre endemoniada por allí. Alguna vez cuando aun era niño, una liebre había sido apresada por un lobo y lo habían llevado a su padre para que dictará sentencia por haberse metido a sus tierras para vigilar. Sin embargo nadie esperaba que la liebre se soltara, matará a unos cuantos lobos con una daga que mantenia escondida en alguna parte de su afelpado cuerpo, ante la mirada de su padre y se escapara.

Todos los imperios sabían que no podían confiar en la ternura de las liebres, se sabía que eran grandes guerreras y asesinas a sangre fría.

No le presto mucha importancia, después de todo hace mucho tiempo que los reinos están en paz. Aunque eso no seria por mucho tiempo y se preguntaba si el imperio de los osos tomaría represalias cuando supiera que habían acabado con su prometida y su familia. Eso desataría de nuevo una guerra.

Jieun se llevó las manos a la cabeza y no quiso seguirle dando vueltas al asunto, se suponía que había un plan pero tampoco sabía mucho al respecto. Emprendió el viaje de regreso y solo unos cuantos kilómetros más y estuvo en la entrada de la tienda de acampar de Rae. Regreso a su forma humana y puso las manos en las brazas de un fuego cercano, luego ingreso.

Rae estaba totalmente dormido, de espaldas a la entrada. Podia ver como su pecho subia y bajaba tranquilamente. Una parte de él quería tirarse encima y despertarlo quizá poniendo una daga bajo su cuello . Se imaginaba diciéndole que era un confiado y se reiría cono loco. Quizá le perdonaría, quizá no. Igual si moría o no hace mucho tiempo le importaba poco y por eso le gustaba tentar su suerte.

Al final se decidió por algo igual de molesto, se quito los zapatos y el chaleco de cuero. Se metió despacio bajo las sábanas para no despertarlo y lo abrazo. Rae suspiro murmurando su nombre entre sueños mientras su nariz de gato olia probablemente su aroma natural y siguió durmiendo tranquilamente. Jieun rió por lo bajo, a veces no podia creer que tuviera pensamiento tan poco amables. Podía ser perfectamente el villano si se lo proponía.

Levanto su camisa y el calor de su cuepo le llego. Tenía congelado los pies y no dudo ponerlo en su espalda.

Rae despertó y grito con todas sus fuerzas, despertando a medio imperio. En menos de dos segundos la habitación estaba llena de guardias apuntando a Jieun quien se mantenía peinando con sus dedos su cabello negro largo y sedoso como si no hubiese pasado nada.

Rae en el suelo lo miraba con la peor de la miradas. Había sentido el momento exacto que llegó y se alegro cuando lo abrazo por detrás a pesar que estaba frio, más no espero que cruzara tanto la línea y que ahora estuviera tan calmado.

---¡Su Alteza se encuentra bien!---Le preguntaron sus guardias mirando la escena. No parecía haber sangre así que probablemente era una perdida de tiempo estar allí.

Rae a difeerencia de sus guardias, estaba tan molesto de haber despertado de su sueño, que la idea de sacar a Jieun de su tienda, ponerlo de rodillas sin nada de ropa hasta que se muriera de hipotermia. Le parecía la idea más genial que halla cruzado su mente, sin embargo Jieun tenía otros planes. Siempre se salía con la suya después de todo.

---¡Estoy bien!¡Larguense todos de mi tienda!---Grito Rae y todos los guardias salieron dejándolos solos de nuevo.

---¡Eres cruel Jieun! ¡Nadie podría creer que bajo esos ojos de príncipe adorable existe un demonio!

Expreso Rae metiéndose de nuevo a su cama y tirandole una almohada. Luego señaló un par de sábanas en el suelo. Lo estaba mandando a dormir a otro lado, lejos de el.

Jieun hizo un puchero, no le apetecía en nada calentar las sábanas y menos cuando su nariz aún estaba congelada y no digamos de otras partes de su cuerpo.

---¡Tenía frío y tu no aguantas nada!

Rae se le desencajo la mandíbula, el príncipe Jieun no podía ser más cara dura pero solo le bastaba un puchero de su parte para ceder. Suspiro maldiciendo su suerte y su corazón se ablando. Debía estar haciendo mucho frío afuera así que lo invito a dormir de nuevo en su cama, antes que irremediablemente amaneciera...

 Debía estar haciendo mucho frío afuera así que lo invito a dormir de nuevo en su cama, antes que irremediablemente amaneciera

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