6.2 🐈‍⬛

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La chica no iba a despertar, después de haber sido arrastrada por el río, eso sin contar, si se había caído por los precipicio donde las liebres solían deshacerse de sus enemigos, dudaba siquiera que pudiera ponerse en pie y probablemente necesitaba que un medico la viera.

La tomo en brazos rapidamente y corrió entre los arrozales, con dirección a su casa. En el momento que entro al pueblo, los pobladores comenzaron a preguntarle de la procedencia de la chica así que rápidamente explicó que la encontró en el río de las liebres y que probablemente los demás pasajeros de aquel desafortunado carruaje estuvieran muertos.

---¡Necesita un medico!---Puntualizo entrando en la cabaña donde habitaba su familia.

---¡Hijo!---Pronuncio su madre con evidente sorpresa al ver como su hijo recostaba a la muchacha en su cama.

La mujer un tanto mayor, probablemente era consideraba una de las personas menos amables del pueblo pero no iba a dejar que una chica se muriera, cuando podía

La acomodo lo mejor que pudo sobre el mullido colchon de paja mientras uno de sus vecinos llegaba corriendo con malaa noticias. El medico ambulante acababa de partir al imperio de las rosas, donde se decía que había habido una masacre y por lo cual se necesitaba su ayuda con los que hubieran sobrevivido.

Eso era una muy mala noticia, puesto que el medico solía establecerse en los pueblo por algunos meses antes de saltar al otro, así que  tomaría más tiempo que el medico visitara a la chica. Aun así escribir una carta y la mando, esperando que el medico se desocupara y atendiera su llamado.

Dado que el medico no iba a llegar en un corto tuempo, la mujer no podía seguir esperarando, la piel de la chica estaba muy fría y en su poco conocimiento intentaria ayudarle.

Busco ropa limpiaba de cuando era más joven y algunos trapos para limpiar sus heridas y la suciedad que habia traído del rio. Llevó todo a la pieza de su hijo y saco a los hombres para poder trabajar con ella.

No parecía tener más que cortadas y algunos golpes pequeño, que se estaban coloreando de purpura y suciedad adherida a su piel. Parecía que la chica había corrido con mucha suerte muy diferente a sus acompañantes.

Cuando temino de limpiarla, ponerle algunos unguentos que conservaba y vestirla . Dejo entrar a su esposo y a su hijo.

La mujer se percato de la mirada de su hijo hacia ella, tenia una mirada curiosa y sus ojos brillaban más que nunca aun que también se miraba un tanto preocupado.

Era obvio la chica era bastante joven y muy bonita, de piel extremadamente palida y una cabellera negra. No parecía tener manchas de sol y su piel no estaba curtida por el trabajo del campo. Cabía la posibilidad que la chica fuera de la nobleza.

‐--¡Ni te hagas ilusiones ni historia tontas!–le regaño con firmeza.

---¡Mama!

---¿Acaso no ves su piel suave y sin manchas? La chica jamás a trabajado y mucho menos en el campo.

El chico suspiro con tristeza, su madre tenía razon debía mantener distancia, pero estaba seguro que en la vida había visto a una chica tan bella que parecía irreal. Tenía la belleza de una flor o quizá de una rosa, una rosa roja como sus ojos.

Sacudió la cabeza tratando de alejar sus pensamientos, lo importante era que se había salvado de morir, ahora debían esperar que despertara.

Algunos días después la chica parecía no querer despertar de su sueño profundo, quizá debían estar preocupado, pero lo cierto era que se miraba mil veces mejor que cuando la habían traído.

La fiebre había terminado, el color rojo había pintado tiernamente sus labios y sus mejillas. Su pulso estaba más constante y fuerte qué nunca. Los moretes habían dejado de ser repentinamente púrpura a una amarillo casi imperceptible, sus heridas solo eran finas líneas qué estaban a punto de desaparecer.

Hasta parecía que no había sido arrojada desde un precipicio a las aguas bravas del río de las liebres.

---¡Lleva esta ropa a la tu pieza, cambiaré a la chica más tarde y revisare sus heridas!

El chico asintió con emocion, su madre casi no le dejaba entrar a su pieza, alegando que ella necesitaba privacidad pero relamente la razón era por que podía pasar horas contemplando la forma en la que parecía dormir profundamente.

Al llegar a su pieza iba distraido pero en cuento levanto su mirada, su corazón se exhalto y la ropa que llevaba en sus manos resbaló de sus brazos. La chica estaba sentada en la cama, con las manos en los ojos, quizá intentando que sus ojos se acostumbraran a la claridad.

La algria burbujeo en su pecho y como si fueran conocido de toda la vida.

---¡Despertaste!---grito tan alto que termino alertando a sus padres. Que  inmediatamente corrieron a la pieza de su hijo.

Mietras tanto, la chica al oir la voz del chico, giro la cabeza en su dirección y lo miro un tanto confundida. No podía reconocer quienes eran las personas que la miraba desde la distancia, tampoco podía reconocer el lugar, ni como había llegado allí.

Pero lo que más comenzaba a alterarla era que tampoco podía recordar quien era antes de haber despertado allí...

Pero lo que más comenzaba a alterarla era que tampoco podía recordar quien era antes de haber despertado allí

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