5.4 🐈‍⬛

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Jiuen  levanto las manos dando a entender que se estaba rindiendo pero confiar en un lobo rindiendose era tan falso como creer que una liebre era tierna y que no mataba ni a una  mosca. Jieun sentia  el metal filoso clavarse en su piel y pobablemente tendría una herida al final pero atrapado jamás y menos por alguien qué olia a rosas frescas.

Sin embargo sus intentos por llevar la situación por la paz se vio amenazada en el preciso instante que el chico que sostenía la pintura, bajo la mirada a su muy reluciente espada que se delataba por un rayo de luz, proveniente de la luna.

Jieun vio como el cuello del chico se tenso y lo vio tratar de impedir que los papeles cambiaran pero fue demaciado tarde. Jieun sonrió y en tres movimientos habían volteado de situación en ambas partes. No por nada los maestros de Rae intentaban excluirlo de las clases de combate y como después de agarrar confianza siempre termina derrotando al príncipe heredero. No por que este fuera malo para el combate si no porque el era mucho más hábil.

El emperador de las rosas dejo escapar el aliento, todo había pasado demaciado rápido.

Jieun sostenía del cuello al emperador mientras su espada descansaba tranquilamente en su hombro. El jadeo fue colectivo y está vez fue el emperador qué levanto las manos.

—Me tienes pequeña pantera. ¿Que harás ahora? ¿Me matarás?

Jieun no contesto. Aun debía analizar la situación. Cuantos a demás de la familia real estaban allí, que tan peligros sería tener en la sala del trono a Rae y al montón de estupidas panteras al borrachas.

El chico a delante tenía la mandíbula tensa y mantenía también su espada en alto.

—¡Suéltalo y los dejaremos ir con todo lo que se han robado ya!

Jieun trato de no parecer sorprendido ante la valentía del chico pero veía el miedo en sus ojos algo que el habia perdido en el momento que habia llegado al imperio de las panteras.

—¿Qué los hace pensar que nosotros somos los que estamos en desventaja?—Pregunto Jieun jugando con el magnífico brillo de su espada. — Un grito de mi parte y todos los guardias estarían en menos de dos minutos aquí. Terminarían el trabajo de las liebres.

Jieun escucho perfectamente tragar al chico y solo entonces el emperador hablo.

—¡Yo soy el emperador... alteza. Déjalos ir y puedes hacer de mi lo que quieras!

Jieun se sorprendió, sin querer habia dadk a entender que el era el principe de las panteras. No lo desmintió, podia tener  aun mas ventaja sobre ellos.

—¡Noo! ¡Yo soy el que debería quedarse!

Expuso el chico dejando caer su espada y dejando por un lado el cuadro envuelto en cortinas.

—¡Cállate!—rugio el emperador  de las rosas —Llévate a tu madre y no mires atrás.

Jieun se sorprendió al escuchar al emperador, mas que todo por que su instinto de lobo le gritaba que no creyera todo lo que decian. Era solo una actuación la que estaban montando ante sus ojos para esconder la verdadera línea de sangre del emperador de las rosas.

—¡Padre! ¡No te dejaré! ¡Prefiero que me lleven a mi!

Más mentiras que casi le hicieron rodar los ojos, Jieun observo solo por curiosidadal chico con olor a moras dulces. Por la oscuridad no podía decir si se parecía al emperador o a su esposa aun que todos olían muy dulce algo muy distinto a como olían los lobos y las panteras. Sin embargo algo no cuadraba.

—¡He dicho que te calles!

El chico bajo la cabeza como un subdito más, nunca había visto a Rae bajar de esa manera la cabeza ni ante sj padre y menos en un desacuerdo. Quizá por que Rae poseía un alma indomable y era el único hijo del emperador.

—Su alteza, le pido de nuevo que deje ir a mi familia.... Se lo pido como un favor entre familias reales, aun que después de todo, mi dinastía ya no existirá más.

Jieun aún no se tragaba sus mentiras pero tampoco quería formar parte del estúpida misión de exterminar a una gran dinastía solo por que le salía de los huevos a los otros imperios hacerlo.

Asintió y el chico hizo una seña para que terminaran de cargar las últimas cosas a la carreta qué se escondía entre los matorrales de rosas. Algo que de nuevo volvió a sorprender a Jieun, ellos si pensaban escapar después de todo pero no esperaban que las panteras llegarán días después de la cacería que les había montado las liebres.

—¡Espera!—declaró Jieun—El cuadro es de mi propiedad ahora.

El chico miró a Jieun con odio antes de mirar  al emperador, pero solo recibio otro profundo gruñido. Algo que espabilo al chico que dejó el cuadro por un lado  con evidente molestia y se marchó.

—Tengo curiosidad...

Empezó Jieun pasando la parte de su espada sin filo por el cuello del emperador.

—¿A quien es que pinta con tanta insistencia su príncipe magestad?

El emperador se tenso pero no contesto tan rapido, otra vez pensaba su respuestas a Jieun.

—Era... era la prometida de mi hijo

—¿Era?

—¡Ella murio unos meses atras!

De nuevo más mentiras, el olor a  durazno  no era de un muerto pero a Jieun ya no le importaba, perfectamente sabía que la estaban escondiendo y por lo que veían no estaba con ellos.

A los pocos minutos estaba listos para partir. Jieun soltó al emperador ante su mirada de total sorpresa. Quizá aún pensaba que lo iba a matar pero eso no era lo que Jieun tenía en mente.

—¡Váyanse!

El emperador le tomó dos minutos entender sus palabras.

—¡Esto jamas lo olvidaré...—El emperador hizo una pausa, queriendo saber su nombre.

—¡Ahora!—Puntualizo Jieun, no iba a decirle su nombre, para su magestad el era el príncipe de las panteras y como esperaba no volver a verlo, prefería que se quedara así...

...

¡Hola mariposas!

¿A que Jieun no tiene un corazón precioso? pero que se me hace que eso de no volverlos a ver estará algo difícil. Que dicen ustedes...

Bueno aquí doy por finalizado el quinto capítulo, espero les halla gustado y por favor no se olviden dejar su me gusta. 😔

Nos vemos pronto
Besos y abrazos
Lía Diso 🦋

The Panther Empire Donde viven las historias. Descúbrelo ahora