//Romance +18//
🐈⬛ Libro #1
Jieun es un príncipe de aspecto delicado pero que su aspecto hermoso no confunda a sus enemigos, podría destruirlos con un leve pestañeo, se mantiene recluido en el imperio de las panteras por culpa de los celos de la...
Dos doncellas se dedicaban a cepillar su cabello mientras le agregaban aceite de pomelo y lo trenzaban, otra doncella de rodillas sobre su cama le brindaba un masaje relajante sobre sus hombros y la cuarta y quinta exparcian sobre su piel aceite de romero para suavizar los maltratos qué había ocasionado el viaje.
Mantenía los ojos cerrados pero el ruido de los martillazos sobre la dura pared de su habitación en el palacio de las panteras, no lo dejaban relajarse del todo. Había regresado de la misión apenas hace un día, el emperador los había dejado descansar pero sabía que pronto los llamaría.
Los martillazos de detuvieron y escucho los pasos sobre la madera acercándose a el.
---¡Esta listo su alteza!---Expreso la pantera inclinado su cabeza.
Jieun sonrio y se levanto de la cama. Había logrado traer el cuadro de el imperio de las rosas sin que nadie se interesará por el, ni siquiera Rae le tomó importancia, después de todo habían sido como piratas, saquearon todo lo bueno de un reino para traerlo al suyo.
Un cuadro no era lo más valioso y menos para una dinastía que no apreciaba el arte. El tampoco, pero esa pintura era especial, ese color de ojos y como cada vez que los miraba podía recordar ese delicioso olor a duraznos, que le volvía loco.
El cuadro ahora estaba colgado al lado de su cama, una cama que no usaba por que solía dormir en la habitación de Rae. Algo que se había vuelto una costumbre y no sabia en que momento habían llegado a tal punto. De todas formas no es como si pudiera colgar ese cuadro en la habitación de Rae, no para que el pudiera apreciarla también.
De ninguna manera.
Jieun suspiro y regreso a la comodidad de su cama, Rae al contrario de él no había podido descansar del todo, pues debía supervisar como iban los trabajos de escabacion para poder desviar una parte de la corriente del río de las panteras para salvar los cultivos de arroz.
Era algo que se debía hacer pero no del que estuvieran felices, pasaban la mayor parte del tiempo en el río en su ratos libres y este desvío ocasionaria que su nivel fuera muy bajo.
---¡El emperador!
Jieun dejo sus pensamientos y rápidamente tomo la bata con bordados de rosas en oro que había robado del imperio de las rosas y cubrio su torso en el justo momento que el emperador entraba a su habitación y el se inclinaba en forma de saludo.
---¡Bienvenido su majestad!
Su majestad no respondió inmediatamente pero a Jieun le pareció rara la forma de sonreír de este. Si no lo conociera diría que esta feliz, pero eso solo sucedía cuando tenia en un plan en mente que le hacía mucha ilusion.
---¡Jieun, veo que te relajas!---expreso haciendo con una mirada que todas las doncellas salieran de la habitación. El emperador no se quedó alli, comenzó a pasear por la habitación, siguiendo el rastro de piedras que lo llevó al cuadro.
Los ojos del emperador estaban sobre el, ahora.
---¡Un cuadro peculiar, quizá sea mejor si sus ojos fueran de un aspecto mas normal! ¡Esos ojos son....
Jieun se tenso y no dejo que siguiera por ese lado la conversación.
---¿A qué a venido hasta aquí, su majestad? Solo dos veces en mi vida a visitado este lugar. Cuando llegue y hoy.
El emperador asintió acercándose a Jieun
---Crei que no hacías uso de tu habitación, pero imagino que en algún momento tendrás que volver a usarla... Aun que no quieras.
Un mensaje que no paso por alto Jieun, sabia que el emperador estaba molesto con el desde que descubrió que tenían una relación un tanto especial con el principe heredero pero como había partido inmediatamente a la misión, no habían tenido tiempo para hablar sobre ello.
---Hace poco que se entero que no la uso, su majestad, porque tampoco esperaba que le hiciera compañía a Rae en las noches... ¿Que le hace pensar que eso sucediera pronto?
El emperador perdió la sonrisa pero no la tranquilidad.
---Jieun, no olvides que te he tratado mejor que a un principe en su propio imperio, como a un hijo, pero también puedo hacer de tu vida una pesadilla y tu padre no hara nada al respecto.
Los labios de Jeun se hicieron una línea, sabia que podia ir en contra, después de todo el tenia el favor de Rae pero con que proposito. Solo era su orgullo el que estaba en la batalla, no su corazón.
---Rae regresara pronto, cuando lo haga, los espero en la sala del trono. ---Los ojos negros de su majestad estaban bastante calmados y ya tenía una lijera idea de la razón.
---Asi será su majestad..
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.