4.1 🐈‍⬛

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De vuelta a la ruta que habían tomado para ir al imperio de las rosas, Jiuen y Rae venían muy callados. Rae ya no estaba molesto pero Jieun se había perdido en sus pensamientos luego de ver a su familia, después de no ver a su madre en muchos años.

Jieun por otra parte quería agradecerle a Rae por haberlo defendido de su hermano, por dejarle en claro a su hermano y a su padre, que el valía más que todo estúpido imperio de los lobos que lo único que había hecho era enviarlo a su suerte con las panteras. Si la historia hubiese sido distinta, estaría en un calabozo oscuros, peleando migas de pan con ratas o siendo torturado.

En cambio el rey lo había tratado desde el principio como otro príncipe más, había sido educado junto a Rae, comido en la misma mesa que el rey, vestido con las telas más caras y hermosas de los cinco imperios. Rae le había dado un rango superior sobre tantas panteras y lo había dejado ser caprichoso.

Quizá no estaba satisfecho con la vida que llevaba pero siempre le estaría agradecido.

---¡Lamento que halla tenido que ser así!-se disculpo Rae disminuyendo la velocidad de su caballo para cabalgar junto a Jieun.

Jieun lo miro sonriendole con calidez.

---No tienes que disculparte, mi medio hermano siempre ha sido asi. Después de todo mi madre es la concubina favorita y eso es algo que la emperatriz jamás nos perdonara.

Rae negó con la cabeza.

---No me refería a el, no es más que un niño malcriado, que no merece ser el proximo rey.

Jieun no dijo nada al respecto, sobre si merecía o no ser rey. Después de todo, no era quien se lo merecía, si no quien había nacido primero. Alguna vez se preguntó qué hubiera pasado si el hubiese nacido primero pero luego se reprendió porque eso no existía.

---Si llego a ser Rey antes que el, hablaré con tu padre. Tu medio hermano da una imagen muy débil del imperio de los lobos.

Los labios gruesos de Jieun se volvieron una línea fina y sus ojos se oscurecieron.

---Apuesto que le darías una paliza con una caña de bambú antes que el pudiera mover un solo dedo.

Jieun jalo las correas de cuero de su caballo para detenerlo y este relincho molesto. Rae también se detuvo y supo que había metido la pata. Si había algo en el mundo que le diera miedo, ese era Jieun cuando sus ojos plateados se volvían negros pero eso jamás lo demostraría.

---¿Y según tu quien merece el trono de los lobos? ¿Yo? ¿un principe recluido en el imperio de las temibles gatitos?

Rae hizo como si no hubiese dicho nada malo y como si tampoco hubiese eschuchado el veneno en las palabras de Jieun. Simplemente volvió a poner en marcha a su pura sangre. Si pudiera dejar ir a Jieun a su imperio, junto a su madre, el mismo lo podría en el trono de los lobos pero dadas las circunstancias, eso no iba a ser posible. No en esta vida.

---Quiza lo mejor sería disolver el imperio de los los lobos y que ellos juren lealtad a un único imperio.

Jieun no podía creer lo que estaba diciendo, habían empezado bien pero disolver otro imperio.

---Tienes razón, que puedo esperar de las estupidas panteras, que quiere borrar al imperio de las rosas solo por que quieren casar a una niña con otro imperio y no les invitaron al banquete.

Jieun apresuró a su caballo y Rae se quedó con las palabras en la boca.

---¡No soy tan malo como piensas Jieun!

Le grito pero fue en vano, Jieun se habia adelantado mucho en su caballo, otra vez estaban separados.

Esa noche al acampar en el inicio de las tierras del imperio de las liebres, espera que Jieun llegara a acompañarlo como todas las noches, pero no lo veia por ningun lado. Asi que le pregunto a uno de sus guardias y el le hizo saber que Jieun se había ofrecido a hacer la primera guardia.

Rae suspiro cansado, despues de todo Jieun podia hacer todo lo que quisiera por que el mismo asi habia defendido su derecho por muchos años, sus ordenes estaban por encima de culaquier pantera del reino con excepcion de su padre y el.

Escucho un aullido a lo lejos y eso fue suficiente para que se metiera a su tienda a dormir, Jiuen no iba a regresar tan pronto...

Escucho un aullido a lo lejos y eso fue suficiente para que se metiera a su tienda a dormir, Jiuen no iba a regresar tan pronto

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