//Romance +18//
🐈⬛ Libro #1
Jieun es un príncipe de aspecto delicado pero que su aspecto hermoso no confunda a sus enemigos, podría destruirlos con un leve pestañeo, se mantiene recluido en el imperio de las panteras por culpa de los celos de la...
Mantas finas con bordados de oro, cojines morados de la mas fina tela yacian en el suelo. Cofres de madera oscura con filigranas de rosas, lleno de joyas del imperio, piedras preciosas y monedas de oro.
Eran reunidos por los guardias del imperio de las panteras mientras los príncipes se divertian bebiendo.
La risa de Jieun se escuchaba por todo todo el salón mientras era perseguido por un Rae lleno de plumas y con una almohada en las manos, con la fija intención de vengarse.
Solamente se había descuidado un momento cuando su propio demonio vestido de ángel, de ojos grises, tomo una almohada, lo miro y el supo lo que iba a hacer Jieun, pero se confío. El primer almohadazo fue suficiente para que todos los de la guardia real perdieran el aliento al ver a su príncipe caer de tracero en los cojines.
Luego a eso le siguió un segundo almohadazo y un tercero. Las risas de Jieun llenaron la estancia mientras arremetia sin piedad hasta que inevitablemente las almohadas explotaron y las plumas se esparcieron por todos lados.
Los guardias contuvieron las risas y siguieron su tareas normales. Otro fuese el que le hubiese reventado una almohada de plumas al principe heredero y estaria a fuera suplicando que lo ejecutaran antes de ser terriblemente torturado. Sin embargo ese quien le había reventado una almohada al hijo del rey tenía más privilegios que cualquier otra pantera y se daba el lujo de tentar a su suerte cada minuto y segundo del día.
Las risas hicieron perder la fuerza a Jieun y las cartas fueron cambiadas a favor de Rae. Quien tomó una almohada y pensaba defenderse, Jieun recibió de lleno el primer almoadazo que del golpe exploto otra bolsa y su cabello negro se vio invadido por una nuve de plumas que lo volvian aun mas angelical.
Jieun se recompuso como pudo y corrió por todo el salón del trono pidiendo ayuda ante un Rae vengativo y divertido. Corrieron un buen tiempo entre juegos hasta que Jieun llegó a su limite y Rae aprovecho para tomarlo de los brazos e impedir que se fueran. Juntos cayeron a la pila de cojines y plumas. Las risas inundaba el salón hasta que un beso fue robado.
Los guardias reales también dejaron las risas y salieron inmediatamente de la sala del trono al ver como el juego se convirtió en otra cosa. Las risas de apagaron así como las prendas de cada uno fueron dejadas en el suelo.
Horas más tarde, Jieun despertaba desnudo en medio de la sala del trono en medio de una nube de plumas. A su lado había dejado dos batas, una plateada y una roja con bordados de rosas en oro. Era algo tan bonito, que jamas tendria en el imperio de las panteras, que sin dudarlo quizo quedarsela.
Jieun se puso en pie, su cabeza dolia un poco pero la necesidad de agua era mayor y no veia a su alrededor ningún guardia real que no estuviera borracho. Rodó los ojos y pensó que en ese momento bien podrían ser un blanco fácil para cualquier imperio enemigo.
A su lado, Rae seguía durmiendo y dudaba qué despertara en toda la noche. Camino hacia las cocinas del palacio haciendo caso omiso del olor putrefacto que empezaba a emanar de los cuerpos. Tomo una jarra y la lleno de agua. Luego la tomo derramando parte de ella en su pecho. Tomo una segunda de igual forma y lleno una tercera para llevarle a Rae cuando despertara.
Sin embargo cuando caminaba de regreso en medio de la oscuridad, se le ocurrió pasear por el palacio. Dejo la jarria con agua en una mesa y subió las escaleras a lo que imaginaba serían las habitaciones. Las cortinas rojas con bordados de rosas en hilos rojos y los inminente jarrones con rosas de todos colores inundaba el pasillo hacia la habitación real.
El olor a putrefacto también comenzaba a emanar de las habitaciones y pensó que debería regresar. Sin embargo continuo a pesar que sintió su estómago revolverse y abrió la primera habitación. Todo estaba destruido y pudo observar una pareja en medio de la cama. Nunca había visto a los monarquía del imperio de las rosas más se decía que era sumamente hermosos.
Jieun se acercó y observo a la pareja. No parecía ser las personas hermosas de las que todos hablaban. Lo encontró extraño pero lo paso por alto.
Luego se metió a otra habitación, las cortinas eran de color rosa y había en el ambiente un ligero y adictivo olor a durazno muy por debajo de la putrefacción y la sangre. Le recordaba al olor a mandarinas y a tierra mojada qué olia en la habitación de Rae y en especial en sus sábanas.
Se acercó a la cama y está vez había un chico degollado, pero lo que más le llamó la atención era que no tenía encima el olor a durazno que la habitación desprendia.
Algo no cuadraba y lo supo al oler las sabanas de esa cama. El olor a durazno era aun más intenso. Esa habitación pertenecía a otra persona y estaba seguro de ello. Así que cabía la posibilidad que la verdadera monarquía había escapado...
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