Ciudad de Nueva York. Agosto, 2020.
Comenzaba a odiar los lunes de nuevo... Con una pereza logro levantar medio cuerpo y fijarme en mi reloj y darme cuenta de que son las siete con cuarenta y cinco minutos. Mierda.
Greeicy Heaven es el nombre. Mamá me decía de que era algo baja para mis diecisiete años, pero somos de la misma estatura, entonces no le veo el problema. Según papá, había obtenido sus determinantes ojos azules. Mis padres son empresarios; papá es francés y mamá es española, y a pesar de que intentaron enseñarme esos idiomas, yo apenas entiendo el idioma de donde soy.
A mi mellizo y a mí siempre nos han dado una vida de lujos y caprichos. Asistimos al colegio New Western, una escuela privada en Nueva York. Pero no, eso no nos convierte en unos esnobs de mierda que se puedan meter con la gente y hacerles la vida imposible a todo aquel que nos rodea porque mami y papi no están alrededor. Sabía lo que pensaban los demás cuando veían nuestra casa y asumían que éramos ricos y que teníamos un ego por los cielos.
Me levanté lo más rápido que pude y entré al baño a lavarme la cara y los dientes. Salí y despojé de mi pijama de carros y me puse mi uniforme. Una falda gris oscura, camisa blanca con una corbata gris con blanco ─que por cierto, odio usarla─, una chaqueta gris oscura con roja con el escudo de la escuela, calcetines negros y zapatos negros. Hubiese deseado ir a una preparatoria donde podías usar lo que sea, pero mis padres quisieron educarnos con... clase.
Me senté frente al tocador y comencé a cepillar mi cabello castaño, tratando de hacer que mi flequillo esté parejo, que por cierto estaba hecho un desastre como todas las mañanas.
Preparé mi mochila colocando las materias que llevaré, unos auriculares y un libro. A veces cuando mis amigas no están es lo que hago, leer y escuchar música. Tomo mi teléfono desconectándolo del cargador y ver notificaciones de múltiples aplicaciones.
─Oye, boba, llegaremos tarde. ¡Apúrate! ─dijo Max, mi mellizo, gritándome desde el pasillo.
─Ya voy ─grité, y me doy una última mirada en mi espejo.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras, ya no me dio tiempo de desayunar, así que solo tomé una manzana y bebí poco jugo de naranja que me habían servido para desayunar.
─ ¡Bonjuor, Greeicy! ─me saluda Paulo, nuestro amigo y cuidador estaba en la cocina preparando algo. Él se ha hecho cargo de nosotros desde poco después de que hayamos nacido. Apoya a su familia que se encuentra en Francia, y vive con nosotros por la mayor parte del tiempo. Él es como nuestra segunda figura paterna─. ¿No desayunará?
─No tengo tanta hambre, aparte ya se hace tarde ─dije. Él se decepciona y apaga la estufa.
─Así es, Paulo, otra vez se hace tarde por culpa de Grey ─dijo Max pasando detrás de mí y tomando al igual una manzana.
─Es tu culpa por no levantarme antes, te dije una vez que lo hicieras porque a veces suelo tener el sueño pesado ─dije, y me crucé de brazos, creo que se indignó por la cara que hizo.
─ ¿A veces? Ahora resulta que tenía que levantarte. ¡Ja! ─expresa con falsa gracia, haciéndome entrecerrar los ojos, pero decido ignorarlo.
─Bueno, bueno, entonces ya hay que irnos. Y por favor, no peleen más, nunca van a cambiar ustedes dos.
─Nunca ─dijimos ambos como en coro, algo que nos dio gracia.
Ya salimos de la casa para ir hacia el auto, me gusta pasar por nuestro lindo jardín, tan verde, lleno de vida y con unas hermosas flores aleatoriamente puestas por todas partes, aunque creo que el jardín trasero es mucho más hermoso. Paulo se dedica cada mañana de llevarnos a la escuela, no entiendo cómo puede levantarse tan temprano. A veces papá manda a su chofer temporal cuando Paulo tiene que salir.
Hoy era el primer día de nuestro último año de preparatoria. Nunca pensé terminar ese lugar, y pensaba en que las cosas deberían cambiar antes de que entremos a la universidad. Me emocionaba un poco ver qué cosas nuevas se nos presentarían.
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El primer capítulo es corto, pero poco a poco se irán alargando. Se vienen cositas...
x Wendy
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Heavens (En Curso)
ChickLitGreeicy Heaven ha acumulado los problemas del pasado hasta el punto de afectar sus relaciones sociales, y con ello, sus relaciones amorosas. Fue así hasta que conoce al nuevo amigo de su hermano mellizo, quien poco a poco comienza a entrar en la vi...