Capítulo 10

30 10 27
                                    

Salí con rapidez del salón para dirigirme hacia el baño. El ver y oler la sangre me mareaba. Yo era de aquellas personas que se desmayarían si viese mucha sangre, no podía ser yo una doctora o una enfermera. Lo peor era de que la sangre no disminuía y necesitaba tocar mi nariz para hacer que pare el sangrado se detuviese pero me dolía. Al llegar a la esquina donde se encontraban los baños me di cuenta de que estaban cerrados ya que estaban haciendo limpieza.

Gruñí un poco y se me vino a mente la idea de ir con la enfermera, me sentí tonta por no pensar en eso antes. Entonces fui a la cafetería donde tenías que pasar para llegar con la enfermera Mary. Ella me ha tratado más veces de las que quisiera contar, pero eso ha logrado que me lleve bien con ella, casi como una amiga. Ella me atendió, hizo que la sangre disminuya mientras estaba sentada y con los ojos cerrados. Escuché la puerta abrirse pero lo ignoré porque llevaba algunos minutos con dolor de cabeza.

Me alarmé al sentir una mano en mi hombro ya que la enfermera jamás haría eso. Abro los ojos de golpe y me relajo al ver de quién se trata.

─Oh. Sebas, me sacaste un susto ─le digo y él se ríe un poco.

─Lo siento.

─ ¿Qué haces aquí?

─Quería ver si estabas bien ─él se encoge de hombros─. Además ─se acerca y me susurra─, creo que podemos liberarnos de esta clase ─me da un sonrisa pícara y lo miro confundida.

─ ¿Ambos? ─inquiero y él asiente─. Oye, al menos yo tengo una excusa ─le intento apuntar a mi nariz con los ojos.

─De hecho, quería ver si podías ayudarme a conseguir mi horario. Lo pensé por un minuto, y no creo que haya decidido qué club tomar.

Lo miro desde mi lugar, notando como su cabello le cubría la frente y casi tocaba sus pestañas. Él me observa con detenimiento y procedo a desviar la mirada. Sigo teniendo ese punto débil.

─De acuerdo ─accedo a su proposición. Me gustaba ayudar a las personas, en especial cuando se trataba de perder la clase─. A mí tampoco me agrada demasiado esa clase.

─ ¿A qué se debe?

─Mi padre es francés y nuestro cuidador también lo es. Insisten en que debería aprenderlo, pero a mi no me interesa demasiado. Mamá ha perdido casi por completo el idioma español ya que no lo practica con nadie más que con nuestra abuela. Pero mi abuela habla inglés entonces nos comunicamos mejor de esa manera.

─Cierto. Max solía decirme algunas cosas sobre ustedes ─inclino un poco la cabeza porque me sorprende que sepa cosas.

─ ¿Qué cosas?

─No mucho. Pero lo suficiente para conocerlos a todos un poco ─se limita a decir y asiento. La enfermera regresa conmigo con un papelito cuadrado en su mano.

─Oh, ¿necesitas ayuda? ─le pregunta a Sebas.

─Viene conmigo, de hecho ─le sonrío, nos observa y asiente. Ella toma la pluma de su bolsillo─. ¿Puedo irme? ─pregunto y ella asiente.

─Estarás bien, pero no te puedo dar pastillas para el dolor de cabeza, así que te recomiendo ir a un lugar callado por esta clase. ¿Son de la misma clase? ─ambos asentimos y ella igual─. ¿Cuál es tu nombre? ─le pregunta a él.

─Sebastián Cooper ─ella lo escribe en el papel y se lo entrega a él.

─Para que no se metan en problemas ─nos dice y se va. Es un pase que tenemos que cargar con nosotros en caso de que un encargado nos vea vagar por los pasillos.

Heavens (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora