Capítulo 11

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¡Mis queridos lectores!
Muchas gracias por llegar hasta esta parte de la historia. Me excuso por el tiempo que pasé alejada de la plataforma. Ocurrió una calamidad doméstica bastante dolorosa que me tuvo un poco alejada. Pero he vuelto con intención de seguir forjando la historia de Dalia. Espero que disfruten leyendo este capítulo tanto como yo disfruté redactándolo. No olviden votar, comentar y añadir mi historia para ser los primeros en estar al tanto de las novedades.

Sin más, he acá el capítulo 11.








Las semanas habían transcurrido de modo tal que Dalia había perdido la noción de cuánto tiempo había pasado.

Después de aquella noche de emociones tan fuertes, Mark se había vuelto algo distante y aunque Dalia trataba de agradecer ese gesto después de todo lo que le había confesado, no podía evitar sentirse algo extraña. No paraba de darle vueltas y al menos aquello le daba oportunidad de distraer su mente en algo que no era horroroso, algo que era, de hecho, lo más bello que alguien le había dicho en su vida, lo que ella había percibido más sincero aunque no terminaba de fiarse del todo.

A la mañana siguiente Brielle la había acompañado a la estación a contarle a la agente Ana Andrews todo lo que había ocurrido con Ronny en el café y desde esa mañana, Brielle se había convertido en su sombra y amiga inseparable, además de los agentes que desde entonces le habían asignado para cuidar de su seguridad y la seguridad de la familia Ross. Dos hombres de edad pero muy en forma que manejaban un automóvil tan anticuado que pasaba completamente desapercibido.

Claramente, todo era parte de la estrategia de la agente Andrews para atrapar a Ronny desapercibido en caso de que se presentara la oportunidad. Esa misma mañana también se había enterado de que Mark había renunciado directamente a su caso —cosa que la había sorprendido bastante—, y en su lugar ahora estaba al frente Blake Campbell, quien, según Brielle, además de estar "buenísimo", era un hombre de dechado en experiencia.

Dalia sabía que había un equipo entero en la investigación de su caso y eso le daba cierta sensación de seguridad, aunque para nada desaparecía la sensación de que Ronny le respiraba en el cuello. Se le hacía de lo más extraño que, con el pasar de los días, Ronny no se hubiese hecho notar. Sin embargo, la consolaba un poco el hecho de saber que la policía ya tenía información importante, aunque Brielle la había convencido de que lo mejor para su salud mental era no saber demasiado, a excepción de lo estrictamente necesario. Elle la había animado a confiar en el trabajo de los profesionales.

—Me alegra mucho ser testigo de tu mejoría, Dalia —exclamó la doctora Clarissa Jones sacándola de sus pensamientos—. Parece ser que todo está bien. En orden.

Clarissa era la médica forense quien desde el inicio había tomado su caso y la había examinado.

Brielle esperaba a Dalia afuera con el único fin de brindarle privacidad y respiro en la tan minuciosa consulta con la doctora Jones.

Dalia expulsó con disimulo el aire que había estado reteniendo en sus pulmones al escuchar las tan anheladas palabras de que todo se encontraba en orden. Había sido citada por Clarissa para una revisión de escrupulosa rutina que había sido asignada tiempo atrás dada la gravedad de las heridas con que se presentó a la policía, y, además de eso, había estado presentando síntomas tales como dolores frecuentes de cabeza y mareos que no eran usuales en ella, y eso había conseguido preocuparla.

—¿Quiere decir con eso, doctora Jones, que lo que he sentido es normal? —cuestionó mirando a la mujer con atención.

—No podríamos decir sin ápice de duda que es completamente normal dado que lo normal es que el cuerpo no presente ningún tipo de molestias. Al menos no un cuerpo joven y sano como el tuyo. Sin embargo, dadas las circunstancias a las que te has visto expuesta, estos síntomas que presentas pueden tener variables razones. Estrés postraumático, además de las secuelas propias del maltrato y los diversos golpes que recibiste. Es cuestión de meses para que los síntomas cesen. —Puntualizó Clarissa con calma, asegurándose de que Dalia había entendido todo lo que le había dicho.

El martirio de DaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora