Capitulo 18: Vigilia

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Narra Erick

-Debes comer algo-dije dándole un café un un sandwich a Adara. Ella lo tomó y me miró.

-Muchas gracias, no tenías porque hacerlo-susurró ella y me senté a su lado, ella comenzó a comer.

-Comételo todo-dije y ella asiente. La miré y quería abrazarla, decirle que la amaba con mi vida.

Si, me enamoré de ti.

Mi bella y dulce Adara.

-¿Para cuando nececitas los votos?-susurró ella y la miré.

-La boda es en una semana-dije y ella sólo asiente.

\\\\

Adara se había quedado dormida, y su cabeza descansaba sobre mi pecho y yo acariciaba su cabello.

-Mi hermosa Adara-susurré y siento la mirada de Ares sobre mi.

-Gracias por estar aquí-dijo Ares y solo asentí. Ares se fue a preguntar por alguna noticia y veo que llegaron papá, mamá y Harley al hospital.

-¡Mi amor!-dijo Harley levantando a Adara. Ella se abalanzó contra mí y me besó.

Narra Adara

-¡Mi amor!-escuche un chillido que me hizo levantarme. Harley se abalanzó contra Erick y lo besó. Por mi parte yo me levanté.

-Adara, ¿cómo estás?-dijo Cecilia.

-Bien-dije.

-Me alegro, me quedé preocupada el día de la inauguración del restaurante-dijo Cecilia.

-Iré a ver si hay noticias de Monserrat-dije y rápidamente caminé hasta donde Ares.

-¿Alguna novedad?-pregunté y Ares me miró.

-Nada aún-dijo Ares y yo lo abracé.

-Todo va a salir bien-dije y Ares acaricia mi cabello.

-Gracias por estar aquí-dijo Ares.

-Eres mi hermano y Monserrat para mí es como una hermana. Además, también está de por medio mi sobrina hermosa-susurré y el doctor salió.

-Ya ambas están fuera de peligro, solo fue un pequeño susto-dijo el doctor y los dos respiramos aliviados.

-Si quieres entra y le doy la noticia a los demás-dije y Ares asiente. El entró a ver a su esposa y yo me dirigí a donde estaban los demás.

-Monserrat y Celeste están fuera de peligro. Ares está con ellas en este momento-dije y todos se ven aliviados con la noticia que acababa de dar.

-Gracias al cielo-dijo Gabriel.

-Al fin logré llegar, ¿algo de Celeste y Monserrat?-dijo Adrián mirándome.

-Si, de echo, acabo de decir que ambas están fuera de peligro-dije y Adrián se acercó y me abrazó.

-Gracias al cielo-dijo él y nos separamos.

-Iré con Ares-dije y me alejé.

Esto es horrible...

Días después...

-La habitación a quedado hermosa-dijo Ares.

-De verdad que si, me encanta-dijo Monserrat y yo le regalé una sonrisa.

-Celeste va a estar rodeada de mucho amor, será la más consentida de todas-dije y llevé mi mano al vientre de Monserrat que se notaba bastante.

-De eso no me cabe la más mínima duda-dijo Monserrat.

-Voy a comprar pizza-dijo Ares yéndose y Monserrat y yo nos quedamos solas.

-Te ves mucho mejor-dijo Monserrat y la miré.

-Debo continuar, no puedo quedarme estancada-dije y Monserrat agarró mi mano.

-No sabes lo feliz que me pone saber que tú serás la madrina de Celeste-dijo Monserrat y sonreí.

-¿Cuando vas a hacerte una sección fotográfica?-pregunté y ella sonríe.

-Pues sobre eso, una marca quiere que sea la imagen principal para una colección que van a lanzar para embarazadas y claro que voy a aceptar esa oferta-dijo Monserrat.

-No sabes cuánto me alegra-dije y ella me miró.

-Por cierto, me enteré que ibas a dejar el trabajo en la oficina y me tomé el atrevimiento de conseguirte una cita con unos diseñadores que están interesados en que tú seas la imagen principal-dijo Monserrat.

-Oh... pero yo nunca e modelado en mi vida-dije y Monserrat me miró.

-Para esto tienes a la mejor maestra-dijo ella y solté una carcajada.

-No sabes cuánto te agradezco esto que estás haciendo por mi, pero... creo que después de la boda me voy a ir de este país a iniciar una nueva vida sola. Quiero enfocarme en mi, reconstruirme y poder encontrarme conmigo misma-dije y Monserrat me miró.

-¿Estas segura que vas a dejar todo?-dijo ella y asentí.

-Acá no tengo nada, y yo sé que Celeste estará bien con ustedes-dije y Monserrat me miró.

-Pero nos harás mucha falta, en especial a mi. Eres en la única persona que puedo contarle mis cosas y no me juzga ni me señala-dijo Monserrat.

-Me harás llorar, mira que ando muy sensible-dije y ambas nos abrazamos.

-Adara, puedo decirte algo-dijo Adara sosteniendo mis manos.

-Claro-dije y ella me miró.

-Noto un brillo diferente en ti, no sé cómo explicarte-dijo ella y la miré.

-¿Hablas en serio?-pregunté y ella se levantó y me llevó hasta el espejo.

-Mírate, no sé, te ves como llena de vida. Es algo que no logro explicarte. Por cierto, Ares me comentó que estabas teniendo episodios de mareos y vómitos. ¿Cómo sigues?-preguntó Monserrat.

-Ya se me alivió pero si tengo mucho apetito. Últimamente mi cuerpo me pide comer muchas cosas agridulces. Los otros días fui a la gasolinera por unas galletas saladas y mermelada de fresa-dije y Monserrat me miró.

-Sabes que a mí también me dio ese antojo. Ahora hace dos días Ares tuvo que salir a media noche a comprarme un helado de oreo-dijo Monserrat.

-Oh por Dios, ya se me antojó-dije y Monserrat levantó una ceja.

-Tu estás rara, sigo insistiendo que algo debes de tener-dijo Monserrat.

-Me siento normal, aunque si es subido de peso-dije mirando mi vientre y ella miró mi vientre.

-Adara, ¿tú haz estado protegiéndote?-preguntó Monserrat.

-No, ¿porque preguntas eso?-dije y ella me miró.

-Adara esa barriga no es de gordura. Mírate-dijo Monserrat y volví a mirar mi vientre.

-No te entiendo, ¿qué es lo que tratas de decirme?-pregunté y ella me miró.

-Sospecho que aquí adentro hay una personita-dijo llevando su mano a mi vientre.

-Eso es imposible, muy bien sabes que jamás podré tener bebés. Y si es gordura, okey-dije y Monserrat me miró.

-Aja-dijo sarcásticamente.

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