CC || ❝ Quien coño diría que una bailarina exótica fuera lo más parecido a una diosa que he visto en mi vida ❞
-Historia 100% mía, no se aceptan copias y/o adaptaciones.
-Contenido sensible, no apta para menores.
-Con esta historia NO prentendo sexu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nada parecía real, no me sentía real. Todo lo que había pasado y la manera en la que todo se "resolvió" tan rápido simplemente me consumía. Sabía que no todo podía ser así de fácil, tener una explicación tan sencilla como esto lo había tenido.
De cierta manera me sentía culpable, culpable por dejarme llevar por mis sentimientos, dejarme controlar por el corazón y no por mi cerebro, me sentía culpable porque por lo que paso me hundí en la miseria, cosa que yo no me merecía.
—¿Crees que podremos volver a estar como antes?
La pregunta me tintineaba la cabeza una y otra vez. Él se sentó justo en frente de mi, en mi cama mientras me miraba con culpa y desesperación. Me parecía algo estúpido pensar en como le trataría igual que antes después de todo lo que había pasado estos días.
—No —le agarre de la mano—, es más, creo que necesito un tiempo —me miro extrañado pero no se atrevió a decir nada—. Lo he pasado muy mal estos días, me siento mal todavía, no he parado de llorar cada minuto que estaba despierta por ti —explique—. Y después de lo que me acabas de decir, aún no se si creerte o no, de verdad necesito tiempo.
—Te lo juro que digo la verdad —se levanto con rapidez—, no sería capaz de mentirte, y aun menos de serte infiel o hacerte daño —se acercó más a mi.
—Eso ya no importa, de verdad necesito un tiempo, será lo mejor para mi —le mire—, será lo mejor para los dos.
Todo quedo en silencio, él me abrazo, besándome en la frente para luego apoyar su cabeza en la mía. Yo también le abrace, con fuerza, a pesar de todo siempre me sentiría bien abrazándole, su perfume llenaba mis fosas nasales y por unos momentos me arrepentí de la decisión que acababa de tomar.
Tocaron la puerta para luego abrirla, era Mikaela con una tímida sonrisa.
—Oakley —le llamo—, ha venido tu manager, dice que te están esperando abajo.
—Diles que esperen, por favor —él aún me abrazaba. Mikaela asintió y volvió a cerrar la puerta.
¿Acaso esto era una despedida? Mi corazón se aceleraba de manera rápida, no creía que esto fuera una despedida, es decir, solo nos tomaríamos un tiempo. Quizás si que era una despedida, de todas formas me había engañado, ¿pero si él me explico que fueron sus amigos porque no debería creerle? Era Oakley quien se estaba justificando, mi Oakley...
—No me quiero ir —dijo suavemente.
—Pero te están esperando...
—Me da igual, por culpa de esos cabrones es que ahora estamos así —yo reí—. Quiero quedarme en tus brazos toda la vida.