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┊╰  capítulo dieciocho ‧₊
    


     ¿Alguna vez te has sentido que tienes un vacío tan profundo dentro de ti que sientes que nunca vas a poder rellenar con nada? Eso era lo que me estaba pasando exactamente a mí

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¿Alguna vez te has sentido que tienes un vacío tan profundo dentro de ti que sientes que nunca vas a poder rellenar con nada? Eso era lo que me estaba pasando exactamente a mí.

—¿Como amenaces cariño? —mamá se sentó en el banco del jardín. Observaba mi habilidad para regar las plantas de la abuela con una manguera.

—Bien supongo —dije mientras me estiraba la espalda—. Mejor que esas petunias de allí —señale a las flores que llevaban semanas pudriéndose.

—Están infectadas —contestó mi abuela llegando junto a mi—. Tenemos que echarle fertilizante.

—Ya veo —contesté sin mucho interés. Mi abuela me arrebató la manguera y me dirigí de vuelta a mi habitación.

     Me tiré en mi cama. Las ventanas estaban abiertas y permitía que el frescor de la mañana entrara a sus anchas. Me envolví en mis sábanas y medité por un par de minutos si volver a dormir sería la mejor idea. En la mesita de noche que acumulaba tazas de café y libros a medio leer comenzó a vibrar mi teléfono.

—Amor, ¿Cómo estás? —contesté la llamada— Hace un par de días que no llamabas —escuché la risa de Mikaela al otro lado de la línea.

—El club está desbordado, te echamos de menos —confesó—. No te he llamado porque ha pasado algo y no sabía muy bien cómo contártelo —mi corazón se detuvo unos segundos, se escuchaba preocupada.

—¿Qué ha pasado? —no se escuchaba nada más aparte de la respiración de Mikaela acelerándose poco a poco.

—Es algo que te tenía que contar apenas sucedió —comencé a desesperarme—. Tienes que prometerme que después de lo que te voy a contar no te molestaras conmigo.

—Dios Mikaela, lo único que haces es preocuparme más y más. Por favor habla ya —supliqué. Ella suspiró.

—Bueno, hace unos días Oakley vino al club con su equipo. Él no pidió a ninguna stripper y estaba apunto de irse cuando Alex le dijo que tú no estabas allí —comenzó—. La noche estaba siendo buena, había mucha gente y el ambiente estaba muy animado. Pero todos nos fijamos mucho en Oakley, después de todo el era tu novio. Las chicas que estuvieron con su equipo se fijaron en que el no paraba de beber, tampoco paraba de meterse rayas de coca o fumar hierba —todo esto me estaba haciendo pensar en lo peor—. Los de seguridad cuando vieron que ya iba a comenzar a fumarse otro se acercaron para detenerle, él se levantó bruscamente y se desmayó...

—¿Entonces? ¿Qué pasó después? —el silencio de Mikaela me ponía de los nervios.

—Le había dado un etílico —en mi garganta se formó un nudo, el miedo me recorrió el cuerpo—. Lleva cinco días en coma —no sabía que contestar. Estaba en shock—. Sus amigos han dicho que su última palabra antes desmayarse fue tu nombre.

stripper. central ceeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora