El amor que Mariana le tenía a Plex cruzaba fronteras.
¿Unicornio logrará quedarse con Aldo?
Carrera no sabrá si tener a Viruzz detrás de él es bueno, ya que esta enamorado de Spreen.
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ElMariana.
Acomode mi camisa de botones dejando los primeros dos abiertos, estaba demasiado emocionado de salir por fin aquí en Madrid.
Cuando baje mire a todos listos para irnos, Aldo se encaminó hasta mi y tomó mi mano guiándome a la salida para irnos juntos. Le lance una mirada a Plex y este me observo serio, sonreí arrogante.
Llegamos y apenas entrar sentí como fui jalado al baño por el brazo de Plex, me recostó contra la pared y tomó mi cuello sin ejercer fuerza.
-. Mierda, te encanta provocarme -. Sus labios atacaron los míos y gemí de satisfacción cuando succiono mi lengua.
-. Déjame disfrutar, no mames -. Dije dándole un empujón leve.
-. Disfruta conmigo, sabes lo que tengo y se como te gusta -. Dijo con picardia.
-. Plex, no me hagas esto -. Dije haciendo ojitos.
-. Tu decides.
Mire los pros y contras, una cogida con el Plex la podría tener todos los días pero la Bresh no.
-. Si andas caliente es muy tu pedo, yo me voy -. Salí del baño y observe a mis amigos, me acerque a su mesa bailando.
-. Eh, eh, eh -. Gritaban mis amigos incitandome a bailar.
No se cuando pasó pero de la nada ya estaba en el centro de la pista con Shelao detrás de mi, mientras yo le perreaba hasta el piso.
-. Te mueves muy bien, Mariana -. Mencionó y sonreí.
Sus manos se enroscaron en mis caderas y nos guió a una esquina, quede atrapado entre sus brazos y comenzamos a besarnos profundamente.
Sus labios danzaban sobre los míos de una manera inexplicable, nadie nunca me había besado así. Sentí como sus manos entraron por mi camisa y subieron por mi espalda.
-.¿Me permites?-. Preguntó y ni siquiera supe a qué pero le dije que si.
Sus labios rápidamente se guiaron a mi cuello, gemí suavemente cuando su pelvis pego con la mía.
-. Espera, aquí no -. Dije y él se alejo.
-. Vayamos a casa, Marianita -. Mordí mis labios.
Comenzamos a salir de la bresh, un auto ya nos esperaba afuera y nos llevó directo a casa, avanzamos por los pasillos de abajo hasta su habitación.
-.¿Estas listo Mariana?
-. Si.
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