Hwang Hyunjin y Lee Felix fueron los amigos más envidiados de toda la escuela. Muchos juraban y apostaban todo porque estarían juntos para siempre, pero muchas cosas pasaron.
• Historia en curso.
• Inicio de historia: 29/05/2024
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• Maritza F. Sánchez
— No puedo creer que te haya dicho eso — Wooyoung se encontraba molesto ya que Hyunjin le conto lo que había pasado con su padre. — Encima el descaro de decírtelo frente a tu madre, perdón, pero me cae super mal tu padre — tomo una alita y la mordió.
Hyunjin tomo la botella de cerveza. — Yo lo odio — y bebió.
Wooyoung asintió. — No estoy a favor de que los hijos odien a sus padres, pero a veces tu padre hace cosas cuestionables — tomo su botella de cerveza y también bebió.
Una risa salió de los labios de Hyunjin. — Me dijiste que no bebiera y tú me invitaste a beber.
— Como me dijiste lo de tú padre supe que necesitabas beber, pero no en exceso. Por eso venimos a las alitas — alzo una alita y la mordió. — Pero no beberás más de una botella de cerveza — señalo la botella frente a Hyunjin. — No quiero manejar y tú no puedes manejar ebrio.
Hyunjin sonrió. — Sabes, a veces siento que estoy atorado en una rueda de la fortuna, a veces estoy arriba y a veces abajo, porque gran parte de mi vida es genial y a veces vienen personas a hacerme sentir mal — tomo la botella y bebió lo último.
Ahora que soltó una risa fue Wooyoung y Hyunjin lo vio extrañado. — Me lo dijiste sin estar ebrio, eso sí que es nuevo — tomo la botella y bebió. — Pero te entiendo, es difícil cuando estas bien y de la nada algo o alguien lo arruina, pero la vida no puede ser siempre balanceada, pues, aunque lo haya siempre llegará el punto en que hará un desbalance. Por ejemplo, imagina que todos somos ricos y tenemos la misma economía, nadie va a querer trabajar para ti y no generas más dinero, pero si alguien trabaja para ti tú vas a generar más dinero que la persona que trabaja para ti y así la balanza de la igualdad pues cambia, ¿entiendes?
— Mmmm, creo que si — dijo no tan seguro.
Wooyoung agarro la última alita. — Es lo mismo con los días malos y buenos, pues, si todos somos felices todos los días, ¿dónde quedan las demás emociones? Si se muere tú perro no puedes estar feliz, si terminas con el amor de tu vida no puedes ser feliz, debe haber tristeza para llegar a felicidad. Para subir una escalera se inicia desde abajo, para llegar a la meta se inicia desde la línea de salida.
— Bien, bien, ya entendí — sonrió. — ¿De dónde sacas esas frases tan inspiradoras? — Wooyoung alzo los hombros. — ¿Acabaste? Me quiero ir.
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