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• Maritza F

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• Maritza F. Sánchez

El fin de semana llegó y los chicos se encontraban en el departamento de Hyunjin, no había día en el que los chicos no se la pasaran en el departamento de Hyunjin para poder cuidar y ayudar a Felix en lo que fuera, incluso si solo era para lavar una manzana.

Ahora se encontraban viendo una serie todos juntos y era pura tranquilidad hasta que un mensaje le llego a Hyunjin de parte de su padre el cual solo era un mensaje diciendo que lo esperaba y la hora. Vio el reloj viendo que solo quedaban unos cuantos minutos.

— Voy a salir — aviso Hyunjin mientras se levantaba y buscaba las llaves de su auto.

— Okey — menciono Jungkook. — Nosotros cuidamos de Felix — todos asintieron, pero sin dejar de ver la serie.

Hyunjin sonrió y una vez terminó de buscar sus cosas se acercó a Felix dejando un beso en los labios del rubio. — Vengo — le susurro y Felix asintió a lo que volvió a darle otro beso. — Te amo — sonrió y dejo ahora el beso en la frente.

Sus amigos solo veían intentando no reír por lo lindo y a la vez cursi que era Hyunjin cuando siempre les había dado una imagen totalmente contraría a eso.

Al final Hyunjin salió y comenzó a conducir a la casa, que realmente era su casa, pero desde que su padre metió a otras personas, dejo de considerarla su casa, así terminando en una discusión y Hyunjin tomando la decisión de irse a vivir solo a tan solo 16 años de edad.

Al final Hyunjin salió y comenzó a conducir a la casa, que realmente era su casa, pero desde que su padre metió a otras personas, dejo de considerarla su casa, así terminando en una discusión y Hyunjin tomando la decisión de irse a vivir solo a ta...

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Hyunjin de 16 años se encontraba en su habitación llorando. Estaba destruido y como no si hace apenas unos días acababa de morir su madre, la única persona que le quedaba para ser un poco feliz.

Desde el funeral de su madre Hyunjin no volvió a ver a su padre, aunque ese día su padre tampoco estuvo mucho tiempo ya que solo lo vio unos cinco minutos y después desapareció, sabiendo que se había ido con la otra mujer y el otro niño, sin duda este día sería uno de los que Hyunjin no podría perdonar a su padre.

Hyunjin se encontraba viendo unas fotos de su madre hasta que por su ventana vio el carro de su padre llegar, lo vio bajar para después ir a la otra puerta y abrirla para de ella salir una mujer y un chico, los tres sonrieron viendo la casa y su padre beso a la mujer para después llamar a lo que parecía ser las sirvientas y estas comenzaron a bajar maletas del auto.

Inmediatamente Hyunjin entendió lo que sucedía, por lo que sin pensarlo dos veces se levantó, salió de su habitación y bajo las escaleras lo más rápido posible hasta llegar casi a la puerta donde los vio ingresar a los tres tomados de las manos.

Una sonrisa dolorosa se pasmo en el rostro de Hyunjin, por lo que no pudo evitar aplaudir. — Vaya, vaya, vaya, que hermosa familia — dijo con una lágrima saliendo. 

El señor Hwang soltó la mano de la mujer y el niño. — Hyunjin, ¿qué haces aquí? — pregunto con un tono enojado.

Hyunjin no pudo evitar fruncir el ceño. — ¿Qué hago aquí? — soltó una risa sarcástica. — Esta es mi casa y la de mi madre. Creo que la verdadera pregunta aquí es ¿qué hacen ellos aquí? — se cruzó de brazos esperando una respuesta.

— Ellos ahora viven aquí, ahora son tu familia, así que espero que puedas moderar tus modales y los trates como lo que son, tú familia — señalo a Hyunjin.

Hyunjin no pudo evitar soltar una risa sarcástica. — No puedo creerlo, eres tan, tan — Hyunjin no sabía que palabra usar. — Eres tan repugnante — y eso hizo que una cachetada fuera a dar a la mejilla de Hyunjin, pero aun así siguió diciendo. — No ha pasado ni una semana de la muerte de mi madre y traes a tus segundas opciones, ¿no puedes ser más asqueroso? — y eso solo hizo que un golpe más fuerte fuera a dar a su rostro haciéndolo sangrar.

— Respeta a tu nueva madre y tu hermano — le ordeno con enojo.

Las lágrimas ya se hacían saliendo de los ojos de Hyunjin. — Y tu respeta a la única familia que te queda — se señaló así mismo. — Aunque ya de nada sirve, porque ya me perdiste.

Paso al lado de su padre dirigiéndose a la salida. — ¿A dónde vas Hyunjin? — pregunto muy enojado, pero Hyunjin solo siguió caminando. — Te estoy hablando.

Hyunjin solo se detuvo y vio a la mujer. — Cuídalo que cuando se aburre de una, se busca a más, tiene otro hijo y te cambia — luego vio al niño. — Te dejo todas mis cosas — ahora vio a la puerta. — Después de todo a ambos les gustan las sobras — volvió a caminar a la puerta. — Antes muerto de pertenecer a este intento de familia — dijo por último para salir.

Al estar fuera los sirvientes lo vieron y se acercaron preocupados. — Joven, ¿se encuentra bien? — pregunto el mayordomo de la familia, pero Hyunjin solo asintió. — Debería ir a su habitación.

Nuevamente las lágrimas volvieron a salir. — Yo no tengo una habitación, tampoco tengo una casa, ni mucho menos una familia. Debo irme — se alejó y volvió a caminar pasando por los sirvientes que solo lo veían con tristeza preguntándose que había pasado y qué debían hacer con Hyunjin.

— Hwang Hyunjin — se escuchó el grito de su padre a lo que todos voltearon a ver a excepción de Hyunjin. — Si pasas esa reja, jamás volverás a esta casa — lo dijo tan enojado que hizo estremecer a más de uno, pero no a Hyunjin, quien con unas lágrimas siguió avanzando hasta salir de aquella casa completamente. — Tu lo decidiste — dijo su padre con un tono de tristeza que nadie escucho, para después regresar dentro de la casa.

Ahora, bajo la lluvia, que se soltó una vez que dejo de ver la casa, un chico caminaba con su ropa negra toda mojada, no tenía nada, ni siquiera su celular, ni siquiera un billete de la cantidad más baja, no sabía a donde ir, ¿a quién acudir? 

No tuvo más opción que seguir caminando, las personas que estaban en locales o que iban caminando con un paraguas solo lo veían, unos con asco pensando que era un vagabundo y otras con lastima, sin saber si acercarse o no.

Después de caminar por un momento llegó a un parque, o, mejor dicho, llegó al parque, aquel que fue testigo de la primera vez que Felix le hizo pedazos el corazón. Ahora se encontraba llorando, pero por Felix. 

Se acercó a la resbaladilla y se sentó para después caer recostado en ella, el agua caía sobre todo su cuerpo, no pensaba en nada realmente, solo un poco en Felix, un poco en su madre y un poco en que estaría tan feliz de que un rayo cayera en su cabeza y todo terminará ahí.

Después de unos minutos escucho que seguía lloviendo, pero el agua ya no lo tocaba, así que abrió sus ojos viendo a su abuelo. — Vamos, Hyunjin, un Hwang no es débil — estiro la mano y Hyunjin la tomó.

 — Vamos, Hyunjin, un Hwang no es débil — estiro la mano y Hyunjin la tomó

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Lee Y Hwang || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora