Hwang Hyunjin y Lee Felix fueron los amigos más envidiados de toda la escuela. Muchos juraban y apostaban todo porque estarían juntos para siempre, pero muchas cosas pasaron.
• Historia en curso.
• Inicio de historia: 29/05/2024
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• Maritza F. Sánchez
— Hyunjinie espérame — el pequeño Felix de cinco años corría detrás del pequeño Hyunjin de cinco años. — Jinie, ya me cansé — el pequeño Felix se sentó en el pasto.
El castaño mayor se detuvo y comenzó a correr hacia el menor. — Vamos, Lixie, solo falta poco para llegar a casa.
Felix negó. — No puedo más — se tiro en el césped.
— Ven — Hyunjin tomo la mano de Felix y lo alzo, para después darse la vuelta y arrodillarse. — Sube — le indico su espalda por lo que Felix sonrió y se subió.
— Hyunjin, yo puedo cargarlo —hablo la señora Lee quien grababa la linda escena.
— No hace falta — dedico una sonrisa a la cámara. — Yo puedo hacerlo — dijo con sudor en su frente para después empezar a caminar.
El video termino y el lugar se volvió oscuro, las lágrimas de Felix salían, ahora lo entendía, Hyunjin siempre dio todo por él, siempre fue consentido por Hyunjin y era feliz por Hyunjin.
— Hola, hola — Hyunjin de casi 7 años apareció en el video. — Estamos aquí reportando que Felix y yo hemos entrado al mismo equipo de futbol — ambos chicos aparecieron con la misma camisa de futbol.
Felix ahora tomo la cámara. — Hyunjinie y yo seremos los futbolistas más grandes del mundo — dijo con una gran sonrisa. — Pero claro, yo seré mejor que él — dijo firme y con una sonrisa de orgullo.
— Claro que no — Hyunjin apareció detrás. — Yo seré mejor que tú, ya lo veras.
Las risas sonaron y la cámara se apagó. — Éramos tan felices con tan poco — susurro para sí mismo.
Felix se levantó y apago el proyector, tomo una lata de cerveza y fue a su habitación dejando el ramen casi lleno. Llego a la habitación, se sentó en la cama viendo el cielo el cual comenzaba a oscurecer.
Se quedo pensando un poco hasta que una llamada llego, vio el contacto viendo que decía "mamá" inmediatamente sus ojos se abrieron y contesto. — Hola, mami — dijo muy feliz.
— Hola, mi niño, ¿cómo estás? — hablo del otro lado su madre con la típica voz amable.
Felix sonrió. — Bien, bien.
— Bebé, sé que papá te hablo hace rato y espero que no le hayas hecho caso. Sabes que nada fue culpa tuya, además me alegra que siguieras a tu corazón.
La mirada de Felix cayo a su lata de cerveza. — Si, mami, lo sé. No te preocupes.
— Dime, ¿cómo te va con Hyunjin? ¿Ya se encontraron? — pregunto emocionada.
Felix sintió sus ojos llenarse lágrimas. — Claro que sí, todo va perfecto — decir eso hizo doler su corazón. — Hyunjin, no ha cambiado — unas lágrimas salieron.