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• Maritza F

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• Maritza F. Sánchez

Los minutos pasaron, en la fiesta cada vez había más ambiente, muy probablemente por la cantidad de sustancias que ingerían y aunque Hyunjin lo negara, él también quería divertirse a ese extremo de olvidarse de ese mundo, pero al Felix estar con él, tuvo que negarse a las sustancias, solo aceptaba alcohol y uno que otro cigarro.

Ambos chicos se encontraban ahora en el balcón de la enorme mansión, solo eran ellos dos ya que todos se encontraban dentro disfrutando de la música y sustancias. 

Hyunjin tenía un cigarro en sus labios mientras abrazaba a Felix por la espalda. — ¿Desde cuándo fumas? — pregunto el rubio mientras veía la luna.

El pelinegro detrás de él quito el cigarro de sus labios. — Ya no recuerdo, tal vez después de la muerte de mi madre — dijo mientras soltaba el humo. — Igual no había fumado desde nuestro primer beso — tomo otra calada. — Tus labios hacen que me olvide de esta sensación — susurro en el oído de Felix.

Felix se estremeció y vio a Hyunjin. — Entonces ¿por qué testas fumando si me tienes aquí? — le dijo con una sonrisa, esto hizo que Hyunjin sacará el humo y besara los labios del chico, donde después de unos segundos se separaron. — Sabes a humo y menta — acaricio los labios del pelinegro.

— Tú sabes al amor de mi vida — se acercó y lamió los labios de Felix. — Tan delicioso — se acercó y comenzó a besar el cuello del chico. — ¿Tu departamento o el mío? — pregunto aun besando el cuello.

— El mío — respondió Felix e inmediatamente Hyunjin lo tomo de la mano y comenzaron a salir. Se despidieron de los chicos, aunque no sabían si los habían escuchado o entendido por lo ido que estaban algunos, pero aun así salieron de la casa y subieron al auto, donde esta vez Felix fue quien condujo ya que él no había bebido.

Después de unos minutos llegaron al edificio y subieron al elevador donde comenzaron a besarse, pero se separaron al llegar al piso donde salieron y fueron al departamento del rubio y este puso la contraseña y en cuanto abrió Hyunjin comenzó a besarlo, cerraron la puerta y el pelinegro lo cargo haciendo que enrollara sus piernas en las caderas y caminó con él hasta la cama.

Ahí Hyunjin puso al chico en la cama para después subir sobre él sin aplastarlo, bajo los besos al cuello mientras que con una mano quitaba los botones de la camisa de Felix y cuando acabo beso más abajo, comenzando a jugar con los pezones del chico, haciéndole sacar gemidos, mientras que él desabotonaba su camisa.

Después de unos minutos más de besos y marcas ambos terminaron desnudos. Hyunjin se estiro a un cajo sacando una tira de condones. — ¿Desde cuándo hay condones en mi cuarto? — pregunto con una sonrisa. 

— Los traje porque sabía que algún día lo haríamos aquí — dijo mientras abría un condón y lo ponía en sus dedos, una vez puesto se acercó a los labios del chico. — Aunque me falto el lubricante — susurro y volvió a besarlo, mientras abría las piernas del rubio y ponía sus dedos en el agujero y los introducía lentamente, que, aunque dolía, el lubricante del condón ayudaba a que los dedos resbalaran sin dificultad.

Hyunjin fue bajando los besos hasta llegar al pene erecto del chico, el cual metió en su boca y comenzó a lamer y chupar mientras seguía moviendo los dedos haciendo que los gemidos del chico fueran inevitables de sacar.

Después de un momento el pene de Felix comenzaba a hacerse más grande ya que el semen quería salir. — Hyunjin me voy a venir — dijo para que Hyunjin se alejara, pero solo hizo que los movimientos fueran más rápidos haciendo que se viniera en la boca de Hyunjin con un fuerte gemido y los ojos llorosos.

Hyunjin se levantó y quito el condón de su mano para tomar otro, abrirlo y ponérselo para después alinear su pene en el agujero de Felix donde fue ingresando poco a poco hasta tenerlo dentro completamente haciendo que Hyunjin lleve la cabeza para atrás soltando un jadeo y Felix arquee la espalda mientras ponía un brazo en sus ojos por la vergüenza.

El pelinegro comenzó a moverse mientras tomaba la cintura del chico, ambos estaban con el rostro sonrojado, un poco de sudor y una mirada brillante, aunque Felix debes en cuando se cubría el rostro con las manos, haciendo que Hyunjin tuviera que sostener ambas manos del chico con una suya sobre la cabeza del rubio, así viendo el rostro de Felix tan lindo y excitante.

Aun en las embestidas, Hyunjin comenzó a besar tanto el pecho, como pezones, cuello, también dando mordidas y lamidas. — Ah, Hyunjin no hagas eso — pidió entre gemidos, aunque de poco sirvió ya que Hyunjin siguió así hasta que ambos se corrieron.

— Ponte boca abajo — pidió Hyunjin y Felix hizo lo pedido, mientras que Hyunjin volvía a ponerse otro condón nuevo para empezar con la segunda ronda.

Pasaron horas así, hasta que comenzaron a ver el amanecer, pero aun así siguieron. Amaban poder sentirse cerca, sentir que son uno. Además, la operación de Felix se acercaba así que entendían que habría un tiempo que solo podrían darse besos y hasta ahí, así que amarse no era pecado y querían hacerlo durante mucho tiempo.

 Además, la operación de Felix se acercaba así que entendían que habría un tiempo que solo podrían darse besos y hasta ahí, así que amarse no era pecado y querían hacerlo durante mucho tiempo

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Los meses pasaron y era día de la operación de Felix, pero antes de ir al hospital, Hyunjin decidió pasar a la oficina de su padre. Al principio iba con la mentalidad de creerse superior al saber la verdad, pero Felix habló con él, así que ahora solo iba como un hijo que no quiere que le vean la cara a su padre, aunque aun así no lo perdona.

Después de un momento le dieron la autorización de que podía subir a la oficina de su padre, le pidió a Felix que se quedará en la sala de descanso mientras él subía. Felix respeto la decisión y se quedó a esperar a Hyunjin.

El pelinegro subió al elevador, estaba nervioso, pero trato de controlarse, llego al piso, los empleados lo saludaron y devolvió el saludo, luego la secretaría le dio paso a la oficina, así que entró viendo que estaba su padre sentado, pero también su mujer y su hijo.

— Nosotros nos vamos, amor — dijo la señora dando un beso en los labios de su padre.

Hyunjin rodo los ojos. — Sería mejor que se queden — habló Hyunjin con seriedad.

La señora y el chico volvieron a sentarse. — Toma asiento — indico su padre el sofá frente a él.

— No es necesario — respondió en forma de rechazo. — Solo vengo a que sepas la verdad.

Solo para avisar que se vienen los últimos capítulos y al final de esta historia tengo algo que decirles, también agradezco el apoyo, los comentarios y votos, me alegra que les gusten mis historias, gracias por ser parte de mi felicidad

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Solo para avisar que se vienen los últimos capítulos y al final de esta historia tengo algo que decirles, también agradezco el apoyo, los comentarios y votos, me alegra que les gusten mis historias, gracias por ser parte de mi felicidad. Los quiero a cada uno de ustedes.

Lee Y Hwang || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora