Hwang Hyunjin y Lee Felix fueron los amigos más envidiados de toda la escuela. Muchos juraban y apostaban todo porque estarían juntos para siempre, pero muchas cosas pasaron.
• Historia en curso.
• Inicio de historia: 29/05/2024
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• Maritza F. Sánchez
Hyunjin se encontraba muy ebrio en un bar junto a unos chicos, por su parte Wooyoung fue llamado para llevarse a Hyunjin, así que ahora llevaba a Hyunjin en su espalda como podía, salieron del lugar y busco el auto de Hyunjin, saco las llaves del bolsillo del pelinegro y comenzó a conducir al departamento del mismo.
Wooyoung sabía que estas fechas eran difíciles para el pelinegro, era el segundo año de la muerte de su madre y casi las fechas en las que su padre lo corrió de casa para llevar a otra mujer con su hijo, además que sabía que cada vez que Hyunjin se emborrachaba recordaba a su antiguo amigo del cual desconocía que sucedió, sin embargo, estaba más que claro que aquel chico lo había destrozado por completo.
Al llegar al departamento tiro a Hyunjin en la cama. — ¿Cuándo dejaras de arruinarte la vida? —pregunto molesto.
— Es mi vida, así que yo hago lo que quiera — respondió Hyunjin molesto haciendo sorprender a Wooyoung porque creía que se encontraba dormido.
Wooyoung se acercó quitando los zapatos de Hyunjin. — Si, es tu vida, sin embargo, no solo te haces daño a ti, sabes que no me gusta que tomes, pero aun así lo haces y siempre que tengo que estar pendiente de si pasa algo — comenzó a recoger colillas de cigarros y botellas tiradas. — Es tedioso tener que estar preocupado todo el rato.
El pelinegro lo volteo a ver. — Yo jamás te pedí que cuidarás de mí — le dijo casi en un grito. — Jamás te pedí que fueras mi amigo, ¿crees que haré lo que quieras solo porque somos amigos?
Un suspiro salió de los labios de Wooyoung. — Estás ebrio, ya duerme — dijo tranquilo.
— No intentes igualar a alguien que jamás serás — dijo refiriéndose a Felix y eso Wooyoung lo sabía. — Ustedes no son iguales.
Aunque no lo demostrara, eso le había lastimado a Wooyoung. — Tienes razón, no soy igual a él y no pienso ser igual a él, pero por lo poco que me has dicho, tú si te pareces a él — dejo las cosas en la basura y se dirigió a la puerta. —Pero, aun así, seguiré preocupándome por ti — dijo, por último, para después salir de la habitación y el departamento, mientras que Hyunjin solo volvía a acostarse para poder dormir tranquilo.
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