Lee Y Hwang || Hyunlix

16

• Maritza F. Sánchez

Hyunjin y Felix llegaron a una habitación, al inicio solo se vieron el uno al otro, Hyunjin conocía esa habitación ya que había estado varias veces en esa casa y en esa habitación, realmente nunca había tenido sexo con nadie, solo había ocasiones en las que Hyunjin recibía mamadas, pero no pasaban más allá.

El pelinegro prendió las luces y fue a una reserva de alcohol que dejaban en cada una de las habitaciones, tomo un vaso y se sirvo. — ¿Quieres uno? — le pregunto a Felix y este negó, realmente si quería, pero sentía que estaba abusando mucho de esa sustancia, aún más por las advertencias del doctor. — Se que no iniciamos bien — se acercó a Felix quien estaba sentado en la cama. — Pero debes entender la situación.

Felix asintió ante las palabras de Hyunjin. — Lo sé, pero solo quería explicarte lo que había sucedido hace cuatro años, no quería que me odiaras — bajo la cabeza con pena.

— Yo jamás podría odiarte — menciono tranquilo Hyunjin haciendo que un sonrojo se posara en las mejillas del rubio. — ¿Qué paso Felix? — el rubio lo volteo a ver. — ¿Por qué me dejaste? — prenuncio con un nudo en la garganta.

En los ojos de Felix comenzaron a formarse pequeñas lágrimas. — Perdón — Hyunjin lo vio y sus ojos comenzaron a arder también, por lo que bebió del vaso. — Meses antes de lo que sucedió, mi padre me dijo que me alejara de ti — el pelinegro no pudo evitar fruncir las cejas demostrando un poco de enojo ante esas palabras. — Él no quería que estuviera cerca de ti y me amenazó con hacerte daño, luego tuviste un accidente y sé que mi padre causo aquello — los ojos de Hyunjin se abrieron con sorpresa.

— ¿Por qué no quería que estuviéramos juntos? Es decir, siempre fuimos mejores amigos y tu padre me trataba bien, no entiendo que hice para que le cayera mal — dijo un poco molesto.

Antes esa pregunta las mejillas de Felix volvieron a tomar un color rojizo, solo que un poco más fuerte. — Lo que pasa es que —junto sus manos, comenzado a jugar con ellas por la pena. — Me gustabas — dijo casi en un susurro.

Hyunjin había escuchado eso haciendo que sus orejas se pusieran rojas. — ¿Qué dijiste? — pregunto como si no lo hubiera escuchado.

— Que, me gustabas — volvió a decir en un susurro, pero más audible.

Hyunjin sonrió. — Perdón, no te escucho — bromeo.

— Que me gustabas — dijo el rubio fuerte haciendo el sonrojo de ambos más fuerte.

El pelinegro se acercó un poco a Felix y lo vio a los ojos. —¿Ya no te gusto? — pregunto casi rozando los labios del rubio. 

Por su parte y obvias razones Felix se empezó a poner nervioso. — Si — dijo en un tono de voz tembloroso por los nervios. — Me sigues gustando — volvió a decir de la misma manera. Hyunjin tomo la mandíbula de Felix con una mano ya que la otra tenía el vaso de alcohol y comenzó a besar las dulces y suaves labios del rubio, después bajo al cuello y Felix puso sus manos en los hombros de Hyunjin para separarlo. — Hyunjin, déjame terminar — Hyunjin lo vio, sonrió y se alejo.

— Okey, okey — asintió Hyunjin y bebió de su vaso. — Puedes seguir.

El rubio soltó un suspiro. — Bueno, después de que él se enterara de eso me dijo que no quería que me acercara a ti, no quería tener un hijo gay porque resultaba que mi hermano también era gay — eso no sorprendió mucho a Hyunjin, ya que realmente él lo sabía, ya que llego a escuchar a Seojun decirlo. — Entonces mi padre no quería que yo fuera igual porque yo era su única opción ya que no permitiría que al menos uno fuera así, él quería que yo me casara con una mujer y tuviera hijos, y solo así me daría las empresas — Hyunjin solo escuchaba esto con molestia, por lo que volvió a beber y al ver que el vaso estaba vació lo volvió a llenar. — Después de eso comencé a portarme distante de ti y al final no podía estar lejos de ti, me dolía ignorarte y después de accidente, le pedí a mi padre que nos fuéramos a Australia, talvez solo así podía olvidarte — las lágrimas comenzaron a salir.

— ¿Y lo hiciste? — pregunto Hyunjin.

Felix negó. — ¿Cómo podría olvidarte? — limpio sus lágrimas. — Yo jamás te olvidaría, por eso, cada día que viví en Australia era un completo sufrimiento para mí, no sé porque pensaba en que algún día aparecerías frente a mi puerta buscándome, soñaba tanto con ese momento, pero sabía que estaba soñando mucho, ¿cómo podrías buscarme después de todas esas palabras que te dije?

Hyunjin tomo un trago. — Pensé en hacerlo — Felix alzo la mirada sorprendido y con lágrimas. — No quería perderte, me dolía el hecho de pensar que mi vida podía seguir sin ti, lloraba todas las noches pensando en que hacer para que pudiéramos ser los mejores amigos por siempre, mi corazón se rompía todos los días viendo a todos seguir, ver muchos amigos y saber que tú y yo podríamos ser la causa de los celos de los demás por la gran amistad que tenemos, pero todo cambiaba cada vez más, hasta que llegue a pensar que no había un futuro sin ti, por lo que empecé a vivir sin razón y después conocí a Wooyoung, quien se volvió un gran amigo, él me ayudo a salir de ese lugar en el que me encontraba y me empezó a dar razones para vivir, aunque sabía que él no podría ser igual que tú, una vez nos peleamos y surgió una discusión por ti, jamás olvidare sus palabras, las cuales me hicieron ver una nueva vida.