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• Maritza F

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• Maritza F. Sánchez

Felix se levantó con un dolor de cabeza, la luz lastimaba sus ojos y era extraño ya que su departamento era un lugar muy oscuro, tanto que fácilmente podría ser una cueva. Luego recordó lo que había sucedido, así que se levantó tan rápido que casi cae al suelo, si no fuera por un chico que lo agarro.

— Debes tener más cuidado — escucho de la voz que tanto amaba oír, así que inmediatamente dirigió la mirada arriba viendo a Hyunjin. — No debes ir a los entrenamientos si no te sientes bien — ayudo a Felix a sentarse en la camilla de la enfermería, para después darse la vuelta y dirigirse a la puerta.

El rubio estaba un poco en shock, pero al ver como Hyunjin se alejaba solo pudo decir. — Perdón — Hyunjin se detuvo. — Perdóname, fue, fue mi culpa — comenzó a sentir un nudo en la garganta. — Hyunjin.

— Cállate — ordeno Hyunjin con una voz muy seria. 

Hyunjin iba a salir cuando sintió unos brazos abrazar su cintura. — Hyunjin, perdón — Felix se aferraba al cuerpo de Hyunjin como si toda su existencia dependiera de aquello. — Fue mi culpa, yo arruine todo, pero Hyunjin no sabes cuanto te extraño — las lágrimas ya salían de sus ojos.

— Te dije que te callaras — alejo a Felix de su cuerpo sin lastimarlo. — No sé qué es lo que piensas ganar con esto. Me dejaste muy en claro lo que querías esa vez — vio a Felix como lloraba y por alguna razón ver eso su corazón se apachurraba.

Felix negó. — No es lo que crees, por favor Hyunjin, déjame explicarte — limpio sus lágrimas.

Hyunjin suspiro y desvió la mirada. — No hay nada que decir o explicar — se dio la vuelta. — Yo ya seguí con mi vida y tu sigue con la tuya, eso es todo — tomo la perilla. — No te acerques a mí, a menos que no sea para cosas de la escuela y renuncia al equipo de futbol, no quiero verte — fue lo último que dijo para después salir.

Al escuchar esto último los ojos de Felix se volvieron a llenar de lágrimas y comenzó a llorar recordando sus palabras del pasado, recordando el pasado, el pasado y nada más que el pasado, cuanto daría por regresar y en mandar las cosas. 

Su cabeza dolía aún peor, pero no era tan grande como el que sentía en el corazón, tenía el corazón roto y enfermo, solo esperaba cumplir con su último deseo.

Su cabeza dolía aún peor, pero no era tan grande como el que sentía en el corazón, tenía el corazón roto y enfermo, solo esperaba cumplir con su último deseo

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Lee Y Hwang || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora