El sueño de anoche me deja algo confundido, pero no puedo dejar que me afecte. El tiempo corre y debo planear todo para mi regreso al trabajo.
Antes de empezar a trabajar en las medidas para simular mi voz, coloco el banco que compré en un lugar clave para moverlo lo menos posible y así poder alcanzar todo.
Después de esto, regreso a la computadora. Lo he estado pensando y creo que puedo crear un modulador de voz. Con este, puedo hablar con mi voz de mujer y que del otro lado se escuche mi voz anterior. Todos estos años como programador deben servirme de algo.
Si todo sale bien, puedo terminar el modulador para mañana viernes.
La programación es "sencilla". Crearé una IA básica con aprendizaje supervisado. Con esto me refiero a que le daré muestras de mi voz antigua, que extraeré de audios que he enviado, para que, al hablar, mi nueva voz se convierta en la antigua en tiempo real.
Pasan las horas y, con mi concentración al máximo, no puedo dejar de trabajar hasta que veo que empieza a amanecer. He terminado con el modulador, pero debo hacer una prueba.
Decido mandarle un audio a mi jefe: "Buen día, jefe. Casi me termino de recuperar. Espero estar al 100% el lunes". Lo envío con temor de que me descubra. Parece que la respuesta tarda años en llegar por los nervios, hasta que finalmente recibo su respuesta: "No se preocupe, su voz se va recuperando muy bien. Lo espero el lunes".
Ha funcionado. No lo creo. Mi trabajo está seguro y puedo seguir oculto. Los cambios en mi vida no se notarán tanto, o eso parecía.
Bzzzzzz. El sonido del interfono me saca de mis pensamientos. Veo por la cámara y es Adam. "Hola, Omar. ¿Estás en casa?" Con el modulador podré engañarlo. "Holaa..." El modulador no está instalado en el interfono. "Oh, perdona, ehhh, prima de Omar, ¿se encuentra Omar?" La he cagado. Tanto esfuerzo para evitar cambios en mi vida y no lo uso correctamente. El cansancio debe estar afectándome. "No se encuentra en casa. Salió de... viaje de negocios. Por eso me estoy quedando a... regar sus plantas", fue la "mejor" excusa que pude idear.
"Uff, qué bueno. Me alegraría verlo, pero no venía por él. Venía a buscarte a ti. ¿Podrías salir un poco? Eh... ¿perdona, cuál es tu nombre?"
"Carajo, carajo, carajo", grito internamente. Esto está escalando muy rápido. Ni siquiera había planeado inventar un nombre. Por alguna razón recuerdo la nota de mi sueño. "Amiga, amiga, Sa..., Sandr", intento recordar su nombre. "Sandra", grito con el interfono aún encendido. "Ahhh, Sandra, ¿podrías bajar para poder verte?" Esto se está saliendo de control. Ahora tendré que dar la cara. Ni siquiera sé qué quiere, pero si me apuro, más rápido se irá de aquí.
Bajo por las escaleras, abro la puerta y ahí lo veo. Es raro verlo fuera de la peluquería. "Holaa, de nuevo", dice con cara de tonto. "Venía a invitarte a salir. Bueno, desde el otro día, cuando te vi con tu cabello desalineado me pareciste linda y cuando terminaron de hacerte tu corte me llamaste aún más la atención", el estómago se me empieza a revolver. "Pero por la vibra que tenías y la forma en la que te relacione con Omar, quise evitar malentendidos o algo similar con el. Pero ahora que sé que eres su prima, creo que no habrá problema. Es mi amigo. Cuando regrese..." "No", respondo lo más seco posible, evitando vomitar de nuevo. "Anda, por ayudarte con tus bolsas el otro día". La vista se me nubla un poco. "Yo no te lo pedí, y aunque te lo hub...", siento que todas mis fuerzas se van y empiezo a caer.
"¡Sandra!", escucho a Adam gritar mientras corre hacia mí.
Pierdo toda la conciencia.
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Cambio de ser
Ficción GeneralOmar es un programador que ha renunciado a las relaciones personales debido a su ansiedad social. Recluido en su habitación y trabajando a distancia, ha aceptado su solitaria vida sin amigos, familia ni a quién acudir. Sin embargo, un día, al desper...