One Beer

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Encontramos una mesa que parecía estar en el mejor lugar del restaurante al aire libre, cerca de la cocina, pero no lo suficiente como para que fuera molesto.

Nos sentamos y al poco tiempo llega un mesero. "Buenas noches, les entrego el menú, en un momento regreso a tomar su orden", nos dice, y se dirige a otra mesa.

"Bueno, cuando vengo aquí pido una hamburguesa 'RapRepRop'. Tiene tres carnes, tres quesos y tres complementos. No te la recomiendo mucho si te llenas rápido, pero si tienes buen diente, adelante", me dice. "Cuidado con las cervezas; pueden tener nombres amables, pero la mayoría tienen un buen grado de alcohol".

Veo la carta y leo "RipRup". Es básicamente la misma hamburguesa que describió él, pero con dos de cada cosa, que original. Supongo que está bien; al final, todas vienen acompañadas con papas a la francesa.

Leo la lista de cervezas y una llama mi atención: Moonlit Mountain Brewery, cerveza robusta y oscura, con notas de chocolate negro y café tostado, equilibrada con un ligero amargor de lúpulo floral. Perfecta para las noches frescas bajo la luz de la luna. "Mira", le muestro a Adam. "Suena rico, y tiene café. Me encanta el café, pediré una de estas".

"Oh, así que te gusta el café. Es bueno saberlo", guiña, y no sé cómo responder. "¿Qué opinas?", digo rápidamente. "Suena bien, regálame un sorbo", confirmo con la cabeza. "Yo pediré esta", señala el menú. Leo: Wildwood Artisan Ales, cerveza salvaje y audaz con un carácter único de levadura silvestre, con notas terrosas y un toque ácido. Es compleja y fascinante, como un paseo por un bosque salvaje. "Wow, interesante. Las personas interesantes piden cosas interesantes", suelto sin meditar lo que estoy diciendo. "¿Gracias?", dice él mientras suelta una carcajada. Me doy cuenta de lo que acabo de decir y escondo mi cara en el menú. "No tienes que estar tan a la defensiva conmigo, ¿sabes?", dice intentando calmarme. "Este lado tuyo más suelto es agradable", cierra esta conversación.

Al rato pasa el mesero y toma las órdenes. Mientras esperamos las hamburguesas, llegan las cervezas y nuestras papas a la francesa. Mientras como las papas, Adam sigue llevando la conversación, y poco a poco empiezo a aportar yo tambien.

Después de unas papas, la boca se me seca y abro mi cerveza. Le doy un gran trago. Puedo notar lo que me dijo; el alcohol se siente claramente, pero tiene un sabor muy rico. Hago una mueca y él empieza a reír. "JAJAJA, te lo advertí, están algo fuertes, ve con calma", dice mientras abre su botella y toma un gran sorbo. "Ufff, nada como esto", suelta. Al poco tiempo, llegan las hamburguesas.

La noche sigue. Comemos por ratos, disfrutamos la cerveza al mismo tiempo y hablamos sobre algunas cosas. Empiezo a notar el alcohol pasando por mi cuerpo. "¿Quieres?", me extiende su cerveza. "Tú también eres interesante, también mereces beber de la cerveza interesante", sonríe. Tomo su cerveza y le doy un trago. "Beso indirecto", pienso, pero me da igual y le doy otro sorbo. "Definitivamente tiene un sabor interesante", le digo mientras hago otra mueca.

"Ten un poco de la mía", le extiendo mi botella. "Oh, parece que me la terminé y no me di cuenta". "No pasa nada, ¿qué tal estuvo, se notó el café?", me dice calmadamente. "No, sí pasa algo. Prometí darte un sorbo", levanto la mano y el mesero se acerca. Pido otra. "Calma, no debías hacer eso, pero está bien, lo aceptaré a regañadientes", dice burlón. "No tomes muy rápido, te vas a emborrachar", intenta advertirme.

Llega mi otra cerveza. "Anda, ábrela tú y toma el primer sorbo", le extiendo la mano con la cerveza. "No es justo, tú ya me diste un beso indirecto y yo no, jaja". Jalo mi mano con la cerveza, la abro y le doy un sorbo, intentando hacer ver que estoy "besando la lata". Se la extiendo de nuevo. Él, con interés en la cara, la toma y le da un gran trago. "No sé si sabe a ti o a café, pero es un hecho que sabe bien", me dice mientras la devuelve.

Terminamos de comer y seguimos pidiendo cervezas, mientras hacemos sobremesa, seguimos hablando. Bebiendo cerveza tras cerveza, hasta llegar a la ultima que termino de un sorbo. Para este punto, ya estoy borracha y me siento en confianza, Adam se ve igualmente un poco mareado. Mis movimientos son más torpes y se me ha soltado la lengua; nunca he sido una buena bebedora. "Ey, calma, parece que ya estás bastante enfiestada", me dice calmadamente. "¿Quieres ir a casa?", pregunta, "Aún es muy tempranoooo", digo como si hiciera una rabieta. "Pero parece que lo mejor es que fueras a descansar, te ves un tanto ebria. Anda, vayamos al coche, yo pago, no te preocupes", dice mientras deja un billete que no alcanzo a ver y me lleva al coche, intentando que no me vaya de lado.

Me ayuda a subir con cuidado y luego sube él.

"¿Qué más podría pasar?", retumba en mi cabeza.







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