Luego de que ambos subieran al coche del peligris, un silencio algo tenso se inundó en este. Pues, ambos animales sabían que estaban al lado de su destinado, de su alma gemela.También que Horacio no podía sacarse de la cabeza la imagen de Volkov gruñéndole a Camilo cuando este le estaba coqueteando, haciéndolo sentirse nervioso.
¿Lo habrá hecho por celos? Pero si es así ¿Por que lo estaría? Es decir, no tendría por qué estar celoso o algo parecido. Quizás lo diga porque su omega no se interesaría en nadie más que su destinado, o quizás por el hecho de que sólo han hablado un par de veces y, lo más importante; que es su doctor.
Horacio se removió en el asiento, ¿Por qué estaba pensando en que Volkov estaba celoso por él? Es ridículo, un alfa tan apuesto y territorial como lo es Volkov no podría estar interesado en un omega como Horacio dice ser él; uno embarazado, abandonado por el "padre" de los bebés que espera, en mal estado físico y arisco.
Volkov notó la batalla interna que el omega estaba teniendo en su interior, por lo que carraspeó la garganta para llamar su atención, estirando suavemente su cuello. —Lo ví hablando muy animadamente con Camilo... ¿Usted lo conoce de algo?— Preguntó con su ceño ligeramente fruncido ante el sólo recuerdo de ese alfa coqueteándole al Omega.
Horacio negó con su cabeza, riendo suavemente. —Para nada, es la primera vez que lo veo en mi vida. Creo que está interesado en mí, pero no es de mi tipo, definitivamente.— Soltó, mirando al mayor. —Y además, creo que me inundó con su aroma que...— Olfateó su camisa, arrugando su nariz y haciendo una mueca. —D-Definitivamente no es mi tipo. Dios, me está matando este aroma.— Rió el crestudo.
Viktor lo miró de reojo.
Claro que había notado las feromonas de Camilo pegadas en SU omega, y eso estaba volviendo loco a su alfa. —Eso se puede solucionar fácilmente, si usted me lo permite.— Dijo serio, frenando el coche en un un semáforo rojo. Miró fijamente al menor, quien lo miró confuso.
—¿Tiene un perfume por ahí algo así?— Preguntó inocente, aunque su omega soltaba su aroma ligeramente dulce por comenzar a sentir las feromonas del alfa contrario invadir el coche.
—Tengo algo que es mejor, un perfume "natural", por así decirlo.— Sonrió Viktor intentando disimular los celos de su alfa y la intención que tenía que Camilo sintiera sus feromonas en Horacio, que supiera que no tenía ni una oportunidad con éste y menos si él está ahí.
—Si es que usted me lo permite. Es una forma eficaz de que Camilo deje de molestarlo, después de todo, un alfa como Camilo no aceptaría tan fácil un "no" de un omega tan atractivo como lo es usted.— Soltó y las mejillas de Horacio se incendiaron en rojo. Y las de él también.
Viktor no sabía qué le estaba haciendo actuar de esa forma tan posesiva y coqueta con el omega, quizás su alfa tomando el control de él, desesperado por marcar territorio por su omega. No quería que nadie tuviera ni las intenciones de estar con su destinado.
—¡L-Lo sient-— Se quiso disculpar por su atrevida propuesta, totalmente sonrojado y avergonzado por sus actos, hasta que el francés lo interrumpió.
—N-No se preocupe, V-Volkov. Me... Me parece u-una buena i-idea...— Murmuró Horacio avergonzado. Su omega estaba envuelto en un sentimiento agridulce pero a la vez feliz, y hasta se animaría a decir que él también. —... N-No me molestaría tener sus feromonas... P-Por lo de Camilo, c-claro.— Se excusó rápidamente, riendo nervioso.
El ruso sonrió levemente, amaba la idea de que el moreno tuviera sus aroma impregnado para que no se le acercaran con ninguna intención que a él no le gustara.
¿Por qué se sentía tan territorial con Horacio? Si "el interés de su alfa hacia el Omega es únicamente por el celo".Comenzó a soltar sus feromonas más fuertes, con intenciones de que se le impregnaran al contrario. Este estaba levemente sonrojado, pues se la estaba pasando increíble con las feromonas del alfa invadiendo por completo el coche.
Su omega jadeó en bajo, este sabía que el celo de su destinado estaba cerca de este y no quería nada más que ayudarlo en esos días.
Horacio suspiró, nervioso y sonrojado hasta las orejas. —G-Gracias Volkov, e-es muy amab-—
—Tutéame, Horacio. Acabo de marcarte con mi aroma, creo que podemos comenzar a tutearnos ¿No?— Sonrió Viktor al menor, mientras estacionaba el coche frente a la licorería.
Horacio apartó su mirada sonrojado ¿Qué le estaba pasando? ¡Es su doctor!
Ambos bajaron a comprar bebidas diferentes, unos vinos y una botella de ron. Viktor no quiso comprar vodka ya que le prometió a Horacio acompañarlo a no tomar alcohol esa noche. En la vuelta, todo fue tranquilo entre pequeñas preguntas que ambos se hacían para conocerse mejor.
Y el coche tenía sus aromas dulces mezclándose en el ambiente por la comodidad de ambos animales al estar con su destinado.
Al llegar, Greco abrió la puerta con una coqueta sonrisa, mirando a ambos. —Al fin llegan, se tardaron mucho, picarones... ¿Qué estuvieron haciendo?— Preguntó juguetón, alzando una ceja al sentir un extraño aroma al acercarse un poco a Horacio. ¿Acaso olía a...? —¡NO ME JODAS!—
—¡Shhhh! ¡Cállate!— Viktor le tapó la boca a su mejor amigo, frunciendo el ceño. —Una palabra más y te juro que te golpeo.— Greco asintió, alzando sus brazos. —Bien. No ha pasado nada. Sólo lo marqué con mi aroma por petición de él.— Dijo murmurando, mirando a Horacio.
Este asintió ligeramente sonrojado, apartando su mirada. —Así es. No pasó nada.—
...
Tras esa pequeño interrogatorio, ambos entraron a la sala. Comenzaron a tomar entre ellos mientras todos hablaban animadamente. Horacio había decidido sentarse al lado de Volkov, charlando más animadamente con este. Se dieron cuenta que tienen muchas cosas en común.
Así fue que ahora todos se estaban despidiendo, pues decían que ya era bastante tarde y querían dormir. Loki se había ido más temprano con la excusa de que "tenía cosas que hacer" pero Horacio sabía que lo había hecho con todas las intenciones para que Volkov lo llevara.
—¿En qué se va usted, precioso?— Escuchó a Camilo acercarse de manera rápida a él, casi invadiendo su espacio personal. Notó cómo este frunció ligeramente su nariz. Olía a Volkov que flipas. El alfa intentó ignorar esto, apoyando su brazo en el hombro del menor. —Podrías venir conmigo y... Nos vamos a tomar unas copas por ahí para ver qué surge...— Sugirió coquetamente, soltando su aroma con intenciones de tapar el de Volkov.
—Camilo, de verd-—
—Horacio, aquí estás.— Se acercó Volkov hacia él con su chaqueta en manos, con una mirada seria y amenazante hacia Camilo. Acomodó el cuello de su camisa, retirando con lentitud el brazo del alfa contrario sobre los hombros de su omega. —Te estaba buscando para que nos vayamos.— Dijo mientras le colocaba su chaqueta por sobre los hombros al menor, sin quitar la mirada de Camilo.
—Tú y el cachorro necesitan descansar ¿No lo crees? Además, tenemos la cita mañana.— Le dedicó una severa sonrisa al omega, quien estaba temblando por lo guapo que se veía Volkov así; territorial y elegante sólo con él.
—A-Ah- s-sí. L-La cita. Claro. V-Vámonos...— Murmuró, tragando saliva nervioso mientras con sus manos tomaba la chaqueta de este, suspirando.
Camilo se quedó allí, viendo cómo el par se iba caminando juntos, con Volkov apoyando su mano sobre el hombro de Horacio mientras este iba casi oculto en la enorme chaqueta del peligris.
«Sin marca, no hay alfa». Pensó el colombiano, retirándose del lugar. Su alfa deseaba a Horacio y no iba a renunciar a este tan fácilmente.
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"𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕖𝕟 𝕔𝕒𝕕𝕒 𝕝𝕒𝕥𝕚𝕕𝕠" || Volkacio
RomanceAU donde Horacio Pérez es un Omega embarazado y abandonado por su alfa, y Viktor Volkov es el mejor ecógrafo de la ciudad, quien también es el que se encargaría del embarazo del moreno.