ℂ𝕒𝕡𝕚̄𝕥𝕦𝕝𝕠 12

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—¿Q-Qué?— Preguntó Horacio casi sin aliento, sintiendo cómo comenzaba a marearse por tal noticia. —V-Volkov ¿Q-Qué acabas de decir?— Repitió, comenzando a respirar pesadamente mientras con una mano se aferraba a la silla, mirando atentamente al mayor.

El alfa se acercó con cuidado a él, sosteniéndole el brazo mientras le miraba con preocupación. —T-Tranquilízate, Horacio. Necesito que respires, no te agites.— Intentaba calmarlo, soltando su aroma para el menor, su alfa clamaba por calmar a su omega. —Los estudios y la ecografía muestran dos fetos, son dos cachorros.— Le hablaba de la manera más suave posible, preocupado por Horacio.

El francés respiraba agitadamente, su cabeza comenzaba a procesar esta gran noticia que acababa de recibir. No podía creerlo, él jamás se hubiera esperado que en su vientre estén dos cachorros.
Su aroma se soltaba agridulce, tanto por las emociones de estar desconcertado, de tener miedo o de preocupación. Pero por otra parte, la noticia no le desagradaba. Él, que es un omega que está "solo", estaba creando una familia, su cachorro tendría un hermanito para no sentirse solo y que ambos estén el uno para el otro durante toda la vida, así como  Horacio tuvo a Maia durante su infancia.  Pero ¿Cómo haría él para cuidar a dos bebés él solo?

«Yo puedo, yo puedo.» Se repetía en la cabeza una y mil veces, pues, jamás se negaría a algo tan divino y hermoso como lo es tener un hijo, y si el destino le daba dos hermosos niños para cambiar su vida y para acompañarlo durante toda esta; era por algo.
Es entendible que esté desconcertado, después de todo, él está solo. Sí, tiene a sus familiares y amigos, pero él sería la madre de esos dos pequeños, solos.

Suspiró intentando calmarse, hasta que pudo olfatear el aroma tranquilizante de Viktor, quien lo miraba con preocupación y delicadeza mientras que con su mano sostenía un agarre suave con el brazo de Horacio.

«Lo tenemos a Viktor, a nuestro alfa.» Su omega invadió sus pensamientos, haciendo que tragara saliva.

—V-Volkov- que- que esto no puede ser posible- yo- yo no estoy listo para tener dos cachorros, n-ni siquiera me tenía esperanzas para ser la mejor ma-— Se calló, no, no diría que a él le gustaría que le digan "mamá" y no "papá".—P-Para ser el mejor padre. Y-Yo no sé n-nada de bebés, y-y no podré hacerlo-—

—Horacio, respira.— Frenó Viktor, soltando sus feromonas para calmarlo, mientras su mano se dirigía con cuidado y delicadeza a la barriga del menor. —Tú serás una madre increíble, Horacio.— Le sonrió suavemente, haciendo que Horacio se sonrojara suavemente. —Pasaste por muchas cosas y aún así sigues adelante por tus futuros hijos, estás haciendo todo por ellos. Estás creando dos vidas en tu vientre, eso- eso es increíble.— Le hablaba mientras sentía cómo Horacio ponía su mano sobre la de él en la barriga de este. —Tú amas a estos cachorros, lo puedo notar en ti, en tu aroma, en tu omega...— Susurró, pues en sí, esto lo sabía gracias a que él es su destinado. —Y claro que podrás, no estás solo. Tienes a tu familia, tus amigos...— «Me tienes a mí...» —Y-Y me tienes a mí.—  Susurró lo último, haciendo que Horacio apartara su mirada sonrojado.

El omega soltó un suspiro sorprendido por las palabras del alfa, las había sentido tan sinceras que toda ansiedad y nervios que estaba sintiendo; desaparecieron.

—¿A-A t-ti?— Dijo avergonzado, mirándolo fijamente.

El ruso asintió con sus mejillas ligeramente rosadas. —M-Me tienes a mí. No me iré de tu lado, Horacio.— Dijo seguro, creando un silencio donde ambos se miraban fijamente. Eso hasta que Volkov, avergonzado, acotó. —S-Soy tu doctor, d-después de todo.—

Horacio apartó su mirada. —C-Claro, mi doctor.— Dijo algo decepcionado.

—¡Los doctores no le comen la boca a sus pacientes en su casa!— Se escuchó a Loki del otro lado de la puerta, al parecer, había escuchado parte de la conversación.

"𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕖𝕟 𝕔𝕒𝕕𝕒 𝕝𝕒𝕥𝕚𝕕𝕠" || Volkacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora