"𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕖𝕟 𝕔𝕒𝕕𝕒 𝕝𝕒𝕥𝕚𝕕𝕠" || Volkacio

ℂ𝕒𝕡𝕚̄𝕥𝕦𝕝𝕠 15

Una vez Viktor llevó a Horacio donde Loki, ambos se despidieron para empezar su día por separado, con Volkov entrando a la cafetería de frente del hospital para pedirse un café en lo que se sentaba en la barra tranquilamente.

Su turno comenzaba en 20 minutos y pensaba aprovecharlos para disfrutar de otro café, pues le ayudaría mucho para su larga rutina del día sin un sólo descanso.
Tomó su móvil para pasar el aburrimiento, viendo algunos videos divertidos y alguna que otra noticia, la verdad es que no sabía qué ver, su vida desde que conoce a Horacio sólo es divertida con el Omega a su lado.

Entró a contactos, buscando su favorito.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al encontrarlo y al darle click para ver la foto de perfil de este.

"Horacio🦋💗" leyó y recordó el día que el mismo omega se agendó así. Pues, según él, tenerlo como "Horacio Pérez" no era muy de alfa destinado de su parte.
Soltó un suspiro enamorado al prestarle atención a su foto de perfil. Se veía un Horacio sonriente, con sus ojos bicolores achinados mientras que usa un top que dejaba ver la hermosa y bien cuidada barriga del omega mientras este la acariciaba.

«¿Se puede ser tan lindo?» Se preguntó a sí mismo, sintiendo a su alfa ronronear suavemente de sólo pensar en su Omega destinado.

—¿Le molesta que me siente al lado suya?— Viktor escuchó una voz desconocida al lado de él, sacándolo de su trance de pensamientos .

—Para nada, caballero. No hay ningún problema.— Dijo rápidamente le doctor, dándole un lugar al hombre que, por su buen olfato detectó como alfa.

—Muchas gracias. La verdad es que he llegado hace poco a la ciudad y necesitaba un buen café y me recomendaron este lugar.— Sonrió el alfa pelinegro, mirando al ruso.

Este sonrió al instante. —Esta cafetería es buena, sí. Pero le recomiendo la cafetería "Demi-lune 317". Es la mejor del mundo.— Recomendó la cafetería de su destinado, con un semblante tranquilo. —Tengo a alguien muy cercano que trabaja ahí.— Hablaba inconscientemente, pues le fascinaba hablar de Horacio con una boba sonrisa.

Una de las camareras llegó y le sirvió el café a Viktor, mientras que al alfa contrario le daban un vaso descartable con agua a petición de este mientras esperaba su pedido.

El alfa pelinegro guió su mirada al teléfono móvil del ruso, quien lo había dejado desbloqueado en la foto de una persona.

Sonrió de manera extraña.

—Se ha sonrojado apenas lo mencionó. Supongo que es el muchacho de la foto que lleva en el móvil .— Habló con semblante tranquilo.

Viktor miró su teléfono, sonrojándose mientras reía nervioso. —S-Sí, es él. Verá que ahí tomará el mejor café del mundo.— Dijo mirando al alfa, le parecía algo extraño aquel sujeto. —¿Usted de dónde viene?— Preguntó con curiosidad.

—Oh, yo vivía en esta ciudad hace tiempo, pero sucedieron unas cosas y me mudé lejos. Digamos que ahora he vuelto para reclamar algo que me pertenece.— Dijo tranquilamente, bebiendo de su vaso de agua. Observó la vestimenta del alfa peligris, alzando una ceja. —¿Es usted doctor?— Preguntó ahora el.

Viktor asintió. —Así es. Soy un ecógrafo especialista.— Dijo sin más. —¿Usted tiene familia?— Preguntó ahora Viktor ante el silencio algo tenso que se había formado, de alguna manera, sentía que aquel alfa estaba queriendo intimidarlo.

Y no estaba ni cerca de lograrlo.

—Nah. Tengo unos primos extranjeros por ahí, pero no, no tengo familia.— Se quedó callado unos segundos. —Bueno, tengo un Omega.— Dijo con una sonrisa burlona. —¿Usted tiene familia?— Preguntó.