Si la cagaste, admítelo, pide disculpas y ya.
No te pongas a inventar excusas estúpidas
o a decir más mentiras.
Madura.
Se correcto.
-Ella me beso Eun... y yo.... yo le correspondí... -
-¡Cállate, no quiero escuchar, cállate Min Donghae!-
Eun retiro sus manos con brusquedad, empezó a rodear la isla que los separaba, sentía que, si se quedaba allí, terminaría abofeteando a Donghae, ahora entendía porque nunca le conto que estuvo casado. Donghae bloqueo su camino envolviéndolo en sus brazos, sin darle tiempo a reaccionar, Eun se retorcía tratando de separarse, resultando inultamente, pues los brazos de Donghae lo aprisionaban más fuerte sin llegar a lastimarlo.
-¡Cariño por favor espera, espera, tienes que entenderme por favor, estaba ebrio, realmente no sabia lo que estaba haciendo, por favor Eungie, por favor cariño!- Donghae sin aflojar su agarre, posiciono su frente en la contraria, gruesas lagrimas corrían por ambas mejillas, unas eran de arrepentimiento y las otras eran por el dolor causado ante tal confesión. - Se que no tengo justificación alguna, no debí hacerlo, pero no es lo que parece y aun así no hay día en que no me arrepienta de lo que paso ese día, no hay día Eungie, porque supe que de alguna manera le falle a la persona que amo, a la única persona que me ha amado tal cual soy, a la persona que jure jamás dejar de buscar, te falle a ti, perdóname cariño, perdóname.
- Eun aun temblaba en los brazos de Donghae, este no deshacía el abrazo, pero al ver que Eun ya no luchaba, aflojo el agarre y empezó a deslizar una de sus manos de arriba abajo en la espalda contraria, tratando de tranquilizarlo y con la otra mantenía el delgado cuerpo pegado a él, por la cintura, abarcándola toda, como si tratara de que no fuera a escaparse, ambos posaron sus cabezas en los hombros contrarios, Eun poco a poco subió sus brazos que yacían laxos a cada lado de su cuerpo y acaricio esos anchos hombros que anhelo noche tras noche, su mente era un caos no podía digerir aun que su gran amor hubiese estado con alguien más, sentía su corazón a punto de romperse, el sabia que las probabilidades de volver a verse eran casi imposibles, siendo los dos, jóvenes, con preferencias fuera de lo normal según sus padres y sin medios propios para poder subsistir, y encima siendo dominados y repudiados por sus respectivas familias, solo el padre de Donghae era el único que los apoyaba, pero este estaba sometido al yugo de Chaerin, maldita Chaerin ahora la odiaba más, aunque el apoyo de este solo fuera moral, los alentaba.
Eun siempre pensó que tenían alguna posibilidad, no importaban las circunstancias, mientras estuvieran juntos, pero al ser separados y con kilómetros de distancia de por medio resulto casi imposible. Por más que ambos trataron de contactarse, ambas familias cortaron toda esperanza. Era doloroso, si, muy doloroso, y ahora estaba comportándose como un verdadero imbécil, Donghae no reacciono así cuando lo encontró, ya con una vida hecha, viudo y con dos hijos, no le importo su pasado ni las consecuencias, lo único importante era que por fin lo había encontrado y jamás lo dejaría ir de nuevo. Estaba siendo egoísta al enojarse por lo que paso, la vida debía continuar, el la continuo, obligado por su padre, pero la continuo, al igual que Donghae no tuvo opción, era obedecer o atenerse a las consecuencias y sus consecuencias eran peores que las de Donghae, debía obedecer pues no tenia opción. Lleno sus pulmones de todo el aire que pudiesen recoger, tomo los hombros de Donghae y trato de separarse, este último volvió a envolverlo en un fuerte abrazo, escondiendo su cabeza en su hombro.
-No cariño, por favor no, entiéndeme no era mi intención lastimarte, Eungie, por favor. - apretando más.
-Donghae, me estas empezando a lastimar, suéltame por favor - tratando de disolver el abrazo, viendo que no conseguirá nada - anda cariño, mínimo afloja el agarre que me vas a quebrar, estoy tranquilo ya. - Donghae solloza sobre su hombro giro la cabeza y se encontró con un Eungie completamente despeinado, ojos hinchados y nariz constipada de tanto llorar.
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Si tiene que ser... será
Fiksi PenggemarDos extraños coincidiendo en un bar, con la atracción a flor de piel, deciden pasar la noche juntos, con una única condición, sin preguntas, sin saber nada el uno del otro, solo dejarse llevar por la pasión que los devora lentamente, con ese acuerdo...