Una corte, dos reyes

Capítulo 1 : Encontrar un propósito

      “¡Y gana de nuevo! ¡Así es Seijoh! ¡Fantástico, simplemente fantástico !”. El locutor se volvió loco, pero ¿quién puede culparlo? Seijoh había arrebatado la victoria con tanta facilidad a un equipo contra el que había perdido hacía apenas unos meses. Con la ayuda de cierta central de pelo naranja llamada Hinata Shouyou, la victoria había sido inevitable.

     El otro equipo, el Ubugawa, parecía abatido. No lloraban, pero bien podrían haberlo hecho. Sus puños estaban tensos y endurecidos a los costados; su respiración era dificultosa. Habían puesto tanta energía en esto, tanto esfuerzo , y ni siquiera habían podido arrebatarle un set a Seijoh. Seijoh se había llevado los tres sets con facilidad.

      —¡Muy bien, chicos! ¡Lo hemos logrado! —El capitán del equipo, Oikawa Tooru, se reía y saludaba a sus compañeros. Parecía incluso más feliz que el resto de los presentes, si es que eso era posible. Su frente estaba empapada de sudor; sus muslos temblaban de cansancio, pero seguía sonriendo. Así era un profesional; así es un profesional .

      —¡Oikawa! —El novio del capitán, Iwaizumi Hajime, gritaba su nombre en voz alta entre la multitud, saludando y animando. Normalmente se le podía ver reprendiendo a Oikawa por sus tonterías, pero ahora parecía más orgulloso que nadie—. ¡Jugaste de maravilla! —Entre todas las demás personas que gritaban, era casi imposible oír su voz, pero Oikawa de alguna manera parecía oírlo. Se giró para mirar al hombre de cabello oscuro y le dirigió una gran sonrisa. Al ver la sonrisa de Oikawa, la multitud se puso aún más alborotada. Todos estaban allí para ver el 'flash rápido' de Seijoh, el flash que Hinata y Oikawa habían ideado. Ubugawa no había podido hacer nada contra él.

      El árbitro levantó la mano y dijo: “¡Alineen!”. Los jugadores se alinearon, los vencedores luciendo grandes sonrisas mientras que los perdedores parecían resentidos. “¡Inclinen la cabeza!”.

      —¡Gracias por el juego! —La voz de Hinata era la más fuerte, aunque nadie se sorprendió. Había sido una pequeña bola de energía, corriendo por la cancha y saltando una y otra vez. Su resistencia se había multiplicado por diez desde sus años de escuela secundaria. Ahora, era prácticamente imparable.

      —Gracias... por el partido... —Ubugawa apretó los dientes. Estaban enojados por el resultado, realmente lo estaban. No querían agradecerle a esa gente. Habían destruido a Ubugawa sin pensarlo dos veces. ¿Cuánto tiempo habían durado en esa cancha otra vez? ¿Solo treinta y siete minutos? Esto no ha terminado .

      La multitud gritaba aplausos mientras ambos equipos hacían reverencias a la audiencia que había acudido a apoyarlos. El gimnasio estaba iluminado de alegría y emoción. Era una atmósfera increíble. Una atmósfera que Kageyama Tobio pudo ver día tras día.

      —Hombre —suspiró para sí mismo mientras se levantaba de donde había estado sentado y salía de la habitación. No quería ver nada más de eso. Amaba la cancha. Por eso no quería ver a nadie más parado en ella. Por lo general, se le pedía que limpiara la cancha una vez que todos se habían ido, lo que significaba que en realidad no tenía que ver el partido. Solo había venido porque tenía curiosidad por el nuevo "freak quick" de Seijoh. Su amigo, Tsukishima Kei, había insistido en que fuera a ver el partido.

      Fue extraño que Tsukishima y Kageyama terminaran siendo amigos cercanos. Cuando se conocieron en la escuela secundaria, se odiaban más que a nada. Habían llegado al punto en que hacían lo imposible para odiarse el uno al otro (nadie podría olvidar la vez en que Kageyama espolvoreó sal sobre la cabeza de Tsukishima, lo llamó 'Saltyshima' y le dijo que regresara al mar porque se llevaría bien con todas las 'putas del mar'). Pero un día, se dieron cuenta de que eran mucho más similares de lo que habían pensado originalmente. Si bien todavía tienen una relación de odio/amor, son mucho más cercanos de lo que solían ser.