Entre el cielo y las estrellas ~ pt.1

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Debería aprender a gestionar la ansiedad mejor de lo que estoy haciendo, pero mentirle a tu pareja nunca es fácil. Me siento culpable.

Estamos pasando el fin de semana en nuestro piso en Madrid, los dos solos y con Juanjo amargado. Mañana es su cumpleaños y ni sus padres ni su hermano están en casa por lo que, ante la previsión de pasar la celebración solos en Magallón, nos hemos quedado aquí.

- No puedo creerme que ninguno de mis amigos esté libre. Y mucho menos me esperaba que la que me cancelara el plan a última hora fuera Irene –un Juanjo enfurruñado se deja caer a mi lado en el sofá.

- Estarán con exámenes... -busco la mejor excusa que se me ocurre para intentar levantarle un poco el ánimo.

- Mis cojones Martin, que mañana es domingo. No sé...

El enfado se va transformando poco a poco en tristeza. Lo noto en como baja la cabeza y en como su mirada se pierde en el horizonte. Enseguida se levanta y se dirige a la ventana. Su hábito de fumar no se ha ido del todo pero siempre empeora cuando el agobio lo asfixia.

Pongo una mueca pero no le digo nada. Vuelvo a desbloquear el móvil, ahora que está lejos, y respondo al mensaje que tenía pendiente. La persona al otro lado está muerta de miedo y odiando esta situación tanto como yo.

Juanjo se mete en la cocina y prepara algo rápido. La cena la pasamos prácticamente en silencio y con un ambiente bastante sombrío. Sigue de mal humor y en cierta forma es entendible.

Se levanta mientras yo recojo los platos y se encierra en el baño. Mientras tanto yo termino de limpiar y aprovecho para revisar las notificaciones del teléfono que no pararon de llegar durante toda la cena.

Juanjo sale y yo suelto el móvil. Me mira pero no dice nada y simplemente se da la vuelta para irse a la habitación.

- Juanjo –le llamo fijándome en el reloj que tenemos encima de la nevera-. ¡Feliz cumple!

Él dirige la vista hacia el mismo sitio y ve que efectivamente pasan de las doce. Ya estamos a 10 de noviembre.

Se acerca a mí y deja un beso en mi mejilla.

- Gracias, amor –tiene los ojos irritados-. Me voy a dormir.

Juanjo desaparece dentro de nuestro cuarto y yo dejo escapar todo el aire que tengo en los pulmones. Mi espalda resbala por el mueble de la cocina hasta llegar al suelo.

"Irene, esto me está matando... 

ha estado llorando en el baño"

"Tenemos que aguantar un poco más... 

Solo unas horas. Las reservas están todas hechas"

Agotado me voy a la cama y nada más entrar veo una bolita temblorosa acurrucada de espaldas a mí. Al notar mi llegada deja de sollozar pero ya es muy tarde para fingir.

Me acuesto a su lado pegándome a su espalda para susurrarle lo más bajito posible.

- Mañana será un gran día, mi amor.

Juanjo no dice nada pero busca mi mano a tientas. Cuando la encuentra la lleva hacia delante dejándola apoyada en su pecho. El sueño me vence minutos después. El estrés de estas semanas me tiene agotado.

Un cielo gris pero sin lluvia nos despierta, a eso de las once, la mañana del domingo.

- Buenos días –murmura Juanjo a mi lado.

- Buenos días cumpleañero –le contesto yo enredando mi pierna en su cintura-. Tú y yo nos vamos a desayunar por ahí.

Aunque al principio no le hizo demasiada ilusión lo saqué a rastras de cama y nos dirigimos hasta un pequeño bar en el que ya habíamos estado alguna que otra vez.

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