Entre el cielo y las estrellas ~ pt.4

2.3K 119 4
                                    

Todavía no puedo procesar todo lo que acaba de pasar hace solo unos momentos. Pero sobre todo no me puedo creer que Martin haya organizado todo esto para mi cumpleaños. Llevaba meses sin ver a mis amigos, en invierno siempre es más complicado que encontremos tiempo al estar cada uno en una punta del país con nuestras cosas. Pero mi chico hoy consiguió lo que llevo yo intentando semanas, reunirlos a todos aquí junto con mi familia.

No sé qué hice en vidas pasadas, pero para haberme ganado el privilegio de vivir esta al lado de Martin Urrutia debió de ser algo exageradamente bueno. Lo tengo entre mis abrazos y no me lo creo. Estamos encerrados dentro de una cabañita preciosa perdida en medio de la Sierra, los dos solos, rodeados de la paz que siempre nos envuelve cuando estamos juntos. Es difícil ser más feliz.

- ¿Te sigue apeteciendo darte un baño en el jacuzzi? –pregunta dibujando circulitos en mi pecho.

- Creo que está lloviendo... -comento viendo las gotas escurrirse por la ventana al lado de la chimenea.

- Más mojados estaremos dentro –sonríe divertido encogiéndose de hombros.

- Nos vamos a congelar, amor... -la verdad es que estoy demasiado cómodo con él aquí como para moverme al frío.

Martin se desenreda de mí y de la colcha que nos cubre y tira de mi mano. Casi nos matamos por culpa del aceite que repartió por mi cuerpo una hora antes. Seguimos resbalosos y al intentar tirar el uno del otro en direcciones contrarias nos escurrimos entre risas.

Me empuja con cuidado hasta la puerta donde me envuelve con un albornoz. Yo le devuelvo el gesto, porque lo que menos quiero es que se me enferme. Cogidos de la mano y saltando alguna que otra gotera atravesamos el porche y dejamos los albornoces sobre unas sillas. El arrepentimiento nos golpea en cuanto nuestra piel queda expuesta al gélido viento que mueve los pinos detrás nuestra.

- Como esté fría te mato –advierto como puedo con un castañeo de dientes incontrolable.

- Que no, ven. Está calentita.

Dejo que pase delante, por si es un movimiento suicida meterse en el agua, y veo como su cara se destensa nada más sumergirse.

- Hazme sitio –digo saltando dentro haciendo que el jacuzzi se desborde.

Martin se ríe de mis prisas y enciende las burbujas. Es noche cerrada y la lluvia, aunque más leve, sigue cayendo sobre nosotros. Es una sensación curiosa. Las nubes nos impiden ver la luna y, muy a pesar de Martin, también las estrellas. Lo único que nos alumbra en este momento es la luz azulada del jacuzzi y la claridad que se filtra por las ventanas de la cabaña.

- Te amo –murmuro relajado-. Gracias por todo esto.

- Shhh, deja de agradecer. Es tu cumple y quería hacerte algo bonito que recordaras por mucho tiempo.

Me muevo de sitio y me acerco a su escalón para dejar un beso sobre sus labios.

- Te quiero

- Y yo... más –responde besándome de nuevo.

Mis manos bajan a su cadera y lo muevo para sentarlo en mi regazo. El tiempo parece detenerse a nuestro alrededor mientras nos abrazamos en silencio gozando de nuestra compañía.

- ¿Tienes frío? -pregunto cuando se acurruca en mi cuello.

- Contigo nunca hace frío -dice reincorporándose para mirarme directamente a los ojos.

- Ala, cursi -yo desvío la vista avergonzado.

- Así me quieres -contesta él burlándose.

Le abrazo contra mí pegando completamente nuestros cuerpos. Un suspiro que mezcla alivio, tranquilidad y satisfacción sale de mi boca. Martin deja una hilera de besos desde mi mejilla hasta mi cuello mientras masajea levemente mis hombros.

MAJOSHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora