Alma rota

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Pareció caminar sin rumbo alejándose de los rebeldes quienes intentaban calmar al más grande de los tres, se habría separado por completo si no fuera que el más pequeño de ellos lo agarró de su pantalón.

— ¿que se supone que soy?... ¿acaso tú lo sabes?—

El pequeño de ojos brillantes evitó el contacto visual apoyando su rostro en la pierna del chico y agarrando con fuerza la tela, si conocía la respuesta ya que el anterior guardia dorado también fue su mentor, pero no era algo que quisiera decir. Las máscaras rotas en varios pasillos hacían muy difícil el no sentir dolor en el pecho, no podía mirar el contenido de los cuadros por el miedo de lo que podría encontrar. Al final del pasillo que veía, aquel monstruo que habían estado evitando al principio se mostró ante ellos y comenzó a correr hacia su dirección, el joven guardia estaba paralizado, no solo por el miedo del momento si no también antes habían comenzado a fallarle las piernas. Antes de ser atacado logró escuchar la música de una flauta, uno de los que estaban más lejos los hizo levitar con magia de bardo justo a tiempo para evitar aquella atrocidad.

— ¡Ocultense! — Exclamó el de gafas mientras llamaban la atención del monstruo entrando en diferentes memorias.

Obedecieron a la orden en cuanto Hunter recobró en sí y pudo moverse de nuevo, la memoria en la que entró el guardia y el pequeño demonio parecía ubicarse en un lugar muy diferente a las islas, el color de los árboles y del cielo era diferente a lo que estaban acostumbrados, gracias a los cuentos de Belos, Hunter se dio cuenta de que en donde estaban era un recuerdo del reino humano.

— ¡Vamos Caleb, no seas cobarde! ¿Acaso te da miedo encontrarte con una bruja?— Se escuchó en el bosque llamando la atención de los intrusos.

Ambos se adentraron en la memoria hasta que vieron a dos niños caminando el más alto de ellos tenía el cabello rubio, una nariz característica y un mechón rebelde que le sobresalía Hunter sintió como algo dentro suyo estuviera mal solo por ver esto.

— Solo digo que será difícil volver si oscurece, no tenemos ninguna lámpara y seguro te pondrás a llorar de miedo como un bebé y atraerás a las brujas —

—¡Eso no es verdad! ¡Yo no soy un llorón, y no me dan miedo las brujas porque yo soy el gran general cazador de brujas Philip Wittebane! ¡El genio de Gravesfield!—

—Qué algunos adultos lo digan que eres muy listo no te vuelve un genio, genio, aún eres sólo un niño que no puede ponerse solo sus zapatos —

—Ya, deja de molestarme —

—Lo siento pero es mi trabajo como tu hermano el molestarte, así es como funciona, yo no escribí las reglas—

— Brujo, te arrepentirás de tus palabras — Aquel pequeño de ojos azules, la personificación de un Belos niño, cubrió su rostro con una máscara de madera similar a su máscara de emperador y apuntó su pequeña espada de madera a su hermano.

—Oh, así que nos pondremos rudos eh, bien, ¡Nunca podrás atraparme, General cazador! — Aquel chico comenzó a correr mientras era perseguido por su pequeño hermano, ambos reían y parecían disfrutar de su juego.

—Así que también puede tener recuerdos así… — Al pensar que eso era todo ambos se dirigieron a la salida, el más pequeño espio sacando solo su cabeza para ver si ya no había nadie por los pasajes y era así, su principal objetivo ahora sería volver por lo que debían encontrar a los otros dos.

Antes de salir Hunter escuchó un llanto en el bosque, volteandose logró distinguir al pequeño niño que se volvería el emperador, en lugar de salir con el demonio decidió volver a ver el recuerdo, ya se había cansado de solo tomar la primera reacción de un recuerdo a medias, todas las memorias que se encuentran en los pasajes mentales son porque significan algo importante en la vida y desarrollo de las personas que los experimentó, esto lo sabía bien porque conocía sobre el tema.

El castillo del Emperador-AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora