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Lo próximo que supo Visenya fue que sintió el robusto cuerpo de Viserys caer sobre el suyo sujetándola con fuerza. La sensación de su toque la estremeció mientras caían al suelo siendo un cúmulo de lágrimas y risas .
—M-mi mi amor...—Musitó Viserys en su oído mientras sus labios se encontraban contra su cuello.
Retiro su rostro y la miró a los ojos amatista que tanto amaba, sus labios se unieron en un beso cálido y necesitado.
No importaba nada más que el otro.
Finalmente Visenya había vuelto a sus brazos, el lugar de donde nunca debió irse.
Caraxes y Meleys arribaron cerca, sus jinetes se acercaron a la pareja que lloraba y reía sin parar demostrando que apesar de los años el anhelo siempre existió.
—¿Te has olvidado de mi, hermano?
Viserys miró a Daemon, lucía igual de jóven que la última vez, pero sus ropas ahora eran totalmente negras, alejado del rojo que solía vestir, aún así lo primero que notó fue el cansancio en sus ojos.
Los guardias observaban los eventos del día, el Rey parecía incapaz de llorar y besaba constantemente a la mujer entre sus brazos, pocos de ellos, por no decir ninguno, tenía conocimiento de quienes eran ellos.
Y es que Otto Hightower había actuado con rapidez, una vez el Rey aceptó su plan, se dedicó a desechar cualquiera que mantenga lealtades a algunos de los príncipes, ¿Quién iría contra él? El Rey Jaehaerys pasaba más tiempo en cama que en el Trono, por lo que cuando Viserys asumió el Trono no había nadie que conociera a la familia Real mucho más que lo poco dicho por el joven Rey.
Las preguntas eran demasiadas que se amotinaban en sus labios y las respuestas dolorosas que lo hicieron estremecer.
—Quizás el jardín no sea el mejor lugar donde conversar.—Dijo Rhaenys mientras los guiaba dentro del castillo, ninguno se quejo, simplemente siguieron a la princesa hasta la habitación del Té que antes utilizaba la Reina Alysanne.
Horas y horas de conversación entre los cuatro Targaryens dio inicio a lo que se llamaría en la historia como La época de Oro de los Targaryen.
Mientras tanto Alicent permanecía en sus aposentos siendo consolada por sus doncellas, ninguna conocía la verdad sobre la mujer que recibía los mimos de parte del Rey delante de todos, pero eran bien sabido el rechazo del Rey Viserys por su esposa y la forma agresiva con la que la trataba constantemente aunque no llegaba a los golpes.
Ella podía sentir como su pequeño vientre en crecimiento se agitaba y tuvo temor, conocía a Visenya, ella se había criado en la corte desde muy niña y sabía que cuando se enterara de las malvadas palabras que salieron de su boca hacia la princesa Rhaenyra probablemente su cabeza descance en una pica.
Aún así tenía una sola salida.
Viserys.
Ella cargaba en su vientre el fruto de ambos, aún cuando Viserys no estuviera totalmente consciente cuando la tomó, en su vientre descansaba su primogénito varón, eso creía ella, debido a que no sabía cuantos hijos tenía Visenya en realidad.
Además, ella no dudaría en acusarla e iniciar rumores sobre la legitimidad de esos niños, es decir, estuvo durante algunos años sola con el príncipe Daemon, quien nunca tuvo buena reputación.
Los planes maquineaban en su cabeza, de la misma forma como acabó con Aemma Arryn, ella podría acabar con Visenya, no podía perder la oportunidad de sentarse en el Trono de Hierro.
La rabia consumía a Viserys.
Salió del salón en busca de encontrar al culpable de todo pero no contaba con ser detenido por su esposa, su legítima esposa Visenya.
Las manos contra su pecho lo estremecieron de inmediato, no podía negar que el fuego en él se encendió de inmediato a tenerla entre sus brazos.
—Aún no.
—¡Mira lo que te hicieron! ¡A ti! ¡A nuestros hijos! Joder...—Apretó el agarre en sus caderas presionándola contra su cuerpo.—Ni siquiera conozco a Maegor.
La mano de Visenya apretó su agarre contra su pecho, sus ojos se encontraron y fue cuando supo que no tenía salida.
El amor hacia su marido era infinito, inigualable e inagotable.
Sus labios se encontraron en un beso ardiente que los estremeció e hizo gemir de satisfacción.
Daemon salió de la habitación golpeando el hombro de su hermano.
—Busquen una maldita habitación, los reyes no pueden dar este espectáculo.
Viserys estaba a punto de querer golpearlo cuando notó la mirada de Visenya.
Ansiosa, deseosa, necesitada, exactamente como lo estaba él.
Sin dudarlo la arrastró hasta su cámara personal, su antigua habitación, la mujer miró todo con admiración.
—Esta igual...
—Te he extrañado mucho... Si hubiera sabido toda esta mentira...
—No pensemos en el pasado.—Pidio la mujer girando a mirar a su esposo.
Sus labios se encontraron con anhelo y necesidad, la vida fue dura para ambos, sentirse violado, estar recluida, creer en la muerte de toda su familia y que aquel hizo todo fuera su abuelo era doloroso y lo único que parecía actuar como bálsamo de paz y tranquilidad eran los labios del otro.
El beso era profundo, lleno de amor y deseo.
Sus manos no se encontraban quietas, se conocían, se acariciaban recordando cada cicatriz y besaron las nuevas aceptando que lo que sucedió se escapaba de sus manos.
Sus toques escalaron a ser necesitados, llenos de adrenalina, llenos de placer.
Los gemidos no tardaron en llegar mientras sus cuerpos se recorrían con premura, queriendo satisfacer al otro, desean su cercanía, su toque, su alma.
Visenya era capaz de sentir su centro apretarse contra la nada, necesitada de ser llenada por completo, sus manos viajaron a la única prenda que los separaba, ansiosa desató los pantalones de su esposo y empezó una caótica caricia que lo estremeció.
—No aguantaré mucho —Admitió Viserys mientras apretaba los dientes —D-dejame follarte.
Visenya sonrió mientras dejaba una suave mordida en su cuello.
—Recuestate, hace mucho que no monto a mi dragón.
Viserys jadeo mientras caía a la cama y admiraba a su esposa, su mujer, subirse a horcajadas sobre él, sus miradas amatistas se encontraron y Visenya no pudo evitar soltar un ruidoso gemido cuando lo sintió invadirla en su húmedo coño necesitamos.
—Mi mujer.—Sentencio Viserys.—Mía.... mi Reina.
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Cuando Bailan Los Dragones
FanficLa hija menor de Alyssa y Baelon llega a demostrarnos por qué es llamada la Princesa Rebelde. 👑