Viserys soltó un grito cargado de dolor mientras caía de rodillas.
No podía ser cierto.
No, no su dulce esposa, ni sus amados hijos...
Entre lágrimas logró aferrarse a lo único que lo mantendría a flote, su adorada Rhaenyra.
Ella era el vivo reflejo de su, ahora, difunta esposa, no podía vivir de esa forma, la tentación de terminar con su sufrimiento era real pero la existencia de Rhaenyra era un ancla que lo mantenía cuerdo.
Aferrado a su pequeña de solo cinco días del nombre Viserys decidió hacer lo que esposa hubiera querido.
—Si, su majestad, deseo presentar mi reclamo para el trono.
Su propio hermano también había muerto en un incendio en Dragonstone, donde su esposa e hijos perecieron de forma atroz.
Viserys se arrepentiría toda su vida de haberse ido ese día de Dragonstone.
Rhaenys, su prima, la última de sus familiares vivas además de su abuelo, no fue ajena a la noticia.
El difícil embarazo que llevaba con cautela y cuidado terminó cuando se le fue entregada la noticia.
Su llanto junto al de Viserys había resonado en toda la Fortaleza Roja entre gritos de agonía por la pérdida de tanto.
Mientras tanto el Rey parecía ansioso, la culpa carcomia sus entrañas y se seguía preguntando cómo es que había aceptado la loca idea de su Lord Mano, Otto Hightower.
Se repetía una y otra vez las razones que se le fueron dadas.
Visenya era muy fuerte y agresiva, dominaría a Viserys y acabaría con la paz en los Siete Reinos.
En cambio Aemma era tranquila y pacifica, un pequeño pajarito frente a Viserys, un dragón.
Sacar a Daemon del tablero fue una jugada necesaria, sin duda el joven príncipe era mucho más liberal y no dudaría en presentar su reclamo.
Se lamentó por Rhaneys, ella fue, simplemente, un efecto colateral de adaptar las cosas como siempre debieron ser.
Le molestó que Viserys no hubiera traído a un hijo varón y con él perpetuar su nombre y reclamo, pero la solución era rápida, Aemma era joven y fértil, ella le daría suficientes hijos varones.
—Luego de este lamentable suceso.—Dijo el Rey en la siguiente cena familiar, casi una luna más tarde.— He decidido prohibir cualquier acercamiento a Dragonstone.
Todos lo aceptaron sin queja, no deseaban estar cerca del lugar.
Unas ropas quemadas fueron entregadas a Viserys y a Rhaenyra quienes pasaron una luna más en duelo.
Viserys calculo que seria la fecha en la que su mujer estuviera dando a luz a su hijo, otro de ellos, que le fue arrebatados por algo que a los Targaryen les causaba casi placer.
Las llamas.
Pero había algo en lo que Viserys no pensaba ceder, no aceptaría contraer nupcias nuevamente.
—No, lo siento, su majestad.
—Pero Viserys...
— Toda mi familia fue debastada.—Dijo con dolor.—No pienso romper mi promesa.
—¡ESTA MUERTA!
Viserys dió un tras pie, débil y dolido, cayó al suelo estallando en un llanto nervioso y adolorido.
—¡Sé inteligente! ¡Ella habría querido que seas el Rey!
—M-mi esposa...—Murmuró.—Viseny... ella...no, yo soy su esposo...
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Cuando Bailan Los Dragones
FanfictionLa hija menor de Alyssa y Baelon llega a demostrarnos por qué es llamada la Princesa Rebelde. 👑