Visenya estaba apunto de colapsar, Maegor sostenía las manos de sus hermanas, Daenyra y Daella, mientras se encontraban en un rincón de la habitación de los Reyes mientras mecían a su hermano menor, Aegon.
Veían a su madre maldecir en Alto Valyrio mientras hablaba con Laenor a los gritos, el consejo había ordenado que la Reina, Su majestad, debía quedarse en la Fortaleza bajo cuidados.
Maegor tenía diez días del nombre y era el mayor en aquel momento, su dragón, que era apenas una cría, apenas y podía levantarlo del suelo, aún así, crecería.
Sabía que él no podía ir a la búsqueda de sus hermanos, no esa persona debía ser su madre.
Una vez que el hijo de Lady Mano, y su querido primo, Ser Laenor, salió de la habitación, Maegor beso las frentes de sus hermanas y se acercó a su madre con decision.
—¿Deseas ir en búsqueda de mis hermanos, madre?—Dijo en su lengua madre.—Sé lo que el consejo teme.
—Mi dulce niño, tu cabeza no debería estar llena de estas cosas...
—Pero lo está porque la vida no fue gentil con ninguno de los dos.
Visenya acarició su mejilla.
—Ve, yo protegeré el reino con LlamaOscura. —Él la miró con seguridad —Siempre debe haber un Targaryen sentado en el Trono de Hierro para mantener la paz...
—Mi amado dragón...
— Cuidaré de mis hermanas.—Prometió.—Esta es una guerra que debemos pelear, madre.
Maegor nunca lo admitiría pero más tarde aquella noche, mientras veía partir a su madre en Caníbal, su cuerpo era incapaz de dejar de temblar.
Tenía miedo, claro está, pero no era la primera vez que había tenido que madurar de forma presurosa para ser de ayuda.
Ser un príncipe no te aseguraba tener una infancia feliz.
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El avistamiento de Meleys dio felicidad al Trío Valyrio, Daemon palmeó la espalda de Corlys mientras el hombre se acercaba a la bien querida Princesa Rhaenys, quien cayó en sus brazos con la mirada tensa y el labio tembloroso.
—Atacaron la fortaleza, se llevaron a...Rhaenyra, Baelon y Alyssa...—Corlys abrió los ojos, esceptico, rogando a los dioses que su esposa haya perdido el juicio y que aquello sea una mentira.
—¡Pero si es mi querida prima!—Dijo Daemon llegando a su lado.—Desde la distancia casi no puedo distinguir tus canas...
—¿Sucede algo?—Preguntó Viserys mientras rompía la distancia.—¿Rhaenys?
—Hombres de Myr llegando a media noche y se llevaron a Rhaenyra, Baelon y Alyssa.—Confesó con voz calma.—Visenya llegó antes de que se lleven a Maegor y a las niñas...—El Rey fue sostenido por su hermano menor.