Parte 11: Profecía

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Tras abandonar la Ciudad de Espejos, Erik, Ailara y Mira continuaron su viaje con el fragmento del talismán en su poder. El camino los llevó a través de valles y montañas, hasta que finalmente llegaron a un pequeño pueblo escondido en un recóndito valle. El pueblo, llamado Estrella Perdida, estaba casi desierto, sus habitantes mirando a los viajeros con desconfianza y miedo.

—Algo no está bien aquí. —murmuró Mira, notando la atmósfera opresiva del lugar.

—Parece que el miedo se ha apoderado de este pueblo. —dijo Ailara, observando a los aldeanos.

Mientras buscaban un lugar para descansar, un anciano con una mirada sabia y preocupada se les acercó.

—Vosotros sois los portadores del talismán. —dijo el anciano en voz baja—. Debéis venir conmigo. Hay algo que necesitáis saber.

Intrigados, siguieron al anciano hasta una pequeña cabaña en el borde del pueblo. Dentro, el aire estaba cargado de una energía antigua, y en el centro de la sala, un altar estaba cubierto de pergaminos y reliquias.

—Soy Elowen, el guardián de la profecía. —dijo el anciano—. Durante siglos, hemos esperado a los portadores del talismán. Pero hay una verdad oculta que debéis conocer.

Erik, Ailara y Mira se acercaron al altar, donde Elowen desplegó un pergamino antiguo. Las palabras escritas en él parecían brillar con una luz propia.

—Esta profecía habla de un gran poder y un gran sacrificio. —continuó Elowen—. "Aquel que una los fragmentos del talismán de Orum, desatará un poder inimaginable, pero a un costo oscuro. Uno de los portadores está destinado a convertirse en la llave que abrirá el portal del fin."

—¿Qué significa eso? —preguntó Erik, con el ceño fruncido.

—Significa que uno de vosotros está destinado a ser más que un simple portador. —respondió Elowen, sus ojos llenos de preocupación—. Uno de vosotros podría ser la clave para desatar una gran oscuridad si el talismán es usado de forma incorrecta.

Un silencio tenso llenó la cabaña mientras los protagonistas asimilaban esta nueva información. ¿Quién entre ellos era la llave? ¿Y qué significaba exactamente abrir el "portal del fin"?

—Debemos averiguar más sobre esta profecía. —dijo Ailara, determinada—. No podemos permitir que la oscuridad gane.

De repente, un fuerte estruendo resonó fuera de la cabaña. Corrieron hacia la puerta y vieron un espectro fantasmal flotando en el aire, observándolos con ojos vacíos y brillantes. La figura etérea emitía un aura de frío y desesperación que les helaba el corazón.

—¡Un espectro! —exclamó Mira, desenvainando su arco.

Antes de que pudieran reaccionar, el espectro lanzó una onda de energía oscura hacia ellos. Erik la desvió con el talismán, pero en el caos, la figura desapareció en la bruma.

—¿Qué era eso? —preguntó Ailara, con la voz temblorosa.

—Un guardián de la oscuridad. —respondió Elowen, con el rostro pálido—. Alguien sabe que estáis aquí y no quiere que cumpláis vuestra misión.

De repente, Erik se detuvo y miró con atención el talismán en su mano. Algo en su superficie parecía diferente. Bajo la luz tenue de la cabaña, un símbolo apenas visible comenzó a brillar débilmente.

—¿Esto siempre ha estado aquí? —preguntó Erik, señalando el símbolo.

Ailara y Mira se acercaron, observando el talismán con renovada curiosidad. Elowen se inclinó sobre él, sus ojos llenos de sorpresa.

—Ese es el símbolo del Dragón de Ojos Verdes. —dijo con voz grave—. Es un guardián legendario que ha permanecido dormido durante siglos. Si el símbolo está despertando, significa que los poderes oscuros están más cerca de lo que pensábamos.

—¿Qué debemos hacer? —preguntó Mira, preocupada.

—Encontrar al Dragón de Ojos Verdes y despertar su poder. —dijo Elowen—. Solo él puede ayudarnos a comprender la verdadera naturaleza de la profecía y cómo evitar que la oscuridad prevalezca.

Con sus corazones llenos de preguntas y una nueva sensación de urgencia, el grupo dejó el pueblo de Estrella Perdida, sabiendo que el camino por delante sería aún más peligroso y que la verdadera naturaleza de su misión aún estaba envuelta en sombras.

Mientras se alejaban, Erik no podía dejar de pensar en el espectro y el símbolo recién descubierto. La intriga y el miedo se mezclaban en su mente, sabiendo que el destino de su misión podría depender de secretos que apenas comenzaban a desvelar.

El Último MagoWhere stories live. Discover now