CAPÍTULO #11

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Esta es una adaptación de la historia de Lynne Graham llamada "Dinastía Griega".

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Con un movimiento que tomó a Camila por sorpresa, Lauren le dio la espalda y salió caminando apresuradamente hacia el jardín. Se detuvo bajo los manzanos y llenó sus pulmones de aire fresco, luchando por mantener la compostura.

-¿Cómo es posible que te sintieras más humillada que yo?

Sorprendida, Lauren se dio la vuelta. Camila estaba en la terraza. A Lauren le atravesó un punzante dolor cuando observó sus hermosas facciones.

-Cuando te obligaron a casarte conmigo, tus amigos y tu familia sentían una gran pena por ti -le recordó a Camila-.

-¡Nadie se sorprendió cuando te vieron tan reticente a acostarte conmigo aquella noche!

Un vago rastro de color tiñó las mejillas de Camila, que parecían como esculpidas con cincel. Nunca había pensado que Lauren tuviera tan poca autoestima.

-No es posible que pensaras eso... -dijo Camila-.

-¿Cómo fuiste capaz de hacer un drama de tan poca cosa?

-No era tan poca cosa - lamentándose amargamente por su ingenuidad, Lauren agachó la mirada y volvió adentro. No conseguía quedarse quieta. Los recuerdos amenazaban con llevarla de vuelta a un sitio adonde no quería regresar y, por otro lado, tampoco veía qué iba a sacar en claro si empezaba a revivir las agonías que había sufrido de adolescente al comprobar cómo su boda se había convertido en una tragedia gótica.

-¿Es acaso la humillación que crees haber sufrido aquella noche la causa de que no quieras hablar de ello?

-No insistas.

-¿Te sorprende que lo haga? -Camila escrutó el rostro de Lauren con sus hipnóticos ojos-.

-Yo no sabía qué es lo que había pasado aquella noche y tú te negabas a decírmelo, así que asumí lo peor. No tenía control de mí mismo después de tomar aquella bebida. Y por tu forma de comportarte al día siguiente pensé que te había hecho daño de alguna manera...

-¿Daño?

-En la cama... Pensé que te había ofendido, que te había forzado a hacer algo que no querías. ¡Yo qué sé! -

Camila prosiguió cada vez más impaciente y disgustado-.

-Nunca se me ocurrió pensar que ni siquiera hicimos el amor.

-En el estado en el que te encontrabas, ni siquiera te hubiera dejado ponerme la mano encima...

Lauren no sabía dónde mirar. El sonrojo le ardía en el rostro.

-Pero soy mucho más grande y fuerte que tú -dijo Camila con voz grave-.

-Eras virgen y yo no me encontraba en el estado más apropiado para tener eso en cuenta. Cuando al día siguiente te negabas a mirarme, ¡me sentí como si fuera una violadora!

-Oh, no... -desolada por lo que estaba oyendo, Lauren la miró llena de pena-.

-No puede ser cierto.

-¿Qué otra cosa podía pensar? -los centelleantes ojos de Camila se clavaron en los de Lauren-.

-Cuando intenté besarte empezaste a sollozar y saliste disparada como una bala para encerrarte en otra habitación...

Lauren suspiró. Empezaba a ver las cosas desde el punto de vista de Camila y se sintió culpable. Por desgracia, no quería hablar de todas aquellas cosas que Camila le estaba haciendo recordar. Y sin embargo, si era cierto que Camila había perdido la memoria de aquella noche, lo justo era que ella le ayudase a rellenar las lagunas que tenía en la mente.

-Antes de que te desmayases en la cena habías desaparecido y yo fui a buscarte. Estabas con Ariana Grande -le dijo en un tono apagado, carente de toda emoción.

-Me acuerdo de esa parte de la velada -Camila frunció el ceño-.

-Entonces todavía estaba sobrio porque lo recuerdo perfectamente. Ariana estaba alterada. La saqué de la sala porque no quería que montase una escena delante de todo el mundo.

Lauren se mordió el labio inferior y lamentó no haberse dado cuenta antes de que Camila iba a salir con un argumento del estilo del que acababa de utilizar. Camila era muy ágil cuando se ponía a la defensiva.

-Cuando los vi, estabais abrazados como si fuerais Romeo y Julieta. Te aseguro que la cosa no parecía tan inocente como tú lo cuentas -contraatacó Lauren.

-¿Y por qué no hablaste de ello cuando ocurrió? -le exigió Camila con un repentino enfado-.

-Créeme, no ocurrió nada...

-¡Estabas besándola! -le gritó Lauren, perdiendo la compostura. Camila sostuvo su mirada acusadora con una frialdad desafiante al tiempo que pensaba en lo sexy que resultaban los labios de Lauren.

-Ariana se echó a llorar y me besó... -dijo a continuación-.

-Intenté apartarla...

-Claro, y entonces yo ya me había ido... En cualquier caso, ya me da igual -le respondió Lauren con los labios apretados y dos sombras sonrosadas iluminándole las mejillas-.

-Lo único que quiero de ti ahora es el divorcio.

-Olvídate de eso. Eres una Cabello. Eres mi esposa. Toda esta conversación me resulta ofensiva...

-No lo es -los ojos azules de Lauren se oscurecieron por la emoción-.

-Lo que es ofensivo es que me digas que no tengo derecho a pedirte el divorcio.

Camila se irguió alzando su poderoso pecho, respiró hondo, dejó escapar un lento y bien medido suspiro y dijo:

-¿No crees que deberíamos dar una oportunidad al matrimonio antes de empezar a hablar del divorcio?

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Pueden ir a ver las historias del autor oficial y leerlas son muy buenas ❤️

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