CAPITULO #18

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Esta es una adaptación de la historia de Lynne Graham llamada "Dinastía Griega".

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-¿Quieres un café?

-No, gracias. Sólo puedo quedarme media hora. Tengo que estar en Atenas a primera hora de la tarde -dijo Camila mientras miraba cómo el top rosa de Lauren contorneaba la excitante curva de sus pechos; al instante, borró esa imagen de su mente al notar cómo su cuerpo reaccionaba con inesperado entusiasmo. No volvió a mirarla hasta que se sintió más frío que el hielo.

-Bien... a ver... deberías echar un vistazo a esto... -

Lauren le entregó el aviso de expropiación y empezó a hablar rápidamente sobre lo que el notario le había dicho el día anterior.

-Ya me explicaste ayer la situación.

-No entiendo cómo mi propio abuelo es capaz de hacerme esto - confesó Lauren, infeliz.

-Fernando es un mal perdedor... Puesto que yo también lo soy, creo que no sería justo por mi parte criticarle.

-¡Pero tú eres incapaz de comportarte de un modo tan malvado y cruel!

Lauren sorprendió la mirada de Camila, tan oscura y fría como el cielo de medianoche.

-Pensemos en esto como si fuera una transacción comercial -sugirió Camila.

-El banco no quiere darme un préstamo -Lauren enrojeció y aceptó los papeles que Camila le devolvía.

-Por supuesto que no. Tan sólo el hecho de que hayas sido tú la que ha acudido a ellos, en lugar de hacerlo yo, les habrá causado muy mala impresión.

-Sí. Capté ese mensaje -Lauren emitió un suspiro-.

-Parece que incluso mi notario asumía que no tendría ningún problema a la hora de comprar la casa.

-Lo cual habrías podido hacer perfectamente si hubieras aceptado la pensión que intenté darte...

-Pero yo no quiero que me des dinero -puntualizó apresuradamente Lauren-.

-No estaría bien. Tan sólo quiero que me lo prestes...

-Dijiste que la granja ha sido puesta en venta por setecientas mil libras. Nadie que tenga los pies en la tierra te dará un préstamo que no puedes devolver...

-Si me das el tiempo suficiente...

-No - la interrumpió Camila sin titubear siquiera-.

-No voy a prestártelo.

Asombrada, puesto que en el pasado Camila la había ayudado económicamente con bastante frecuencia y generosidad, Lauren frunció el ceño y le preguntó:

-Entonces... ¿Qué vas a hacer?

-Esto me resulta muy doloroso -le dijo Camila secamente-.

-Seré franca. A no ser que aceptes seguir siendo mi mujer, no haré nada por ti.

-No querrás decir que... -Lauren la miró con fijeza.

-Por eso no quiero criticar a Fernando... ambos somos de ese tipo de personas enérgicas que saben lo que quieren y que no se toman el fracaso demasiado bien.

-Camila... tú no eres como mi abuelo.

-Estoy dispuesto a presionarte y a usar la coacción para obligarte a hacer lo que deseo -señaló Camila claramente.

Dinastía (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora