CAPITULO #27

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Esta es una adaptación de la historia de Lynne Graham llamada "Dinastía Griega".

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-¿Dónde has estado? -preguntó Camila-. 

-Intenté llamarte de nuevo. No contestabas al teléfono.

-Olvidé recargar la batería -suspiró ella-. 

-Si te lo cuento, no te vas a creer los problemas que he tenido para volver a casa...

-Inténtalo -la invitó Camila.

-Brad se eternizó hablando con el vendedor del apartamento que estuvimos viendo. Cuando volví al coche, tenía una rueda pinchada... Brad la cambió, pero tuvo un montón de problemas con las tuercas de la rueda -Lauren se apartó el flequillo dela frente, mojada por el sudor.

-Las tuercas de la rueda -repitió Camila con su característico resplandor en los ojos-. 

-¿Es ésa la mejor excusa que tienes?

Abriendo los ojos como platos, Lauren se detuvo en su camino escaleras arriba.

-¿Perdona? -preguntó sorprendida.

-Son las doce pasadas.

-No soy Cenicienta.

-Y yo no soy estúpida. Has estado con otro hombre durante horas.

-¿Con otro hombre? -preguntó Lauren, sin ser capaz de identificar inmediatamente a Brad como el objeto de las preguntas de su esposa.

-No contestabas el teléfono... has estado fuera toda la tarde. ¿No te parece natural que sospeche?

Cuando Lauren se dio cuenta de adónde quería llegar Camila con sus preguntas, apenas pudo ocultar su perplejidad.

-¿Sospechas de Brad y de mí? ¡Pero si Brad está locamente enamorado de Stella desde hace años!

-Es la primera vez que mencionas el nombre de Stella, ¿no te parece eso un poco extraño?

Su persistencia desconcertaba a Lauren. La tensión que se marcaba en sus rasgos faciales era muy real, sin embargo. Sólo entonces recordó Lauren aquella ocasión en que Camila le preguntó por su amistad con Brad a raíz de la foto que había salido publicada en las revistas. La única contestación que ella le dio fue un largo silencio. Se sintió horriblemente culpable por no haber intentado acallar sus sospechas entonces. De hecho, hasta había disfrutado con la idea de que Camila pensase que sus afectos no estaban centrados exclusivamente en ella.

-Brad y yo somos amigos. Eso es todo. Debí dejarlo claro desde el principio. El problema es que... quería que te sintieras un poco celosa -le confió Lauren avergonzada, a la vez que notaba un pequeño pinchazo en el vientre.

-No soy celosa -afirmó Camila con los dientes apretados.

Luchando contra el mareo, Lauren tuvo que reconocer que no se sentía bien y asió con fuerza la barandilla de la escalera. Tenía el rostro más blanco que la nieve.

-Theos mou... ¿Qué te pasa? -exclamó Camila.

Lauren titubeó y sus rodillas cedieron bajo su peso. Se cernió la oscuridad en torno a ella. Camila se lanzó hacia su esposa y la tomó en sus brazos al desmayarse. Lauren recuperó la conciencia. Estaba tumbada en el sofá de la sala de estar.

-¿Qué ha ocurrido?

Camila se inclinó sobre ella. Sus brillantes y hermosos ojos oscuros mostraban una clara preocupación.

Dinastía (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora