24 horas después...
Ahora sí, comenzó esta vaina y perdón por mi vocabulario, es que estoy tan feliz que ya, en el día de hoy era lunes e iniciaron las clases, vi que Gaby está mucho mejor, gracias a estos polvos que Gabriele nos dio, Gaby se curó de este guayabo. Ayer por la noche empezamos a alistar las cosas: la agenda, los esferos, el lápiz... todos los útiles que compramos cuando estábamos eligiendo el vestido de baño.
Nos levantamos muy temprano, porque las clases inician a las 7 de la mañana, las dos teníamos a esta hora, pero diferentes cursos, ya que Gaby va a estudiar otro programa; solo que teníamos dos clases juntas. Nos apuramos un poco rápido para al menos saber dónde se ubican los salones que nos corresponden. Salimos de nuestras habitaciones y claro que echamos llave.
Luego y entramos la otra parte del campus, los salones. Los pasillos eran largos y enormes, Gaby y yo nos sorprendimos mucho por esta hermosa arquitectura que hicieron los ingenieros y los obreros... cuando una chica nos observó que estábamos super pérdidas.
—Estaos perdidas — dijo esta chica—. Se que acá pierde fácilmente, es normal, como me pasó exactamente cuando entré en esta universidad. Hola, soy Patricia y si necesitan ayuda, estaré en cualquier momento. — Ella nos sonrió con mucha amabilidad y nos ayudó bastante—. Nací en Madrid, pero vivo 3 años en Barcelona y 6 meses estudiando en esta universidad. Vosotras no sois de aquí, ¿verdad?
—No, somos migrantes. Soy Gabriela y ella es mi amiga Alexandra. Mucho gusto — ella asintió.
—¿De dónde son? — quería saberlo.
—Somos colombianas — ya era mi turno de hablar—. Y vinimos a estudiar aquí en esta universidad, las dos ganamos una beca y nos aceptaron...
—Guay, os felicito. Van a encantar en esta universidad, será divertido aquí y rara vez extraño— que querrá decir con eso y continuó—, pronto descubrirán por qué les digo. Es una experiencia inolvidable.
—Gracias por estos comentarios — dije a Patricia—. Pero después charlamos, estamos retrasadas con el horario.
Patricia miró nuestros horarios y nos indicó cada uno de los salones. Gaby y yo nos despedimos y nos veremos en la hora del almuerzo ya que tenemos el mismo horario de descanso y de almuerzo. Después, seguí a Patricia.
—Buena suerte con vuestras clases, nos veremos por ahí... oh que casualidad, yo también tengo clase en este salón — se alegró—. Alexandra, es vuestro nombre — asentí—. Bien, seremos compañeras.
—Sí, qué casualidad — repliqué.
Entramos a los salones y fijé que era grande, así son los salones de acá; siempre quería saberlo como eran, es igualito a las universidades de Estados Unidos, parece uno de los salones de conferencia o algo parecido o de un teatro...
—¿En las universidades de vuestro país es idéntico al de nosotros? — negué con la cabeza—. Entonces como son. — Tuvo mucha curiosidad y le expliqué cómo son y ella se sorprendió—. Me lo imaginé, tía.
Después de esta conversación, escuchamos más pasos y vi que entraron más chicos. Mi corazón comenzó a palpitar y mis manos se me pusieron frías, creo que se me bajó la tensión. Me relajé y me senté en casi las primeras sillas del salón, Patricia se sentó al lado mío. A pocos minutos, escuché una voz masculina susurrando. Me sobresalté porque me asusté, al igual que Paty.
—Disculpe, está ocupado este puesto... — Me giré y era Max, nos fijamos por unos segundos y apenas él me sonrió de picardía—. Hola, diavolina. Estáis tan guapa como siempre. — Sentí calor en mis cachetes, al parecer me sonrojé.
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Un Amor En El Extranjero Parte 1 (EN BORRADOR) (En pausa, temporalmente).
Romance¿Ustedes creen en el amor a primera vista? Alexa Rodriguez es una chica colombiana que en sus pasatiempos le encanta leer y escribir en su propio blog y publicar en sus redes sociales, hasta que ella ganó una beca universitaria en el extranjero. Cua...