Un Amor En El Extranjero Parte 1 (EN BORRADOR) (En pausa, temporalmente).

♡ Capítulo 50 Información ♡

—Policía... — gritaron los policías.

Salí del baño llorando y temblando con miedo, inmediato vi a Max.

—Amore mio — fijé que guardo su pistola y se acercó a mi. Me abrazo fuertemente y yo también. Estaba llorando del susto y Max me dijo—: Tranquila, todo está bien. Ya pasó.

Me murmuró suavemente y a la vez con el ceño fruncido.

—Él... él... estaba aquí... mi ex... — No pude pronunciar mucho porque mi voz estaba temblorosa.

—¿Vuestro ex? — exclamó con una pregunta—. Que queria este tío de mierda.... Oye, mi amor. Dime para que nosotros podamos detener este tipo. ¿Qué te dijo?

Me ayudó a sentar en una cama para tranquilizarme porque me dio mareo.

—Te lastimo a ti a nuestro hijo... él está bien — Max se preocupó mucho.

Moví la cabeza diciendo que sí.

—El bebé está bien — contesté.

Vi que Max se relajó un poco.

—Vale, menos mal.

Max me seco mis lágrimas con un pañuelo con mucho cuidado y después nos besamos cuando alguien nos interrumpió y Max frunció el ceño.

—¿Qué pasa, Ramirez? — la voz de Max estaba muy gruesa y seria.

—Perdón jefe por interrumpir a vosotros, pero encontramos algo — dijo el guardia civil.

—Así, qué cosa — Max se paró de la cama y su compañero lo siguió.  Lo entregó como un paquete plástica transparente con algo que estaba dentro—. ¿Qué es?

—No se... estaba encima del mueble de la cocina. Al parecer se parece una memoria o algo así.

¿Una memoria? Brayan dejo esta cosa y ya me acordé lo que me dijo él.

—Max quiero comentarte algo — dije por fin.

—¿Qué cosa?

Al fin a cabo me tocó decirle todo lo que me dijo Barayan, cada palabra, le comente acerca de que los delincuentes tiene una reunión está madrugada.

—¿Una reunión? — enarcó una ceja.

—Sí — repliqué.

—¿Segura? — me preguntó el guardia civil—. ¿Y de qué?

Pensé para acordarme porque me esta dando una jaqueca en mi cabeza.

—Dime, que te dijo más — me gritó este guardia civil—. Ahora, qué mierda te dijo...

—Ramirez no la gritas a mi novia — se enfureció Max—. No hables así, qué te pasa.

—Perdón, señor — se disculpó.

—No disculpes a mí  sino  a Alexa — espetó Max.

—Perdóname por hablarte así  Alexa, me altere un poco — se disculpó a mí.

—Vale, no hay problema y sabeis que eres un gilipollas — lo masculle a este guardia civil.

—Vaya, no me esperaba. — Vio a Max y él alzó los hombros.

Por un momento, Max me habló más suave:

—¿Qué te dijo más vuestro ex?

Rasque la cabeza para acordarme, yo creo que Brayan no me dijo una reunión, sino...

—Caray, no me acuerdo, perdón... es que tengo una jaqueca horrible — me disculpe a Max.

—Tranquila, siéntate y relájate, mi amor — me sugirió Max. Le hice caso y senté en una silla.