Capítulo 2

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Paso la noche sentada sobre el filo de la cama envuelta con mis frazadas mientras miro un punto cualquiera de la pared y me tambaleo para adelante y para atrás, como una loquita que anda con la cabeza llena de conspiraciones.

Tengo un debate interno que me llena de preocupación y desconcierto, debo decidir si preguntarle a mi mejor amiga, la cual me pidió espacio, si la noche que mataron brutalmente a mi otra amiga se percato de la presencia de mi inquietante vecino, o si tenía la paciencia suficiente para esperar a que se diera la charla.

Estoy segura de que voy a recibir mas de un insulto a cambio si hago lo primero.

Pero no podía esperar, menos ahora que sabia que tenía al sujeto responsable de mi desvelo viviendo en la casa de al lado. Podría simplemente tocar su puerta y pedirle una explicación.

Claro, eso era lo más racional que podia hacer.

¿Me tratara de loca? Puedo fingir demencia. Debido a mi perdida cualquiera diría que solo estoy pasando por un mal momento.

Miro la hora en mi celular, son las dos de la mañana y el frío de diciembre me tiene usando medias gruesas sobre mis medias normales.

Muchos dirían que mi situación es exagerada, ya que, desde cualquier punto de vista no tiene nada de malo que un joven de la edad de Jerome esté en un bar un sábado, es lo más normal del mundo. Sin embargo la situación cambia si ese chico es el que me acusa de matar a mi propia amiga. Puedo culparlo fácilmente de cualquier cosa.

Me tumbo de lado en la cama, aun envuelta como un dulce, ya que tengo sueño. Siento los ojos cansados pero mi mente sigue despierta y activa como si hubiera dormido todo un día. Deseo dormir bien para poder ir a trabajar con normalidad al día siguiente.

Nunca me he sentido tan deprimida. Ni siquiera cuando Michael, el amor de mi vida de la secundaria, dejó de responder mis textos despues de robarme un beso y decirme que saldría conmigo, tampoco me sentí tan mal cuando falleció mi abuela, estuvo mucho tiempo hospitalizada asi que cuando un dia no despertó no senti tristeza. La familia sabía que se fue en paz. Y de mi padre ni hablar, era tan pequeña que no sabia lo que estaba pasando asi que no sufrí y tampoco recordaba el funeral. Paralelamente la muerte de Jade me derribo por días, me hizo perder unos cuantos kilos y me abrió los ojos a muchas otras cosas sobre mí, mis metas y mi falta total de vida social, aparte de Emma ahora solo tengo a Caroline pero no hablo mucho con ella porque su forma de actuar deja mucho que desear, ni Emma ni yo podemos aguantarla mucho.

Tengo la compulsión de revisar una y otra vez las historias destacadas de la cuenta del bar, entre esos videos cortos compartidos por otras personas que habían ido ese día en particular encuentro uno que me parecio inusual y no podía dejar de mirarlo. El video era de una chica grabando la parte exterior del bar, debido al frio habia una fogón grande para que los que salieran a fumar afuera no se congelaran, a un lado la parte trasera de la barra del interior que también servia tragos afuera, allí estaba Jerome que salio a fumar seguramente, pero no estaba solo, a su lado y de espaldas a la cámara habia un chico que charlaba con él y también tenía un cigarrillo entre sus dedos.

Quiero saber de que se estaban riendo en ese momento, quiero saber si son amigos, conocidos o si se habían entendido esa misma noche y me muero por saber que hacia Jerome allí.

En la madrugada me quede dormida un par de horas antes de que sonará la alarma del celular. Despego mi cuerpo de la cama temblando como una gelatina debido al frío gélido de la mañana.

Los días en la panadería son cada vez más largos y agotadores, siento mi cuerpo lleno de energía al despertar pero entonces, cerca del horario de salida, comienzo a tener pensamientos deprimentes y poco alentadores sobre el futuro.

COMO SI FUERAS A DEVORARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora