Capítulo 9

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"AHORA ES MI TURNO"

Entro a mi cuarto.

Es de dia. Lo se porque la luz color lila del sol entra por la ventana.

Y mi cuarto no se parece a mi cuarto.

¿Por qué todas las paredes parecen blancas? ¿En donde esta mi pequeña y vieja cama de madera?
Este cuarto es mio pero es diferente. Tiene una cama matrimonial de sábanas blancas con una sola almohada negra. Hay un espejo redondo a un costado, apoyado en la pared. Me acerco a mirarme pero no parezco la misma de siempre.

Tengo el pelo planchado perfectamente, como si fuera lacio natural, es más claro y largo, me llega casi a las caderas. No llevo ropa pero mis partes íntimas están cubiertas con lencería transparente de color verde adornada con volados de encaje a los costados y pequeños moños del mismo color. Estoy descalza porque siento la fría alfombra gris bajo mis pies.

Escucho que me llaman pero no respondo.

Agudizó el oído, entre el viento que sopla con fuerza afuera y es voz que dice mi nombre escucho algo más, un tintineo débil como un cascabel.

Reviso el cuarto en busca de algo que pueda provocar ese ruido pero solo hay una cama, el espejo y la ventana. No hay puerta, así que no puedo salir a buscar afuera.

Camino hacia la ventana y miro a través de ella. Jerome esta parado en el patio de mi casa.

¿Qué hace ahí? ¿Por qué no sube?

—¡Jerome! —grito. Él levanta la cabeza para observarme pero sus ojos no están, en su lugar hay un par de cuencas vacías y oscuras.

—Yo no soy Jerome —contesta sonriéndome.

Dentro de mi siento confusión pero aun así insisto y sigo llamándolo.

¿Cómo que él no es Jerome? Si es mi vecino. Vivimos trece años uno al lado del otro. Yo se que es él. ¿Por qué me miente? Si el no es Jerome entonces ¿por qué se parece tanto a él?

—¡Sube! —insisto gritando.

Jerome niega con la cabeza y apunta hacia algo que esta detrás de mi.

Arrugo mi ceño.

Yo estoy sola en el cuarto.

Me volteó a mirar para confirmarlo y es así. Estoy sola.

Vuelvo a buscar a Jerome pero él ya no está. Los busco pero parece que se lo ha tragado la tierra.

— Estoy aquí Amor.

Me giro asustada y chillo por la sorpresa.

Esta parado frente a mi y no siento vergüenza. Yo quiero esto, yo quiero tenerlo metido en mi cuarto mientras estoy medio desnuda.

Él hunde sus dedos en la carne de mis caderas y me deja un pequeño beso humedo en el cuello que provoca un escalofrío en mi espalda.

Gimo y dejo que me pegue a su cuerpo, hunde su rostro en mi cuello y me da chupetones y muerde levemente. Va a volverme loca. Siento su calor, siento su olor exquisito y dulce, siento lo duro que está en contra de mi y eso enciende una llama en mi interior.

Quiero sentirlo adentro.

Jerome me toma de la mejilla y me besa.

Suspiro avergonzada.

Desde que desperté que me pierdo mirando a la nada y recordando ese maldito sueño.

¿Qué mierda anda mal conmigo?

COMO SI FUERAS A DEVORARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora