Capitulo 7

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"NO LE DIGAS LA VERDAD"

Hay pocas cosas que odio en este mundo una de ellas es la llovizna porque se me esponja demasiado el pelo, odio las naranjas porque en mi opinión son muy ácidas para ser consideradas frutas, odio el color blanco porque se ensucia con facilidad y lo que más odio es que me despierten a los gritos como acaba de hacerlo Emma.

—¡Vanessa! —grita por segunda vez.

Abro los ojos y veo a Emma con medio cuerpo sobre mi, mirándome como si no pudiera creer que estuviera viva, y creo estarlo aunque no estoy muy segura. Me incorporó en mi cama y la abrazo con fuerza, tuvimos tanta suerte de salir ilesas que no puedo parar de sonreír mientras la aprieto contra mi cuerpo.

—¿Cómo hiciste para escapar? —pregunta sin despegarse de mi.

Entonces noto que estoy en mi cama y en mi casa.

¿Cómo hice para escapar?

Lo único que llega a mi mente es Jerome, él me ayudo a escapar y por él estoy viva, pero algo más llega un recuerdo de mi misma tirada en la parte de atrás del auto de Jerome y él estaba muy nervioso gritándole a alguien por el teléfono no logro recordar exactamente que gritaba pero escuche la palabra: “ven a casa ahora” más de dos veces y, otra cosa que me viene es mi cuerpo colgando del hombro de Jerome cuando me metió a la casa. No recuerdo nada más de como llegué a casa.

—Tuve demasiada suerte —digo mirándola, tiene puesto el mismo vestido azul pero se puso un sueter negro encima.

—Era un hombre lobo ¿no? —pregunta Emma mientras se muerde las uñas y me mira asustada.

—Si —digo confirmando que ninguna de las dos está loca y que realmente vimos a esa bestia horrible—. Cuando se fueron, ¿buscaron ayuda? —preguntó mirando a la nada.

—Alexandro quería ir pero estaba muy lastimado así que primero fuimos al hospital y yo me quedé en el auto. Y para cuando volvimos la policía ya estaba allí y les pedí que te busquen pero cuando les di tu descripción me dijeron que no te encontraron. Pensé que te habías escapado y pedí que te buscarán, no dejaron que me quedé a esperar así que regrese a mi casa.

—No me escape Emma, me escondí como una rata y presencié todo —confieso avergonzada.

Todos los cadáveres, la sangre y los gritos, ahora todo esta en mi memoria y no puedo olvidarlo.

Emma me toma de la mano y se acerca más a mi.

—Tenemos que decir la verdad.

La miro extrañada porque no pienso que eso sea una buena idea.

—¿Lo dices por el hombre lobo? —preguntó y ella asiente —. Nadie nos va a creer.

—Somos tres testigos creíbles, estoy segura de que Alexandro hablará.

Sonrió con amargura por dos razones, la primera ahora se como es el nombre del italiano y segunda no eramos tres testigos creíbles solamente.

—Cuatro —corrijo y me mira confundida—. Jerome.

—¿Y ese idiota que?

COMO SI FUERAS A DEVORARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora