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Spreen me había escrito por mensaje que estaba en camino para su sorpresa, por mi parte me puse un summer dress que era adaptable a cualquier situación, era casual e informal a la vez. Me maquillé levemente, y deje mi pelo suelto pero con unas cuantas ondas.

Hace mucho no me arreglaba tan a profundidad por un chico, pensé. Al rato llegó Spreen quien saludo a Nick y luego posó su mirada en mi, dió un pequeño vistazo de arriba a bajo y abajo a arriba en un segundo y sus ojos brillaron.

-Te vez re linda flaca- dijo sorprendido y con una sonrisa que la gente diría "sonrisa de enamorado".

-Cuida a mi gota Spreen- Nick le dió la mano a Spreen y me dejó ir con él.

Spreen me guío a su auto y en el camino me permitió poner música, sonaban canciones que ambos conociamos, cantábamos sin importar lo bien o lo mal que sonaramos, con nuestras manos sosteniamos el micrófono imaginario y ningún segundo pasó sin una sonrisa por paarte de ambos.

No tenía idea a donde me llevaba Spreen, no había prestado atención al camino pero solo veía kilometros de césped. Cuando llegamos a una pequeña cabaña en la mitad del bosque.

-Por hoy es toda nuestra- susurró Spreen en mi oreja y al terminar su frase beso mi mejilla -pero tengo planes antes de que explores la casa- tomó mi mano y me guió a la parte trasera, en el jardin.

Había una manta de cuadros rojos y blancos que separaba el césped de una canasta tejida con lo que asumía que tenía comida adentro. Habían luces enredadas en el tallo de los arboles y velas pequeñas a los bordes de la manta.

-¿Tenes hambre?- preguntó.

-Ese es mi secreto Cap- dije frotando mis manos preparandome para una merienda -siempre tengo hambre- sin mucho más que decir di un par de saltitos de emoción en mi sitio y me acerque a la canasta de comida.

Me senté al igual que Spreen sobre la manta y tomé la canasta, habían fresas con chocolate, un par de emparedados y un jugo que parecia ser de naranja.

Spreen y yo hablabamos de cosas varias, descubrí que cuando me conoció le recordé a Meg, la novia de Hércules de la película de Disney. Decía que mi actitud y sarcasmo eran similares a la de ella, me ofreció ese nombre como apodo, pero me negué ya estaba acostumbrada a que me dijera _______.

Me sentía un poco frustrada de no poder contarle mi lado de la historia, pues no la recordaba.

-Che _______ pregunta- ví como tomó una fresa con chocolate y me apuntó con ella -¿Por que tu hermano te dice gota?- preguntó.

-Es que desde pequeña me encanta la lluvia, siempre terminaba resfriada pero, valía la pena. Mi hermano solía salir conmigo y hacerme bailar bajo la lluvia- explique con una sonrisa.

-Esa no me la sabía- tomó un mordisco de la fresa -¿Querés la última?- observé el bowl de las fresas y efectivamente quedaba solo una.

-No, puedes comerla- dije relajada.

-Puede ser la mejor fresa que vayas a probar en tu vida, pero no lo sabras nunca- lentamente acercó su mano a la fresa.

Pero mis reflejos de ninja salieron y tomé primero la fresa, tomé un mordisco a la punta y ofrecí el resto a Spreen.

-Tenias razón- dije saboreando la comida.

-Yo siempre tengo la razón- sonrió con superioridad y yo reí.

Al rato, decidimos entrar a la casa, Spreen me dijo que ahora podía recorrer habitación por habitación. En mi exploración encontré un viejo ático con una ventana y una vista espectacular, llamé a Spreen para mostrarle mi genial hallazgo.

-Se ve piola- dijo admirando el paisaje.

Yo miraba a Spreen y sus facciones, puede que no recuerde cosas con él pero estos dos días han sido magicos con él. Spreen sintió mi mirada y sus ojos se dirigieron a mi. En cuanto me miro, pasaron unos segundos antes de que lo besara.

Con todo esto que ha preparado, me ha demostrado que tal vez si somos novios y no me costaría creerlo. Se ha portado como todo un príncipe, me gusta pensar que soy una de sus prioridades.

El beso subió de nivel y sus manos que descansaban en mi cintura me atraían a él aun más. Yo tamaba su rostro entre mis manos y a veces mis manos alborotaban su melena. Nos tambaleamos un poco y dimos unos pasos torpes, en ese momento nos dimos cuenta que ibamos muy rápido en poco tiempo.

-Perdon, yo no debí...- interrumpí sus disculpas para besarlo en respuesta de "no te preocupes" -te propongo aplastarte en uno y Monopoly- me ofreció con una sonrisa haciendo que sus ojos desaparezcan un poco.

-Ja ya quisieras- dije dandole la espalda bajando del ático y en camino a la sala.

Prendimos la chimenea que brindaba el calor perfecto, gané varias veces en uno pero Spreen había tenido mucha suerte en Monopoly y me dejó en bancarrota.

Eventualmente nos fuimos recogiendo nuestro desorden, y partiendo a casa en el auto. No pude evitar dormir en el camino, todo el día había consumido tanta de mi energía que el movimiento del carro se sentía como una cuna que se movía de adelante a atrás.

Spreen me dejó en casa, y fue a su hotel no sin antes darme un beso corto de despedida.

Toda la noche me la pasé sonriendo y sonrojandome por los momentos que pasamos juntos con Spreen, justo antes de poder dormir, mi teléfono vibró. Era Rivers.

ℝ𝕚𝕧𝕚𝕤

Hola _______, se que tal vez estas dormida pero ¿Podríamos vernos mañana? Me urge decirte algo.

Ese mensaje me confundió, podían ser miles de cosas que Rivers podria decirme, así que respondí que si. Ahora preguntas rondaban por mi cabeza y a veces se veían interrupidos por pensamientos intrusivos sobre Spreen. No podía controlarme, hoy creo que sentí la cantidad de afecto que tengo hacía el, y debo admitir que es mas grande de lo que esperaba.

----------flashback----------

Roier tomó a Spreen de su camisa formando un puño con el cuello de la misma, llamando la atención de todos. Ví que Roier le susurraba a Spreen cosas que parecian amenazas, lo unico que escuché fué "Sé que le traes ganas a mi novia Iván, pero ten cuidado que si la sigues tratando así te va a ir muy mal". Con eso bastó para que Spreen se pusiera rojo y empujara de nuevo a Roier deshaciendose de su agarre, "No me toques Sebastian". La gente soltó un "ohhh" de sorpresa al show de circo que estaban dando los dos.

-¡Fué suficiente circo!- exclamé yo, lo suficientemente alto para que se sobresaltaran -Roier, vamonos- dije con una voz seria y enojada.

Los dos quedaron estaticos, mientras yo me alejaba de ambos.

----------flashback----------

¿Quien dijo que sería facil? Roier, Spreen y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora