Lina
*****Aria ya se había ido nuevamente a su casa. La noche había llegado, y yo estaba otra vez sola. Además, no podía sacarme de la cabeza el hecho de que él me había invitado a vivir con él.
Ciertamente, yo no estaba trabajando en estos momentos y mucho menos estudiando.
Lo que tenía ahora era el seguro de vida de mi padre, el cual me dejó unos 250 mil euros. Sí, es mucho dinero, pero él trabajaba desde los dieciocho años con su padre y desde entonces comenzó a pagarse su seguro de vida.
Eso sin contar una herencia que mi padre había puesto a mi nombre en un testamento, dinero del cual solo podría hacer uso si presentaba comprobantes de estudios.
Se suponía que era para mis estudios.
¿Realmente quería irme lejos de mi madre? Por supuesto que sí, pero no me iría a vivir con Aria.
Mi celular sonó dos veces seguidas. Al revisarlo, noté que era un número que no tenía agendado.
[Hola angelito]
[¿Cómo has estado?]
Supe casi inmediatamente que era Ezra.
-¿QUIÉN MÁS SERÍA SI NO TE HABLAS CON NADIE, ASOCIAL?- pensé. Sin darme cuenta, una sonrisa apareció en mi rostro mientras veía mi celular.
[Hola, bien. ¿Y tú?]
[Yo bien. ¿Y tú?]
[¿Quién eres?]
[Hola, bien. ¿Te puedo preguntar quién eres?]
[¿Hola?]
Escribí varios mensajes, pero ninguno me convencía para enviarlo.
[Hola, Ezra. Bien. ¿Y tú?]
Al final, me decidí por enviar ese mensaje. Ya sabía que era Ezra, ¿para qué preguntar? Pasaron unos minutos y no respondió.
Dejé mi celular; los nervios de la espera me mataban. Mi celular volvió a sonar y mi corazón latió más rápido de lo que nunca lo había hecho, latía con ansiedad y desesperación.
[Bien, creí que no responderías. Es tarde y aún no te has dormido.]
[Cosas del insomnio, supongo. Y tú tampoco duermes; es tarde.]
Respondí mientras sonreía como boba.
[No tengo sueño, el insomnio, supongo.]
Y así, mensaje tras mensaje, sin darme cuenta, eran las 3:00 am.
[Mejor me voy a dormir. Hablamos luego.]
Envié luego de que mis ojos estaban por cerrarse solos, sin poder aguantar el sueño.
[Descansa, angelito ♡]
Me desperté con la respiración agitada y los ojos llenos de lágrimas. Acababa de tener una pesadilla.
Soñé con la muerte de mi padre, veía su auto hecho un acordeón y lo veía a él, veía cómo sacaban su cuerpo en una camilla.
Tomé mi celular para ver la hora, pero segundos antes de que lo desbloqueara, un sonido atrajo mi atención.
En la cocina, un vaso caía y se rompía. Qué lindo momento para estar despierta.
Tomé el coraje que nunca pensé tener y me dirigí a la cocina con el celular en las manos, pero sin encender la linterna. No quería ver bien en ese momento.
"Es el gato", creí por un momento, pero luego recordé que no tenía un gato.
Al llegar a la cocina, vi que entre la oscuridad se marcaba la silueta de un hombre.
No quise saber más y me volví lo más rápido y silenciosamente posible a mi habitación. Entré y cerré con seguro, prefería no saber quién era o qué querían a esa hora.
Quizás sería algún amigovio de mi madre.
Unos minutos después, la manija de la puerta de mi habitación se movía; alguien estaba intentando entrar, eso era más que obvio.
Lo poco obvio en ese momento fue mi reacción.
Caminé hacia la puerta colocando mi mano en la manija, me detuve un minuto. Algo me hacía no temer, tenía el presentimiento de que nada me pasaría.
Al menos sentía que hoy no moriría.
Quité el seguro y abrí.
Para mi sorpresa, no había nada frente a mí. Tal vez el haber dormido demasiado poco me estaba afectando.
De una cosa sí estoy segura: en la cocina vi a un hombre.No pude volver a dormir, por más que lo intenté no tuve éxito en el cometido.
Comencé a vagar por la galería de mi celular.
Había fotos tan viejas en las cuales yo aún no había nacido.
Fotos de mi padre conmigo, de cuando ambos solíamos salir a comer juntos en nuestro tiempo "padre e hija". Tiempos donde las sonrisas estaban a la orden del día y eran la especialidad de la casa.
En estos momentos de soledad es cuando más me cuestiono qué estoy haciendo con mi vida.
Esto que hago o dejo de hacer, ¿es lo que él hubiese querido para mí? ¿Es lo que yo quería para mí? La respuesta llega muy rápido, y es no, no a cualquiera de las últimas dos preguntas. Él no quería esto para mí, y yo menos.
Yo quería estudiar magisterio, tener una casa para mí sola, criar a un gato y un perro, mis propias plantas, mis propias reglas, mis tiempos y, sobre todo, paz y quietud.
-ESTO YA SE PUSO PERSONAL, MEJOR VETE A DORMIR POR FAVOR-.
No me puedo dormir, ese es el punto, maldita voz dentro de mi cabeza.
Se supone que esa pequeña vocecita dentro de nuestras cabezas nos ayuda a pensar y razonar; pues no la mía, solo está para destruirme y atacarme constantemente.
De repente, sentí como desde la ventana me observaba algo o alguien.
Ya no quería más extraños ese día, por lo que me levanté de mi cama y cerré la ventana con seguro, cosa que no hago nunca, y cerré la cortina.
Todo estaba más oscuro de lo que a mí me gustaba, pero prefería eso a que alguien entrara por mi ventana.
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Tormenta
RomanceAmbos mundos son bastante diferentes, pero ninguno de los dos mundos son lo suficientemente buenos para el otro. Nadie creería que el mismo día que tú lloras la muerte de tu padre él te comienza a vigilar, pero lo conocerías un año después. El pasa...