Lina
*****Con todo lo que pasó esa noche fuera de mi casa, ya me estaba arrepintiendo de irme de Foxley.
Sentir su cuerpo pegado al mío, sus labios rozando y quemándose junto a los míos, sus ojos irradiando lujuria y deseo. Y en mi mente, veía pasar mil posibles escenarios, todos con el mismo final.Llevo una semana viviendo con Aria y realmente puedo decir que, luego de mucho tiempo, siento paz. Mi madre, por otro lado, me ha llamado unas cincuenta veces para pedirme la tarjeta y ha dejado unos cien mensajes. Al final, parece haberse resignado.
Por un momento, un leve trance se apoderó de mí.
Podía sentir todo y nada a la vez; mis sentimientos estaban apagados, pero sentía todo a mi alrededor. De repente, me vi sentada en la sala de Aria: yo en un sofá pequeño y él en el más grande.
Sentía la lluvia caer y el leve viento que corría, las chispas del fuego, y cómo Aria apretaba las teclas de su computadora.
-Zanahoria, te estoy hablando -dijo Aria, sacándome de mis pensamientos.
-Perdón, estaba... ¿Qué decías?
-¡SÍ, ADELANTE! DILE QUE PENSABAS EN EZRA Y EN LO QUE QUERÍAS HACERLE-
Shhhhh, vocecita, mejor haz silencio.
-¿Qué quieres para cenar? -volvió a preguntar.
-¿Cocinamos una lasaña?
-Sí, por mí no hay problema, pero... ¿sabes cómo se hace? Porque yo no tengo ni la más mínima idea.
-Y si mejor pedimos una pizza -respondí, y luego me reí. Era casi obvio que no sabía.
-Sí, mejor.
[Hola, angelito. ¿Cómo estás?] Un mensaje de Ezra.
[Algún día tendrás que decirme por qué me dices así. Estoy bien, ¿y tú?]
En ese preciso momento, recordé mi sueño: Ezra confesándome ser parte de aquella leyenda urbana. Leyenda de la cual yo no sabía si existía.
¿Y si le pregunto a Aria si conoce alguna leyenda en Foxley?, pero ¿qué haría si me dice que sí hay una? No estoy cien por ciento segura de querer saber con qué me voy a encontrar, ni de si quiero encontrarme con eso.
-FUE SOLO UN SUEÑO-
Pero ese sueño se sintió muy real; tuve una sensación de sinceridad y miedo a la vez. Fue demasiado real para ser un sueño.
-Aria -dije, llamando su atención, que estaba enfocado en su computadora.
-Dime, zanahoria. No me digas que ahora quieres otra cosa, porque ya pedí -respondió, dirigiéndome la mirada.
-No, no es eso. Solo quería hacerte una pregunta.
-Dime, soy todo oídos -contestó, cerrando la computadora y dejándola a un lado.
-¿Hay alguna leyenda en Foxley?
-¿Por qué me preguntas eso? Pero...
Justo cuando iba a responder, sonó el timbre.
-Yo abro -dije, pensando que sería la comida.
Al abrir la puerta, lo vi: estaba mojado, medio pálido por el frío, con los labios morados.
-Ezra, ¿qué haces aquí?
-Quería verte, necesitaba verte.
-Pasa, te traeré una toalla para que te seques. Acércate al fuego.
Fui a mi habitación en busca de una toalla. No me moví por unos segundos al sentir a alguien detrás de mí. Lentamente me di vuelta, esperando que no hubiese nadie.
-NO TE MIENTAS, NI LE MIENTAS AL LECTOR, ESPERAS QUE SEA EZRA-
-¿Por qué está él aquí? -preguntó Aria.
-No lo sé, pero tampoco voy a dejar que se enferme; está mojado y tiene frío.
Le llevé la toalla a Ezra junto a una manta. Sin embargo, a Aria parecía molestarle que él estuviera aquí, porque se encerró en su habitación después de que hablamos.
-Ven al baño, quítate la ropa y tápate con la manta. Dame tu ropa y la seco al lado del fuego -le expliqué, dirigiéndolo al baño.
-Bonita manera de decirme que quieres verme desnudo, angelito.
-Bonita tu manera de aparecer sin avisar -le refuté.
-Dime que no te gustó verme, y me voy -respondió, con la mirada fija en mis ojos, intentando descubrir algo en ellos.
-Me gustó, pero a Aria me parece que no -dije sincerándome.
-Aria puede irse y volver, y no me daría cuenta de que salió. Así de mucho me importa -una pequeña mueca que trataba de esconder su sonrisa se dibujó en su rostro-. Además, debes terminar algo.
-Aquí y ahora no. Dije que cuando volviera a Foxley lo suplicarías
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Tormenta
RomanceAmbos mundos son bastante diferentes, pero ninguno de los dos mundos son lo suficientemente buenos para el otro. Nadie creería que el mismo día que tú lloras la muerte de tu padre él te comienza a vigilar, pero lo conocerías un año después. El pasa...