Capítulo 19

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Lina
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¿Qué estoy sintiendo? No son mariposas en el estómago, ni nada de eso; más bien, es todo lo contrario. Siento ganas de salir corriendo para no sentirme así, pero no puedo hacerlo.

Algo me amarra a su lado y me impide dejarlo. Sé muy poco de él, aún no lo conozco, no del todo, pero nada me hará irme de su lado, y de eso estoy más que segura.

Entramos en el imponente hotel, que parecía demasiado nuevo, no tendría más de diez años. Observé todo a mi alrededor y vi que había una chica en la recepción del hotel; ella le sonrió dramáticamente a Ezra. Se le entregaba con la sonrisa, y ni hablar de cómo lo veía. Ezra puso su mano en mi cintura y nos acercamos a ella.

-Hola, Cielo, podrías avisarle a Maia que la esperaremos en mi habitación -dijo Ezra con una sonrisa casi fría.

-Cariño, tengo frío -sonreí mientras soltaba cada una de mis palabras.

Ezra me dio su campera y un pequeño beso.

Ella se dirigió a lo que supuse sería una oficina o algo parecido.

-Esos fueron celos, no lo niegues -habló.
Volvió a besarme.

-Se te entregó con la sonrisa y te desnudó con la mirada.

Me saqué su campera y se la di.

-Te queda mucho mejor a ti, angelito; es tuya.

-Yo soy tuya; corrige eso.

Me volví a poner la campera y le di un golpecito en el hombro cuando quiso pasar por mi lado.

-¿Por qué le dices Cielo? ¿Acaso llegué a tu paraíso?

-¿Paraíso?

-Sí, a mí me dices angelito; a ella, le dices Cielo. ¿Acaso tienes alguna Virgen María?

-No me estás reclamando eso, ¿verdad? -intentó reír, pero vio mi rostro serio.

-Tú eres mi ángel; quién me devuelve a mí mismo. Solo a ti te he puesto un apodo de ese tipo.

-¿Y ella qué?

-Ella... su nombre es Cielo. Si la hubieses mirado bien, sabrías que llevaba su nombre en la remera.

Mierda, realmente me sentí idiota en ese momento. Mi cara se puso totalmente roja de vergüenza; podía sentirlo, mis mejillas ardían.

-Vamos a mi habitación; allí nos están esperando los demás -puso su mano en mi cintura y me dirigió hacia un pasillo.

-Perdón, no debí reclamarte nada; no sé por...

Estaba por terminar de disculparme, pero sentí su mano bajar hasta mi culo.

-Reclamame lo que quieras; a partir de ahora no diré su nombre.

Él se detuvo frente a una puerta, la cual tenía el número 99A.

-Solo no te asustes; Lía puede ser un tanto pesada -me sonrió y abrió.

Él tomó mi mano y entramos en su habitación. Rápidamente vi a una chica saltar de la que supuse que sería su cama para correr hacia donde estábamos.

-Corre, pesado; quiero verla a ella; a ti te veo siempre.

La chica me agarró de la mano y me dio una vuelta en mi lugar; me sonrió, pero su sonrisa se borró cuando Ezra abrió la boca.

-Pensé que a ella la odiabas -dijo Ezra, dejándome en manos de aquella chica y él se fue a la cama.

-Lo hacía, pero ya me cae mejor que tú -me soltó la mano y me sonrió amablemente-. Nada personal, eh; solo que este bobo es como mi hermano, y lo que hacen puede ser peligroso.

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