El villano quiere seguir siendo villano [traducción]

Capítulo 29

Sasha miró con animosidad a los caballeros que se acercaban.

—¿A dónde apuntas con los dedos? ¡Guárdalos!

Lo más lógico habría sido seguirle el juego, pero incluso en esas circunstancias, Sasha tenía que seguir actuando. Una voz escalofriante resonó en la mazmorra.

—Bajen sus espadas.

Era ridículo ver a los caballeros ya rodeándolo como si fuera un criminal.

Nunca aparecen cuando deberían.

¿Por qué le hacen esto ahora? ¿No vieron al hombre cuando salió corriendo?

Sasha no puede decidir si el intruso es bueno o si estos tipos son simplemente malos.

—Primero verifique si los sospechosos en cuestión están bien.

Sasha señaló la dirección de donde había surgido la figura oscura. Desde que el hombre había emergido de entre las sombras, Sasha había estado imaginando una posibilidad.

Ésta era la prisión donde se encontraban detenidos los sospechosos de su envenenamiento.

—No nos moveremos ni un paso de aquí…

—Ve a comprobarlo.

Siguiendo la orden de Sasha, algunos de los caballeros fueron a investigar las profundidades de la mazmorra. Mientras lo hacían, hicieron muecas como si no entendieran por qué estaban escuchando las órdenes de Sasha.

Uno de los caballeros intentó detenerlos, pero en lugar de eso advirtió a Sasha.

—Serás juzgado sumariamente si intentas algo tonto.

¿Qué derecho tiene a hacer eso?

Intentaban intimidarlo, pero no tenían autoridad para juzgar sumariamente a Sasha, un invitado invitado por el propio Emperador.

Por eso Sasha permaneció imperturbable.

La certeza de que este enfrentamiento terminaría rápidamente, a menos que Edward estuviera intentando matarlo y encubriendo la evidencia para lograrlo, también reforzó su confianza.

Sasha no prestó atención a los caballeros que lo rodeaban, con las espadas desenvainadas amenazadoramente, y esperó el informe que seguiría.

'Sólo espero que no haya sido así'.

El hombre de negro que mató al caballero por su cuenta no tuvo piedad en sus manos, por lo que los sospechosos de allí probablemente estaban...

—¡Están todos muertos!

Por supuesto.

Ahí va otra muerte.

Sasha miró con incredulidad la espada afilada presionada bajo su barbilla.

—Sasha Ambrose, estás bajo arresto.

El rostro impasible de Sasha brilló a través de la reluciente espada.

Sus gélidos ojos azules estaban hundidos en la indiferencia, como si estuvieran aburridos, y su boca formaba una línea seria.

El rostro delicadamente moldeado, desprovisto de emoción, era aún más inquietante por ser así.

Al levantar la mirada, el caballero se estremeció.

Entonces el caballero presionó su espada aún más. La hoja le rozó la garganta y sintió un dolor punzante.

Sasha se volvió hacia el caballero y frunció los labios.

—Será mejor que recuerdes esto.

Miró amenazadoramente al caballero.