18. Verdades a medias.

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La tensión en la base era palpable. Yuzu y Hoshina apenas se miraban a los ojos, y cuando lo hacían, sus miradas estaban llenas de reproches y silencios incómodos. Desde la revelación de que Yuzu era la hija de Isao Shinomiya, todo había cambiado. La confianza que había entre ellos se había fracturado, y ahora cada conversación era un campo minado de emociones no resueltas.

La distancia entre ellos crecía día a día. Hoshina intentaba acercarse, buscaba maneras de disculparse, pero Yuzu no estaba lista para perdonarlo. Cada vez que lo veía, recordaba el dolor de haber sido engañada, la traición que sentía al saber que él, de todas las personas, había guardado un secreto tan devastador.

Hoshina había buscado la manera de hablar con Yuzu, sabía que no debía ocultar la verdad, pero también sabía que era lo mejor (en ese momento) para ella, un día caminando por los pasillos encontró a Yuzu caminando sin dirección, por lo que sabía que era la oportunidad perfecta para entablar una charla pacífica y contarle sus sentimientos.

La base estaba tranquila esa noche. Los corredores solitarios eran iluminados por las luces tenues que parecían reflejar el estado de ánimo de Yuzu. Después de la revelación de que era hija de Isao Shinomiya y de la tensión con Hoshina, Yuzu necesitaba un tiempo a solas. Caminaba sin rumbo fijo, perdida en sus pensamientos.

Mientras recorría los pasillos, Yuzu escuchó pasos apresurados detrás de ella. Volteó para encontrarse con Hoshina, cuya expresión mostraba una mezcla de determinación y preocupación.

—Yuzu, por favor, espera, —dijo Hoshina, alcanzándola. Su voz era suave, pero cargada de urgencia.

—No tengo nada que decirte, Hoshina, — respondió Yuzu, tratando de mantener la frialdad en su voz mientras giraba para seguir caminando.

Hoshina no se dio por vencido. Dio unos pasos rápidos para ponerse a la par de ella, su mirada firme.

—Yuzu, por favor. Necesito que me escuches. No puedo dejar que las cosas queden así entre nosotros, —dijo, su voz implorante.

Yuzu se detuvo abruptamente y lo miró, sus ojos llenos de dolor y confusión.

—¿Escucharte? ¿Después de todo lo que has ocultado? ¿Después de lo que descubrí sobre mi vida por otra persona? ¿Qué podrías decirme que cambie eso? —replicó Yuzu, su voz quebrándose.

Hoshina respiró hondo, luchando por mantener la calma.

—Sé que te he fallado, Yuzu. Sé que he cometido errores. Pero estoy aquí, dispuesto a arreglar las cosas. No puedo cambiar el pasado, pero quiero que sepas la verdad de mis intenciones, —dijo, su voz temblando ligeramente.

Yuzu cruzó los brazos, su mirada aún desafiante.

—¿Qué verdad, Hoshina? ¿Que pensaste que era mejor ocultarme quién era mi padre? ¿Que decidiste por mí lo que debía saber sobre mi propia vida? —dijo, la rabia y la tristeza mezclándose en sus palabras.

Hoshina dio un paso más cerca, tratando de alcanzar a Yuzu tanto física como emocionalmente.

—Pensé que te estaba protegiendo, Yuzu. Sabía que era una carga pesada, y no quería que la llevaras sola. Pero ahora entiendo que fue un error. No confié en tu fuerza, en tu capacidad de enfrentar la verdad. Y lo siento, —dijo Hoshina, con sinceridad en cada palabra.

Yuzu lo miró fijamente, tratando de encontrar alguna señal de mentira o manipulación en su rostro. Pero todo lo que vio fue un hombre arrepentido, alguien que realmente quería enmendar sus errores.

—Es difícil para mí confiar de nuevo, Hoshina. Todo esto me ha dejado tan... rota, —admitió Yuzu, bajando la mirada.

Hoshina se acercó un poco más, respetando su espacio pero mostrando su disposición a estar a su lado.

Amor sin límites: Hoshina y YuzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora